Wikitólica

La enciclopedia y wiki católica en español

Cruz

Amoris laetitia

Amoris Laetitia (La Alegría del Amor) es una exhortación apostólica post-sinodal del Papa Francisco, publicada el 19 de marzo de 2016, que aborda el amor en la familia y el matrimonio. Este documento es el resultado de un proceso sinodal de dos años, que incluyó dos Sínodos de los Obispos sobre la familia, y busca ofrecer orientación pastoral y reflexiones sobre los desafíos y las alegrías de la vida familiar en el mundo contemporáneo. El texto enfatiza la misericordia y la cercanía de la Iglesia a las familias, incluyendo aquellas en situaciones consideradas «irregulares,» y promueve un discernimiento pastoral individualizado.

Tabla de contenido

Contexto y Elaboración

La exhortación apostólica Amoris Laetitia surgió como una respuesta a los debates y reflexiones de dos Sínodos de los Obispos: el Sínodo Extraordinario sobre la Familia de 2014 y el Sínodo Ordinario sobre la Familia de 20151. El Papa Francisco expresó su gratitud por las numerosas contribuciones que le ayudaron a comprender mejor los desafíos que enfrentan las familias a nivel global1. El proceso sinodal fue descrito como «impresionante e iluminador,» con las intervenciones de los Padres Sinodales formando una «gema multifacética» que reflejaba diversas preocupaciones legítimas y preguntas honestas1.

El documento fue publicado en el Año Jubilar de la Misericordia, lo que subraya su invitación a las familias cristianas a valorar los dones del matrimonio y la familia, y a perseverar en un amor fortalecido por la generosidad, el compromiso, la fidelidad y la paciencia2. También busca alentar a todos a ser «signo de misericordia y cercanía» donde la vida familiar sea imperfecta o carezca de paz y alegría2. La exhortación está destinada a ser leída con paciencia y cuidado, ya que su extensión se debe a la amplia variedad de cuestiones que aborda3. El Papa Francisco sugirió que, por ejemplo, las parejas casadas podrían enfocarse más en los Capítulos Cuatro y Cinco, los ministros pastorales en el Capítulo Seis, y todos deberían sentirse interpelados por el Capítulo Ocho3.

El Papa Francisco estructuró el documento con un capítulo introductorio inspirado en las Escrituras, seguido de un examen de la situación actual de las familias para mantener una base en la realidad4. Luego, recordó aspectos esenciales de la enseñanza de la Iglesia sobre el matrimonio y la familia, dedicando dos capítulos centrales al amor4. También destacó enfoques pastorales para construir hogares sólidos y fructíferos, con un capítulo completo sobre la educación de los hijos4. Finalmente, ofreció una invitación a la misericordia y al discernimiento pastoral en situaciones que no cumplen plenamente con las expectativas del Señor, concluyendo con una discusión sobre la espiritualidad familiar4.

El proceso sinodal reveló la complejidad de los temas relacionados con la familia y la necesidad de una discusión abierta y continua sobre cuestiones doctrinales, morales, espirituales y pastorales5. El Papa Francisco señaló que los debates se movieron entre un deseo inmoderado de cambio total y una actitud que buscaría resolver todo aplicando reglas generales5.

Contenido Principal

Amoris Laetitia aborda una amplia gama de temas relacionados con la familia, el matrimonio y la pastoral, con un enfoque particular en la misericordia y el acompañamiento.

La Alegría del Amor en la Familia

La exhortación comienza destacando que «La alegría del amor que se vive en las familias es también el júbilo de la Iglesia»6. A pesar de las muchas señales de crisis en la institución del matrimonio, el deseo de casarse y formar una familia sigue siendo fuerte, especialmente entre los jóvenes, lo cual es una inspiración para la Iglesia6. La proclamación cristiana sobre la familia se presenta como una «buena noticia»6.

