Acto de Contrición
El Acto de Contrición es una oración esencial dentro del sacramento de la Penitencia, mediante la cual el penitente expresa su arrepentimiento sincero por los pecados cometidos, su rechazo a volver a pecar y su firme propósito de enmienda. Este acto, arraigado en la tradición patrística y codificado por el Concilio de Trento, constituye el primer paso hacia la reconciliación con Dios y la Iglesia, y se manifiesta tanto en forma breve como extensa según la ocasión litúrgica1.
Tabla de contenido
Definición y naturaleza de la contrición
Contrición según el Magisterio
El Concilio de Trento define la contrición como «un dolor de alma y una detestación del pecado cometido, junto con la resolución de no pecar más»2. El Catecismo de la Iglesia Católica repite esta definición, señalando que la contrición ocupa el primer lugar entre los actos del penitente3. La Santa Sede, a través de la exhortación Reconciliatio et Paenitentia, subraya que la contrición es «un rechazo claro y decisivo del pecado, unido a la resolución de no volver a cometerlo, motivado por el amor a Dios»4.
Contrición perfecta e imperfecta
Se distingue entre contrición perfecta, nacida del amor a Dios, y contrición imperfecta (o attrición), motivada por el temor al castigo. La contrición perfecta puede reconciliar al pecador con Dios incluso antes de recibir el sacramento, aunque la Iglesia enseña que la gracia sacramental completa se alcanza al combinarla con la confesión y la absolución5.
Texto del Acto de Contrición
Forma breve
La forma tradicional breve, aprobada por el Concilio de Baltimore, resume la esencia del arrepentimiento:
«O Dios mío, me pesa de corazón haberle ofendido, y detesto todos mis pecados, porque temen la pérdida del cielo y los dolores del infierno, pero sobre todo porque ofenden a Ti, mi Dios, que eres todo‑bueno y merecedor de todo mi amor. Resuelvo firmemente, con la ayuda de Tu gracia, confesar mis pecados, hacer penitencia y enmendar mi vida.»6
Forma larga
En su versión más extensa, el penitente añade una mayor reflexión sobre la culpa y la petición de la gracia divina, manteniendo los mismos elementos esenciales de sinceridad, temor, amor a Dios y resolución de enmienda6.
Sustancia esencial
Independientemente de la longitud, la sustancia del acto se reduce a tres puntos clave: «Lamento mis pecados porque ofenden a Dios, me arrepiento y prometo no pecar más»7.
Origen histórico y desarrollo
Primeras manifestaciones patrísticas
Los Padres de la Iglesia ya hablaban de la necesidad de una contrición interior como paso previo a la confesión, enfatizando la detestación del pecado y el propósito de cambio (cf. San Agustín). El término latino contritio alude a la ruptura del corazón endurecido por el pecado8.
Formalización en el Concilio de Trento
El Concilio de Trento (1545‑1563) codificó la doctrina de la contrición, estableciendo que «es indispensable para la obtención del perdón y prepara al penitente para la remisión de los pecados cuando se une a la confianza en la misericordia divina»2. Además, el Concilio distinguió la contrición perfecta, que surge del amor a Dios, de la imperfecta, que nace del temor al castigo5.
Influencia de la espiritualidad renacentista
Obras como La imitación de Cristo de Tomás de Áqvis enfatizan la humildad, el llanto interior y la firme resolución de no pecar como componentes esenciales de la contrición, reforzando la enseñanza conciliar con una dimensión devocional profunda9,10.
Elementos esenciales del acto
Arrepentimiento sincero: reconocimiento del pecado y su ofensa a Dios.
Temor de la pérdida: conciencia de las consecuencias eternas (cielo, infierno).
Amor a Dios: motivación principal que eleva la contrición a perfecta.
Resolución de enmienda: promesa firme de no volver a pecar y de reparar el daño causado.
Estos componentes están presentes tanto en la forma breve como en la larga del acto, garantizando su validez sacramental6,7.
