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Adviento

Adviento
Un acólito encendiendo velas de Adviento en Nochebuena en la Iglesia Episcopal de Calvary en Rochester, Minnesota, Estados Unidos. Original, Jonathunder, CC BY-SA 3.0 📄

El Adviento es un período litúrgico de preparación en el cristianismo occidental que marca el comienzo del año eclesiástico. Se caracteriza por un tiempo de espera devota y alegre, enfocado en la doble venida de Cristo: su primera venida al mundo como el Dios encarnado en la Natividad, y su segunda venida al final de los tiempos como juez. Este tiempo litúrgico busca preparar a los fieles para celebrar dignamente el aniversario del nacimiento de Jesús, hacer de sus almas moradas adecuadas para el Redentor a través de la Santa Comunión y la gracia, y estar listos para su venida final.

Tabla de contenido

Origen Histórico y Desarrollo

No se puede determinar con certeza cuándo se introdujo por primera vez la celebración del Adviento en la Iglesia1. La preparación para la festividad de la Natividad de Nuestro Señor no podía existir antes de la festividad misma, de la cual no hay evidencia antes de finales del siglo IV1. En ese momento, la Natividad se celebraba en toda la Iglesia, por algunos el 25 de diciembre y por otros el 6 de enero1.

Un sínodo celebrado en Zaragoza en el año 380, en su cuarto canon, prescribía que desde el 17 de diciembre hasta la fiesta de la Epifanía nadie debía ausentarse de la iglesia, lo que sugiere una preparación en esa época1. Las homilías de San Máximo, obispo de Turín (415-466), tituladas «In Adventu Domini», no hacen referencia a un tiempo especial, pero las de San León (440-461) hablan de ayuno y limosna como preparación para la venida del Señor1.

Históricamente, la duración del Adviento ha variado. El Sacramentario Gelasiano mencionaba cinco domingos, que fueron reducidos a cuatro por el Papa San Gregorio VII (1073-1085)1. En el año 650, el Adviento se celebraba en España con cinco domingos1. Varios sínodos establecieron leyes sobre el ayuno durante este tiempo, algunos comenzando el 11 de noviembre, otros el 15, y otros tan temprano como el equinoccio de otoño1. Otros sínodos prohibieron la celebración del matrimonio durante este período1. En la Iglesia griega, la observancia del Adviento como tiempo de ayuno y abstinencia desde el 15 de noviembre hasta la Natividad no aparece documentada antes del siglo VIII1.

Duración y Carácter Litúrgico

El Adviento tiene un carácter doble2. Es un tiempo de preparación para las solemnidades de la Navidad, en las que se conmemora la Primera Venida del Hijo de Dios a la humanidad2. Asimismo, es un tiempo en el que, al recordar esta venida, las mentes y los corazones son llevados a esperar la Segunda Venida de Cristo al final de los tiempos2. Por estas dos razones, el Adviento es un período de alegría devota y expectante2.

Según el uso actual, el Adviento comienza con las Primeras Vísperas del domingo que cae en o más cerca del 30 de noviembre, y termina antes de las Primeras Vísperas de la Navidad3. Así, el primer domingo puede ser tan temprano como el 27 de noviembre (y entonces el Adviento tiene veintiocho días), o tan tarde como el 3 de diciembre (dando a la estación solo veintiún días)1.

Con el Adviento, el año eclesiástico comienza en las Iglesias occidentales1. Durante este tiempo, los fieles son exhortados a prepararse dignamente para celebrar el aniversario de la venida del Señor al mundo como el Dios encarnado del amor, para así hacer de sus almas moradas adecuadas para el Redentor que viene en la Santa Comunión y a través de la gracia, y de este modo prepararse para su venida final como juez, en la muerte y al final del mundo1.

Simbolismo y Rituales

La Iglesia ha dispuesto la Liturgia para esta estación con un rico simbolismo1.

Oficio Divino y Misa

Lecturas Bíblicas

La Iglesia, en su Liturgia, nos transporta espiritualmente al tiempo anterior a la encarnación del Hijo de Dios, como si todavía estuviera por ocurrir1. Las lecturas de las Escrituras, especialmente del profeta Isaías, anuncian la venida del Mesías, su pasión y gloria, y la reunión de los gentiles1.