Realidad Actual de las Familias

El documento reconoce que el bienestar de la familia es crucial para el futuro del mundo y de la Iglesia7. Los Padres Sinodales observaron que las tendencias culturales contemporáneas a menudo no ponen límites a la afectividad, lo que puede llevar a una afectividad narcisista, inestable o cambiante que dificulta el crecimiento hacia la madurez8. También expresaron preocupación por la propagación de la pornografía y la comercialización del cuerpo, así como por situaciones de prostitución forzada8. La crisis en las relaciones de pareja desestabiliza la familia, llevando a menudo a la separación y el divorcio, con graves consecuencias para adultos, hijos y la sociedad en general8.

Se menciona que los problemas matrimoniales a menudo se enfrentan con prisa, sin paciencia, reflexión, sacrificio o perdón8. Los fracasos dan lugar a nuevas relaciones, uniones civiles o nuevos matrimonios, creando situaciones familiares complejas y problemáticas para la vida cristiana8.

Acompañamiento, Discernimiento e Integración de la Fragilidad

El Capítulo Ocho es uno de los más comentados, ya que aborda el acompañamiento, discernimiento e integración de la debilidad en las situaciones familiares «irregulares»3. La Iglesia, consciente de la fragilidad de muchos de sus hijos, «vuelve con amor a quienes participan en su vida de manera incompleta, reconociendo que la gracia de Dios obra también en sus vidas dándoles el valor de hacer el bien, de cuidarse en el amor y de estar al servicio de la comunidad en la que viven y trabajan»9. Este enfoque está en línea con el Año Jubilar de la Misericordia9.

El Papa Francisco enfatiza que la Iglesia debe acompañar con atención y cuidado a los más débiles, restaurando en ellos la esperanza y la confianza, comparando la tarea de la Iglesia con la de un «hospital de campaña»9. Se subraya que el camino de la Iglesia es el de Jesús, el camino de la misericordia y la reinserción, no el de condenar a nadie para siempre10.

Discernimiento Pastoral de Situaciones «Irregulares»

Amoris Laetitia reconoce la inmensa variedad de situaciones concretas, afirmando que ni el Sínodo ni la Exhortación podían proporcionar un nuevo conjunto de reglas generales de naturaleza canónica aplicables a todos los casos11. En su lugar, se fomenta un discernimiento personal y pastoral responsable de los casos particulares, reconociendo que «el grado de responsabilidad no es igual en todos los casos»11. Esto implica que las consecuencias o efectos de una norma no siempre deben ser los mismos11.

Los sacerdotes tienen el deber de «acompañar a [los divorciados vueltos a casar] para ayudarles a comprender su situación según la enseñanza de la Iglesia y las directrices del obispo»11. Este proceso incluye un examen de conciencia a través de la reflexión y el arrepentimiento, donde los divorciados vueltos a casar deben considerar cómo actuaron con sus hijos, si intentaron la reconciliación, qué ha sido de la parte abandonada, las consecuencias de la nueva relación en la familia y la comunidad, y el ejemplo que dan a los jóvenes11. Este discernimiento debe hacerse con humildad, discreción y amor a la Iglesia y su enseñanza, buscando sinceramente la voluntad de Dios11. Se advierte contra el peligro de malentendidos, como la idea de que cualquier sacerdote puede conceder «excepciones» rápidamente o que se pueden obtener privilegios sacramentales a cambio de favores11.

El documento subraya la necesidad de llegar a todos, ayudando a cada persona a encontrar su propia forma de participar en la comunidad eclesial y experimentar la misericordia12. Se aclara que nadie puede ser condenado para siempre, ya que esa no es la lógica del Evangelio, y esto se aplica a todos, sin importar su situación12. Sin embargo, si alguien «ostenta un pecado objetivo como si formara parte del ideal cristiano, o quiere imponer algo diferente de lo que la Iglesia enseña,» esa persona no puede presumir de enseñar o predicar a otros12. Incluso para estas personas, puede haber alguna forma de participar en la vida de la comunidad, como el servicio social o reuniones de oración, con el discernimiento del párroco12.

Los Padres Sinodales alcanzaron un consenso general en el enfoque pastoral hacia personas en matrimonio civil, divorciados vueltos a casar o que simplemente conviven: la Iglesia tiene la responsabilidad de ayudarles a comprender la pedagogía divina de la gracia en sus vidas y ofrecerles asistencia para alcanzar la plenitud del plan de Dios para ellos12.

