Amíce
La amíce es una vestidura litúrgica corta de lino, de forma cuadrada u oblonga, que el sacerdote coloca como primera pieza al vestirse para la celebración de la Misa. Originalmente cubría los hombros y la cabeza, sirviendo tanto de protección del cáliz como de símbolo de la disciplina interior del ministro. Hoy, aunque su uso se ha simplificado, sigue siendo obligatoria en la mayoría de los ritos latinos y conserva un rico sentido teológico y simbólico.
Tabla de contenido
Definición y descripción física
La amíce es un paño de lino, cuadrado u oblonga, que debe ser bendecido antes de su empleo litúrgico1. Sus dimensiones mínimas tradicionales son de 32 pulgadas de largo por 24 pulgadas de ancho1. En el centro lleva una pequeña cruz que el sacerdote besa al ponerse la amíce1. Las cuerdas que la sujetan pueden ser de seda blanca o coloreada, y en ocasiones festivas se permite un delicado borde de encaje1.
Historia y origen
El término latino amictus aparece ya a principios del siglo IX, cuando Amalarius lo describe como la primera vestidura que se coloca y que «envuelve el cuello»1. Los primeros documentos, como el Admonitio Synodalis del siglo IX, ya exigían que nadie celebrara la Misa sin amíce, alb, estola, manípulo y casulla1. En la Edad Media la amíce se colocaba primero sobre la cabeza, se dejaban caer los extremos sobre los hombros y, tras ponerse el resto de las vestiduras, se plegaba de nuevo alrededor del cuello como una especie de collar protector del cáliz1. Esta forma de uso ha quedado en desuso entre la mayor parte del clero, aunque persiste en algunas órdenes monásticas y en el rito ambrosiano1.
Significado simbólico y teológico
Disciplina de los sentidos
Según el Papa Benedicto XVI, la amíce simboliza la disciplina de los sentidos y del pensamiento, recordando al sacerdote que debe evitar que su mente divague por ansiedades mundanas y mantenerse atento al anuncio del Evangelio2.
Coraje y pureza
En la Summa Theologiae de Santo Tomás de Aquino, el uso del amíce «significa coraje en el ejercicio de los oficios divinos»3. El Catecismo de Baltimore lo asocia a la resistencia a la tentación, mientras que el mismo texto indica que el alb representa la inocencia y la cincha la castidad4.
Protección del cáliz
Al envolver el cuello, la amíce forma una «capa protectora» que evita que la piel del sacerdote manche la preciosa vestidura del casullo, actuando como una «capa de salvación contra los engaños del enemigo»1.
Uso litúrgico actual
En la Misa
El General Instruction of the Roman Missal (GIRM) establece que, al preparar el altar, «todos los que vistan un alba deben usar cincha y amíce, salvo que la forma del alba lo haga innecesario»5. La amíce se coloca sobre la cabeza por un instante y luego se ajusta alrededor del cuello antes de ponerse el alba, la estola y el casullo1.
En otros ritos
En el rito ambrosiano y en ciertas comunidades monásticas se conserva la antigua forma de colocarla primero sobre la cabeza y luego plegarla al llegar al altar1. En la liturgia oriental, el equivalente es el amictum o anaboladium, usado como cubierta de cabeza por obispos y algunos sacerdotes6.
Normas y requisitos materiales
Material: debe ser lino de fibra de lino o cáñamo; la seda está permitida solo para ocasiones festivas1.
Tamaño: al menos 32 × 24 pulgadas1.
Cruz central: obligatoria y objeto de veneración mediante un beso al vestirse1.
Bordes: se admite un fino encaje en vestiduras festivas, pero no debe exceder los quince pulgadas de ancho1.
Relación con otras vestiduras
La amíce forma parte del conjunto alb, cincha, manípulo, estola y casulla que identifica al sacerdote (y al diácono con el manípulo)7. En la jerarquía de vestiduras, el fanon del Papa es una variante similar, pero se coloca sobre el alba y el casullo, no debajo de ellos8. La surplice sirve como sustituto del alba en funciones no eucarísticas, pero no incluye amíce9.
Conclusión
La amíce, pese a su aparente sencillez, constituye una pieza esencial del vestuario sagrado que combina función práctica, simbolismo espiritual y tradición histórica. Su presencia recuerda al ministro la necesidad de disciplinar los sentidos, de mantener el coraje frente a las tentaciones y de proteger la santidad del altar, manteniendo viva la continuidad de la liturgia católica a lo largo de los siglos.
Citas
Amito, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §Amito. ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5 ↩6 ↩7 ↩8 ↩9 ↩10 ↩11 ↩12 ↩13 ↩14 ↩15
Misa crismal, Papa Benedicto XVI. 5 de abril de 2007: Misa Crismal (2007). ↩
Suplemento - De las cosas anejas al sacramento del orden - ¿Si las vestimentas de los ministros están convenientemente instituidas en la Iglesia? , Tomás de Aquino. Suma Teológica, §Suplemento, Q. 40, A. 7, co. (1274). ↩
Lección vigesimocuarta. Sobre el sacrificio de la misa, Tercer Concilio Plenario de Baltimore. Un Catecismo de Doctrina Cristiana (El Catecismo de Baltimore n.º 3), § 942 (1954). ↩
Capítulo IV las diversas formas de celebrar la misa - I. Misa con asamblea - Los objetos que deben prepararse, Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos. Instrucción General del Misal Romano, § 119 (2003). ↩
Tradición siria occidental: Vestimentas litúrgicas, Edward G. Farrugia. Diccionario Enciclopédico del Oriente Cristiano, §Tradición Siria Occidental: Vestimentas Litúrgicas (2015). ↩
Vestimentas, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, § Vestimentas. ↩
Fanón, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §Fanón. ↩
Sobrepelliz, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §Sobrepelliz. ↩
