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Cruz

Acólito

Acólito
1. Un sacramental. La cuarta Orden menor, que se sitúa inmediatamente después del subdiácono y que otorga a un hombre el privilegio de asistir al sacerdote en la Misa y otros servicios públicos de la iglesia. 2. Aquel que asiste al sacerdote en la Misa y otros servicios de la iglesia. Un monaguillo. También llamado acólito. Dominio Público.

Un acólito en la Iglesia Católica es un ministro laico instituido para servir en el altar y asistir al sacerdote y al diácono, especialmente durante la liturgia de la Misa. Sus responsabilidades incluyen preparar el altar y los vasos sagrados, llevar las velas en procesión, y distribuir la Eucaristía como ministro extraordinario cuando sea necesario. Aunque el ministerio instituido del acólito está reservado a hombres laicos, en muchas diócesis las funciones litúrgicas pueden ser realizadas por monaguillos y servidores del altar, incluyendo hombres y mujeres, niños y niñas, por permiso del obispo diocesano.

Tabla de contenido

Origen e Historia del Acolitado

El término «acólito» proviene del griego akolouthos y del latín sequens o comes, que significan «seguidor» o «acompañante»1. Este ministerio tiene raíces antiguas en la Iglesia, con la primera mención documentada de acólitos en una carta del Papa Cornelio en el año 2511. En los primeros siglos, los acólitos eran clérigos promovidos a la cuarta y más alta de las órdenes menores en la Iglesia Latina, justo antes del subdiaconado1,2.

Históricamente, los acólitos desempeñaban un papel crucial en las ceremonias litúrgicas romanas. Llevaban el crisma sagrado, dirigían las procesiones que precedían al Papa, y transportaban los libros del Evangelio y otros artículos utilizados en el Santo Sacrificio1. También eran responsables de colocar el libro de los Evangelios en el altar, llevar siete cirios encendidos ante el pontífice al entrar en el santuario, y acompañar al diácono al ambón con cirios encendidos para la proclamación del Evangelio1,3. Durante la Misa, un acólito sostenía la patena velada desde el comienzo hasta la mitad del canon y ayudaba a distribuir las hostias consagradas a los obispos y sacerdotes1.

El rito de ordenación para los acólitos implicaba que el obispo les presentaba una vela apagada y una vinajera vacía, con palabras que expresaban sus deberes1,2. Este simbolismo destacaba su responsabilidad de encender las luces de la iglesia y preparar el vino y el agua para el sacrificio de la Misa1,2.

El Acolitado en la Iglesia Contemporánea

Con el Concilio Vaticano II y las reformas litúrgicas subsiguientes, el ministerio del acólito fue revisado y sus funciones se clarificaron. El ministerio instituido del acólito está reservado a hombres laicos4,5. Para ser admitido a este ministerio, se requiere una petición libremente redactada y firmada por el aspirante, presentada al Ordinario (obispo o superior mayor en institutos clericales), tener una edad adecuada y cualidades específicas determinadas por la Conferencia Episcopal, y una firme voluntad de servir fielmente a Dios y al pueblo cristiano6,7.

La institución de acólitos se realiza por el obispo (o superior mayor de un instituto religioso clerical) dentro de la Misa8. El obispo instruye a los candidatos sobre la naturaleza de su oficio y les presenta un vaso con pan o vino para la celebración de la Eucaristía, diciendo: «Recibe este vaso con pan (o: con vino) para la celebración de la Eucaristía, y sé tal que dignamente puedas servir la mesa del Señor y de la Iglesia»9.

Los candidatos al diaconado y al sacerdocio deben recibir los ministerios de lector y acólito y ejercerlos por un tiempo congruo para prepararse mejor para sus futuras funciones de la Palabra y del Altar7.

Funciones Litúrgicas del Acólito Instituido

El acólito instituido tiene funciones propias que debe desempeñar personalmente10. Estas responsabilidades se detallan en la Instrucción General del Misal Romano (IGMR) y otros documentos litúrgicos:

Acólitos vs. Monaguillos y Servidores del Altar

Es importante distinguir entre el acólito instituido y los monaguillos o servidores del altar. Aunque el ministerio de acólito es formalmente reservado a hombres laicos, las funciones litúrgicas del acólito instituido pueden ser realizadas por monaguillos (hombres y niños) y servidores del altar (mujeres y niñas), con el permiso del obispo diocesano4. La Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos (USCCB) ha recomendado que se utilice el término «servidores» en lugar de «monaguillos» para aquellos que realizan las funciones del acólito instituido, sin hacer distinción entre hombres, mujeres, niños y niñas15.

Estos servidores realizan muchas de las mismas tareas, como llevar la cruz y las velas procesionales, sostener el libro para el sacerdote, llevar el incienso, presentar el pan, el vino y el agua, lavar las manos del sacerdote, y asistir al sacerdote y al diácono según sea necesario16. Sin embargo, la distribución de la Sagrada Comunión como ministro extraordinario está específicamente reservada al acólito instituido en estas directrices4.

Los servidores deben recibir una formación adecuada que incluya instrucción sobre la Misa, sus partes y significado, los objetos litúrgicos utilizados y las diversas funciones del servidor17. También se les debe orientar sobre el decoro y la vestimenta apropiada, que puede ser el alba o cualquier otra vestidura adecuada o ropa digna18.