Gradualidad en la Pastoral

La exhortación también considera la situación específica de un matrimonio meramente civil o la simple convivencia13. Se observa que cuando estas uniones alcanzan una estabilidad particular, son legalmente reconocidas, se caracterizan por un afecto profundo y responsabilidad por los hijos, y demuestran capacidad para superar pruebas, pueden ofrecer oportunidades para el cuidado pastoral con vistas a una eventual celebración del sacramento del matrimonio13.

Asimismo, se expresa preocupación por la desconfianza de muchos jóvenes hacia el matrimonio, quienes optan por convivir, posponiendo indefinidamente el compromiso matrimonial13. Estas personas también necesitan un cuidado pastoral «misericordioso y útil»13. El discernimiento pastoral es necesario para identificar elementos que pueden fomentar la evangelización y el crecimiento humano y espiritual en estas situaciones13.

La elección de un matrimonio civil o la convivencia a menudo no está motivada por el prejuicio contra la unión sacramental, sino por situaciones culturales o contingentes14. En estos casos, se puede mostrar respeto por los signos de amor que reflejan el amor de Dios14. El aumento de parejas que, después de un largo período de convivencia, solicitan el matrimonio en la Iglesia, sugiere que la convivencia puede ser una elección basada en una actitud general opuesta a lo institucional o definitivo, o la espera de una mayor seguridad en la vida14. En algunos países, la pobreza material también impulsa a las personas a las uniones de facto14. Todas estas situaciones requieren una respuesta constructiva que busque transformarlas en oportunidades para alcanzar la plena realidad del matrimonio y la familia conforme al Evangelio, acogiendo y guiando a estas parejas con paciencia y discreción14.

Recepción y Controversias

Amoris Laetitia generó una amplia discusión y diversas interpretaciones dentro de la Iglesia Católica. Una de las áreas de mayor debate se centra en la aplicación del Capítulo Ocho, particularmente en relación con la recepción de la Eucaristía por parte de los divorciados vueltos a casar.

Algunos críticos y defensores de la continuidad interpretan ciertos pasajes de la exhortación como una posible apertura para que, en ciertos casos, se pueda conceder la comunión a personas divorciadas que viven en una segunda unión y permanecen sexualmente activas15. Esta interpretación se basa en la idea de una culpabilidad subjetiva disminuida en algunas de estas situaciones15. El párrafo 301 de Amoris Laetitia afirma que «ya no se puede decir que todos los que se encuentran en alguna situación ‘irregular’ viven en pecado mortal y están privados de la gracia santificante,» citando a Santo Tomás de Aquino para apoyar la idea de que alguien puede poseer la gracia y la caridad sin poder ejercer bien todas las virtudes15.

La nota al pie 351, en particular, ha sido objeto de intensa controversia. Esta nota sugiere que «en ciertos casos, esto puede incluir la ayuda de los sacramentos,» recordando que «la Eucaristía ‘no es un premio para los perfectos, sino un generoso remedio y un alimento para los débiles’»16. Aquellos que perciben una discontinuidad con la enseñanza anterior de la Iglesia interpretan esto como una ruptura con documentos como Familiaris Consortio (n. 84) y Sacramentum Caritatis (n. 29), que reafirmaban la práctica de no admitir a la Comunión eucarística a los divorciados vueltos a casar15,16.

Se argumenta que la exhortación podría estar promoviendo un «concubinato tolerado» o una «gradualidad de la ley,» donde las circunstancias concretas tendrían el poder de cambiar una conducta moralmente mala en una acción moralmente buena, y donde la conciencia individual podría tener una «creatividad» que llevara a un «doble estatus de verdad moral»16. Esta lectura se vería en contradicción con la encíclica Veritatis Splendor, que condenó la idea de que la conciencia individual pudiera establecer excepciones a preceptos morales negativos válidos en general16.

En contraste, quienes defienden la continuidad argumentan que Amoris Laetitia no introduce una nueva doctrina, sino que aplica el principio de la misericordia y el discernimiento pastoral a situaciones complejas, reconociendo que la culpabilidad subjetiva puede ser mitigada en algunos casos15. El texto enfatiza la necesidad de un «discernimiento responsable y serio» guiado por el pastor y un «incremento de la confianza en la gracia de Dios»16. La exhortación insiste en que el discernimiento «nunca podrá prescindir de las exigencias del Evangelio de verdad y caridad, como propone la Iglesia»11.

