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Ad Caeli Reginam

Ad Caeli Reginam es la encíclica promulgada por el Papa Pío XII el 11 de octubre de 1954, en la que se proclama oficialmente la dignidad de Reina del Cielo de la Virgen María y se instituyó el festín litúrgico de la «Virgen María, Reina» a celebrarse el 31 de mayo. El documento reúne fundamentos bíblicos, patrísticos y litúrgicos, reafirma la enseñanza del Concilio de Trento sobre la intercesión mariana y responde a la necesidad pastoral de profundizar la devoción mariana al concluir el Año Mariano (1950‑1952).1

Tabla de contenido

Contexto histórico

Antecedentes marianos

Desde los primeros siglos de la Iglesia, los Padres de la Iglesia ya reconocían a María como Señora y Reina. San Jerónimo la describía como «Señora» en lengua siríaca, mientras que San Juan Damasceno la llamó «Reina de todas las criaturas»1. Estos títulos se reflejaron en la liturgia primitiva, donde se cantaban himnos como Regina caelorum y Salve Regina.

El Año Mariano y la Asunción

El Concilio Vaticano II había proclamado la dogma de la Asunción (1950) y, para celebrar este misterio, el Papa Pío XII había decretado el Año Mariano (1950‑1952). Al concluir dicho año, el Pontífice quiso ofrecer un «clímax» a la devoción mariana, estableciendo una fiesta dedicada a la realeza celestial de María1.

Contenido de la encíclica

Título y dignidad real de María

Pío XII declara que la dignidad real de María no es una innovación, sino que «ya está claramente expuesta en documentos antiguos de la Iglesia y en los libros de la sagrada liturgia»2. La encíclica explica que, al ser madre del Rey de reyes, María recibe «el honor de ser Reina del Cielo y de la Tierra»3.

Argumentos teológicos y patrísticos

El Papa recurre a la tradición patrística para sustentar la coronación de María: San Efrén la describe como «la madre que supera al propio trono del cielo»1; San Jerónimo y San Crisólogo subrayan que el nombre «María» significa «Señora»1. Asimismo, se citan a San Juan Damasceno y a otros escritores que la llaman «Reina de cada criatura»1.

Liturgia y devoción

Ad Caeli Reginam remarca la presencia de la devoción mariana en la liturgia: el Salve Regina, los antífonos «Hail, Queen of the Heavens» y la Liturgia de la Hora que invocan a María como Reina. El documento exhorta a los fieles a «llevar el rosario a todas partes y a cantar sus alabanzas en iglesias, hogares, hospitales y prisiones»4.

Institución del festín de la Reina del Cielo

El Papa instituyó la fiesta anual de la Virgen María, Reina el 31 de mayo, señalando que «esta luz luminosa brillará para todos como una lámpara elevada»5. Además, la encíclica vinculó la fiesta con la consagración del mundo al Inmaculado Corazón de María, esperando que «una nueva era de paz y triunfo de la religión» surgiera5.

Recepción y desarrollo posterior

Declaración del Concilio Vaticano II

El Concilio, en Lumen Gentium n. 59, afirmó que María fue «exaltada por el Señor como Reina sobre todas las cosas» y que su realeza «la hace más plenamente conformada a su Hijo»6. Esta enseñanza confirma y amplía lo anunciado en Ad Caeli Reginam.

Uso litúrgico y popularidad

Tras la promulgación, la fiesta se incorporó al calendario litúrgico universal y se difundió ampliamente mediante el Cántico de la Liturgia de Loreto, que invoca a María ocho veces como Reina de diferentes estados de vida7. La popularidad del título «Reina del Cielo» se vio reforzada por los discursos papales posteriores, como los Audiencias Generales de Juan Pablo II (1997), donde se subrayó que la realeza de María «no reemplaza su maternidad, sino que la complementa»8.

Influencia en la espiritualidad y la teología mariana

La encíclica ha inspirado numerosos movimientos de devoción, entre ellos la consecración al Inmaculado Corazón y la difusión del rosario como medio para acercarse a la Reina del Cielo. Teólogos contemporáneos citan a Ad Caeli Reginam como fundamento para la doctrina de la Mediatrices y la intercesión mariana, resaltando que «todo lo que María ofrece proviene de su unión única con Cristo»6.

Citas

  1. Ad caeli reginam, Papa Pío XII. Ad Caeli Reginam (1954). 2 3 4 5 6

  2. Sobre la proclamación de la realeza de María, Papa Pío XII. Ad Caeli Reginam, § 6 (1954).

  3. Papa Pío IX. Ineffabilis Deus (1854).

  4. Sobre la proclamación de la realeza de María, Papa Pío XII. Ad Caeli Reginam, § 48 (1954).

  5. Sobre la proclamación de la realeza de María, Papa Pío XII. Ad Caeli Reginam, § 47 (1954). 2

  6. Los cristianos miran a María Reina, Papa Juan Pablo II. Audiencia General del 23 de julio de 1997, § 1 (1997). 2

  7. Sobre la proclamación de la realeza de María, Papa Pío XII. Ad Caeli Reginam, § 31 (1954).

  8. Los cristianos miran a María Reina, Papa Juan Pablo II. Audiencia General del 23 de julio de 1997, § 3 (1997).