El Papa Juan Pablo II recordó a los monaguillos que su servicio va más allá de la iglesia, invitándolos a ser luz del mundo en su vida diaria, en la escuela, en la familia y en los diferentes contextos sociales, y a llevar la luz del Evangelio a quienes viven en la oscuridad19.

Significado Espiritual del Acolitado

El acólito, al estar dedicado de manera especial al servicio del altar, debe participar de la Santísima Eucaristía con una piedad cada vez más ardiente, alimentarse de ella y adquirir un conocimiento más profundo de la misma6. Se les exhorta a ofrecerse diariamente a Dios como ofrendas espirituales aceptables por Jesucristo, y a amar sinceramente el cuerpo místico de Cristo, el pueblo de Dios, especialmente a los débiles y enfermos13.

El acólito tiene un lugar privilegiado en las celebraciones litúrgicas, experimentando de cerca la presencia activa de Jesucristo en cada liturgia20. Son llamados a ser amigos de Jesús y a profundizar esta amistad, reconociendo que en Él han encontrado un verdadero amigo para toda la vida20.

Citas

  1. Acólito, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §Acólito. 2 3 4 5 6 7 8 9

  2. Los sacramentos - Las órdenes sagradas - Las órdenes menores - Acólito, Papa Pío V. Catecismo del Concilio de Trento, §Los Sacramentos - Las Órdenes Sagradas (1566). 2 3

  3. Luces, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §Luces.

  4. Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos. Directrices para Servidores del Altar, § 1 (1994). 2 3

  5. Papa Francisco. Carta del Santo Padre Francisco al Prefecto de la Congregación (2021).

  6. Sagrada Congregación para el Culto Divino. De Institutione Lectorum et Acolythorum de Admissione Inter Candidatos ad Diaconatum et Presbyteratum de Sacro Caelibatu Amplectendo (La Institución de Lectores y Acólitos, la Admisión de Candidatos al Diaconado y Presbiterado, y el Rito de Abrazar el Celibato Sagrado.), § 6. 2 3 4 5

  7. Sagrada Congregación para el Culto Divino. De Institutione Lectorum et Acolythorum de Admissione Inter Candidatos ad Diaconatum et Presbyteratum de Sacro Caelibatu Amplectendo (La Institución de Lectores y Acólitos, la Admisión de Candidatos al Diaconado y Presbiterado, y el Rito de Abrazar el Celibato Sagrado.), § 7. 2

  8. Capítulo II de institutione acolythorum, Sagrada Congregación para el Culto Divino. De Institutione Lectorum et Acolythorum de Admissione Inter Candidatos ad Diaconatum et Presbyteratum de Sacro Caelibatu Amplectendo (La Institución de Lectores y Acólitos, la Admisión de Candidatos al Diaconado y Presbiterado, y el Rito de Abrazar el Celibato Sagrado.), § 18.

  9. Sagrada Congregación para el Culto Divino. De Institutione Lectorum et Acolythorum de Admissione Inter Candidatos ad Diaconatum et Presbyteratum de Sacro Caelibatu Amplectendo (La Institución de Lectores y Acólitos, la Admisión de Candidatos al Diaconado y Presbiterado, y el Rito de Abrazar el Celibato Sagrado.), § 20. 2 3

  10. Capítulo III Los Deberes y Ministerios en la Misa - III. Ministerios Particulares - El Ministerio del Acólito y Lector Instituido, Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos. Instrucción General del Misal Romano, § 98 (2003). 2 3

  11. Capítulo IV Las Diferentes Formas de Celebrar la Misa - I. Misa con Congregación - C. Los Deberes del Acólito - La Liturgia de la Eucaristía, Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos. Instrucción General del Misal Romano, § 190 (2003). 2 3

  12. Capítulo IV Las Diferentes Formas de Celebrar la Misa - I. Misa con Congregación - C. Los Deberes del Acólito - Los Ritos Introductorios, Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos. Instrucción General del Misal Romano, § 188 (2003).

  13. Sagrada Congregación para el Culto Divino. De Institutione Lectorum et Acolythorum de Admissione Inter Candidatos ad Diaconatum et Presbyteratum de Sacro Caelibatu Amplectendo (La Institución de Lectores y Acólitos, la Admisión de Candidatos al Diaconado y Presbiterado, y el Rito de Abrazar el Celibato Sagrado.), § 19. 2

  14. Capítulo IV Las Diferentes Formas de Celebrar la Misa - I. Misa con Congregación - C. Los Deberes del Acólito - La Liturgia de la Eucaristía, Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos. Instrucción General del Misal Romano, § 192 (2003).

  15. Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos. Directrices para Servidores del Altar, § 2 (1994).

  16. Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos. Directrices para Servidores del Altar, § 7 (1994).

  17. Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos. Directrices para Servidores del Altar, § 4 (1994).

  18. Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos. Directrices para Servidores del Altar, § 6 (1994).

  19. Papa Juan Pablo II. Audiencia General del 1 de agosto de 2001, § 4 (2001).

  20. Papa Juan Pablo II. Audiencia General del 1 de agosto de 2001, § 3 (2001). 2