Las controversias también pusieron de manifiesto desacuerdos entre teólogos sobre temas fundamentales como la relación entre doctrina y práctica pastoral, el poder del Oficio Petrino, la hermenéutica bíblica, la situación de las prácticas sexuales precristianas en culturas recientemente evangelizadas, y la relación entre la teología moral y la teología sacramental17. Estas discusiones reflejan una preocupación más amplia sobre si alguna doctrina puede ser sostenida definitivamente por la Iglesia17.

Conclusión

Amoris Laetitia es un documento significativo que busca fortalecer la vida familiar en la Iglesia Católica, ofreciendo una visión de amor, misericordia y acompañamiento. Si bien reafirma la enseñanza de la Iglesia sobre el matrimonio, también invita a un enfoque pastoral más comprensivo y matizado hacia aquellos cuyas vidas familiares no se ajustan plenamente al ideal. El énfasis en el discernimiento personal y pastoral, así como en la gradualidad en el camino hacia la plenitud del Evangelio, ha generado debates importantes, pero el documento sigue siendo una guía fundamental para la pastoral familiar en el siglo XXI.

Citas

  1. Papa Francisco. Amoris Laetitia, § 4 (2016). 2 3

  2. Papa Francisco. Amoris Laetitia, § 5 (2016). 2

  3. Papa Francisco. Amoris Laetitia, § 7 (2016). 2 3

  4. Papa Francisco. Amoris Laetitia, § 6 (2016). 2 3 4

  5. Papa Francisco. Amoris Laetitia, § 2 (2016). 2

  6. Papa Francisco. Amoris Laetitia, § 1 (2016). 2 3

  7. Capítulo dos las experiencias y desafíos de las familias, Papa Francisco. Amoris Laetitia, § 31 (2016).

  8. Capítulo dos las experiencias y desafíos de las familias - La realidad actual de la familia, Papa Francisco. Amoris Laetitia, § 41 (2016). 2 3 4 5

  9. Capítulo ocho acompañamiento, discernimiento e integración de la fragilidad, Papa Francisco. Amoris Laetitia, § 291 (2016). 2 3

  10. Capítulo ocho acompañamiento, discernimiento e integración de la fragilidad - El discernimiento de las situaciones «irregulares» 325, Papa Francisco. Amoris Laetitia, § 296 (2016).

  11. Capítulo ocho acompañamiento, discernimiento e integración de la fragilidad - El discernimiento de las situaciones «irregulares» 325, Papa Francisco. Amoris Laetitia, § 300 (2016). 2 3 4 5 6 7 8

  12. Capítulo ocho acompañamiento, discernimiento e integración de la fragilidad - El discernimiento de las situaciones «irregulares» 325, Papa Francisco. Amoris Laetitia, § 297 (2016). 2 3 4 5

  13. Capítulo ocho acompañamiento, discernimiento e integración de la fragilidad - La gradualidad en la pastoral, Papa Francisco. Amoris Laetitia, § 293 (2016). 2 3 4 5

  14. Capítulo ocho acompañamiento, discernimiento e integración de la fragilidad - La gradualidad en la pastoral, Papa Francisco. Amoris Laetitia, § 294 (2016). 2 3 4 5

  15. Ángel Pérez-López. Veritatis Splendor y Amoris Laetitia: Ni lamentada ni celebrada discontinuidad, § 10. 2 3 4 5

  16. Responsabilidad subjetiva disminuida y concubinato tolerado, Ángel Pérez-López. Veritatis Splendor y Amoris Laetitia: Ni lamentada ni celebrada discontinuidad, § 9. 2 3 4 5

  17. La Sagrada Familia: Modelo, no excepción de Mary Shivanandan (Glen Echo, MD: KM Associates, 2018), xxix + 292 pp, Michael Seewald, David Bentley Hart, et al. Reseñas de libros (Nova et Vetera, Vol. 18, N.º 4), § 39. 2