En las Epístolas, la Iglesia exhorta a los fieles a desechar las obras de las tinieblas y revestirse de la armadura de la luz, a caminar honestamente, y a revestirse del Señor Jesucristo1. En los Evangelios, se habla del Señor que viene en gloria, de las profecías que se cumplen en Él, y de la voz en el desierto: «Preparad el camino del Señor»1. Las antífonas para el Magnificat en los últimos siete días antes de la Vigilia de la Natividad, conocidas como las Grandes Antífonas de la O, invocan a Cristo con diversos títulos mesiánicos, como «Sabiduría», «Señor», «Raíz de Jesé», «Llave de David», «Oriente», «Rey de las naciones» y «Emmanuel»1,4.

La Corona de Adviento

La Corona de Adviento se ha convertido en un símbolo de Adviento en muchos hogares cristianos5. Consiste en cuatro velas sobre ramas verdes, y el encendido progresivo de sus cuatro velas, domingo tras domingo, hasta la Solemnidad de Navidad, es un recuerdo de las diversas etapas de la historia de la salvación previas a la venida de Cristo5. Es también un símbolo de la luz profética que ilumina gradualmente la larga noche antes del amanecer del Sol de justicia (cf. Ml 3,20; Lc 1,78)5.

La Expectación de Adviento

Otro elemento fundamental del Adviento es la expectación, que es al mismo tiempo esperanza6. El Adviento nos impulsa a comprender el significado del tiempo y de la historia como un kairós, una oportunidad favorable para nuestra salvación6. La vida humana está en constante espera; para los cristianos, esta esperanza está animada por la certeza de que el Señor está presente en el transcurso de nuestras vidas, nos acompaña y un día también secará nuestras lágrimas6. Algún día, no muy lejano, todo encontrará su cumplimiento en el Reino de Dios, un Reino de justicia y paz6.

La mayor alegría de esta espera de Adviento es la que sienten los niños, que a menudo participan en Misas de madrugada, las llamadas «Rorate», contando los días para encontrarse con Jesús en el pesebre de Belén4. La liturgia de Adviento nos recuerda cada día: «¡El Señor está cerca!»4.

Conclusión

El Adviento es un período de profundo significado espiritual en la Iglesia Católica. A través de su liturgia, sus símbolos y sus lecturas bíblicas, los fieles son invitados a una doble preparación: la conmemoración gozosa de la primera venida de Cristo y la vigilante espera de su retorno glorioso. Es un tiempo para reflexionar sobre la historia de la salvación, renovar la esperanza en las promesas de Dios y preparar el corazón para acoger al Redentor.

Citas

  1. Adviento, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §Adviento. 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27 28 29

  2. Normas universales sobre el año litúrgico y el calendario - Capítulo I: El año litúrgico - Título II – el ciclo del año - V. Adviento, Papa Pablo VI. Normas Universales sobre el Año Litúrgico y el Calendario Romano General, § 39 (1969). 2 3 4

  3. Normas universales sobre el año litúrgico y el calendario - Capítulo I: El año litúrgico - Título II – el ciclo del año - V. Adviento, Papa Pablo VI. Normas Universales sobre el Año Litúrgico y el Calendario Romano General, § 40 (1969).

  4. Papa Juan Pablo II. Audiencia General del 20 de diciembre de 1978 (1978). 2 3

  5. Parte segunda: Orientaciones para la armonización de la piedad popular con la liturgia - Capítulo cuarto: El año litúrgico y la piedad popular - En adviento - La corona de adviento, Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos. Directorio sobre la Piedad Popular y la Liturgia: Principios y Orientaciones, § 98 (2001). 2 3

  6. Papa Benedicto XVI. 28 de noviembre de 2009: Celebración de las Primeras Vísperas del Primer Domingo de Adviento, § 28 de noviembre de 2009: Celebración de las Primeras Vísperas del Primer Domingo de Adviento (2009). 2 3 4