Uso litúrgico y sacramental
El Acto de Contrición se recita habitualmente al inicio del sacramento de la Penitencia, antes de la confesión de los pecados. En la liturgia de la penitencia, el sacerdote puede invitar al penitente a pronunciar el acto de forma individual o colectiva, adaptando su longitud según la solemnidad del momento11. Asimismo, la oración se emplea en momentos de preparación personal para la confesión, como parte del examen de conciencia recomendado por la Iglesia4.
Relación con la confesión y la absolución
La contrición constituye el primer requisito para que la confesión sea válida. Sin contrición, la absolución no puede ser conferida, pues falta la disposición interior del penitente a aceptar la gracia de Dios3. La Iglesia, por tanto, insiste en que el penitente manifieste claramente su arrepentimiento antes de recibir la absolución sacramental.
Consejos pastorales para la práctica del acto
Examen de conciencia previo: ayuda a identificar los pecados y a interiorizar la necesidad de contrición4.
Oración personal: repetir el acto de contrición en privado fortalece la sinceridad del arrepentimiento.
Dirección espiritual: un confesor puede guiar al penitente a profundizar su amor a Dios y a distinguir entre contrición perfecta e imperfecta.
Vida sacramental: la participación frecuente en la Eucaristía y la confesión refuerza la gracia que sostiene la resolución de no pecar.
Conclusión
El Acto de Contrición es más que una fórmula litúrgica; es la expresión viva del corazón que se vuelve a Dios, reconociendo su justicia y misericordia. Su desarrollo histórico, desde los Padres de la Iglesia hasta el Concilio de Trento y la espiritualidad renacentista, muestra su centralidad en la vida sacramental del cristiano. Al pronunciarlo, el penitente abre la puerta a la reconciliación, a la gracia del sacramento de la Penitencia y a una vida renovada en el amor divino.
Citas
Un acto de contrición, Tercer Concilio Plenario de Baltimore. Un Catecismo de Doctrina Cristiana (El Catecismo de Baltimore n.º 3), § 109 (1954). ↩
Los sacramentos - Penitencia o confesión - La primera parte de la penitencia - El significado de la contrición, Papa Pío V. Catecismo del Concilio de Trento, §Los Sacramentos - Penitencia o Confesión (1566). ↩ ↩2
Sección segunda los siete sacramentos de la Iglesia, Catecismo de la Iglesia Católica, § 1451. ↩ ↩2
Parte tercera - Capítulo segundo - El sacramento de la penitencia y la reconciliación - Algunas convicciones fundamentales, Papa Juan Pablo II. Reconciliatio et Paenitentia, § 31 (1984). ↩ ↩2 ↩3
El Concilio de Trento - La decimocuarta sesión - Sobre los santísimos sacramentos de la penitencia y la extremaunción - Capítulo IV. Sobre la contrición, Documento del Concilio. Concilio de Trento, §La Decimocuarta Sesión. SOBRE LOS SANTÍSIMOS SACRAMENTOS DE LA PENITENCIA Y LA EXTREMAUNCIÓN. IV (1563). ↩ ↩2
Un acto de contrición, Tercer Concilio Plenario de Baltimore. Un Catecismo de Doctrina Cristiana (El Catecismo de Baltimore n.º 3), § 107 (1954). ↩ ↩2 ↩3
Un acto de contrición, Tercer Concilio Plenario de Baltimore. Un Catecismo de Doctrina Cristiana (El Catecismo de Baltimore n.º 3), § 108 (1954). ↩ ↩2
Contrición, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §Contrición. ↩
Tomás de Kempis. La imitación de Cristo, § 288. ↩
El cuarto libro del sacramento del altar - Capítulo IX - Que debemos ofrecernos a nosotros mismos y todo lo nuestro a Dios, y orar por todos - La voz del discípulo, Tomás de Kempis. Imitación de Cristo, §El Cuarto Libro Del Sacramento Del Altar, Capítulo IX.3 (1427). ↩
Sagrada Congregación para el Culto Divino. Ordo Penitentiae (El Orden de la Penitencia), § 99. ↩
