Animales
En la doctrina católica, los animales ocupan un lugar destacado como parte de la creación divina, dotados de un valor intrínseco por ser obra del Creador, aunque subordinados al ser humano, llamado a ejercer un dominio responsable y compasivo. La Sagrada Escritura, la Tradición y el Magisterio destacan su rol en el plan de salvación, invitando a la alabanza de Dios a través de ellos, como ejemplifica San Francisco de Asís, patrono de los amantes de la naturaleza. La Iglesia condena la crueldad innecesaria, promueve el cuidado ecológico y rechaza visiones panteístas, equilibrando el uso legítimo de los animales con el respeto a su dignidad como criaturas.1,2
Tabla de contenido
Los animales en la Sagrada Escritura
La Biblia presenta a los animales como manifestaciones de la sabiduría y bondad de Dios, integrados en el orden de la creación desde los inicios del mundo. En el libro del Génesis, Dios crea los animales del mar, del cielo y de la tierra, declarando que son «buenos» en su conjunto, y encomienda al hombre un dominio sobre ellos que no es de explotación despótica, sino de custodia amorosa.3
Los animales intervienen en momentos clave de la historia de la salvación: el serpiente en el paraíso como tentador, las bestias en el arca de Noé como símbolo de preservación divina, o el burro de Balaam que habla para revelar la voluntad de Dios. En los Salmos, se invita a todas las criaturas a alabar al Señor: «Alabad al Señor de las bestias del campo, de los reptiles y de las aves» (cf. Sal 148). Los profetas evocan imágenes de paz mesiánica donde «el lobo habitará con el cordero» (Is 11,6), prefigurando la armonía restaurada por Cristo.4
En el Nuevo Testamento, Jesús utiliza parábolas con animales —como la oveja perdida o el buen pastor— para ilustrar la misericordia divina. San Pablo recuerda que «toda la creación gime» esperando la redención (Rm 8,22), subrayando su participación en el misterio pascual.
La visión teológica de los animales en la tradición católica
La tradición patrística y escolástica afirma que los animales poseen almas sensitivas, capaces de sentir placer y dolor, pero carecen de alma racional inmortal, reservada al hombre creado a imagen de Dios. San Tomás de Aquino enseña que Dios los ha ordenado al servicio humano, permitiendo su uso para alimento, trabajo o experimentación razonable, siempre con moderación y sin crueldad gratuita.3
Los Padres de la Iglesia, como San Basilio o San Juan Crisóstomo, exaltan la providencia divina en la variedad animal, invitando a la contemplación como vía para ascender a Dios. En la Edad Media, esta perspectiva se enriquece con la hagiografía, donde santos dialogan con bestias, no por magia, sino por la gracia que restaura la armonía edénica.
San Francisco de Asís y su relación especial con los animales
San Francisco de Asís (1181-1226) encarna la actitud católica ideal hacia los animales, viéndolos como «hermanos y hermanas» en la creación. Su Cántico de las Criaturas personifica al sol, la luna, el viento y los animales, uniéndolos en la alabanza al Altísimo. Francisco predicaba a las aves, domaba al lobo de Gubbio y cuidaba a insectos y bestias, no por sentimentalismo romántico, sino por su amor a Dios, que se refleja en todas las cosas.5,3,2,6
Pío XI en Rite Expiatis aclara que este afecto franciscano no era mero ecologismo primitivo, sino derivado de la virtud heroica y el amor a la Cruz: «llamaba a todos por el nombre de hermano y hermana […] porque en ellos percibía la bondad de Dios». No se propone como modelo para «amantes de flores, pájaros o liebres», sino para imitar su santidad integral.3 Su discípulo San Buenaventura explica que Francisco veía «la imagen del Amado impresa en todas las cosas».3,1
Francisco es patrono de los activistas por los derechos de los animales y de los zoólogos, junto a San Alberto Magno, quien estudió empíricamente la vida animal para glorificar al Creador.5,6
Enseñanza del Magisterio sobre los animales
El Magisterio contemporáneo integra la doctrina sobre animales en la ecología integral, como en la encíclica Laudato Si' de Papa Francisco (2015). San Francisco de Asís inspira una visión donde cada criatura es «hermana unida por lazos de afecto», llamando a rechazar la mentalidad depredadora de «amos y explotadores». Esta apertura al asombro fomenta sobriedad y cuidado, evitando reducir la realidad a objeto utilitario.1
Pablo VI, en un discurso de 1965, alude a los animales en la Escritura —desde la serpiente hasta los leones y corderos— como recordatorio de la presencia divina en la creación.4 Encíclicas como Humanae Vitae o el Catecismo de la Iglesia Católica (nn. 2415-2418) condenan la crueldad hacia animales como contrario a la dignidad humana, pero afirman el derecho a su uso lícito: «Los experimentos en animales si responden a la verdadera necesidad científica son moralmente legítimos».3
El Concilio Vaticano II (Gaudium et Spes) y documentos posteriores enfatizan la custodia de la creación como deber cristiano, oponiéndose al abuso ambiental que daña a animales y ecosistemas.
Ética católica y derechos de los animales
La Iglesia distingue entre derechos humanos inalienables y el bienestar animal, que debe respetarse por caridad y justicia conmutativa. Se prohíbe la crueldad —corridas de toros con sufrimiento innecesario han sido criticadas por algunos obispos—, pero se permite la ganadería responsable, la caza regulada y la pesca.2
En bioética, la clonación o manipulación genética de animales se evalúa por su fin: lícita si sirve al bien común humano, ilícita si degrada la creación. La teología moral insta a la compasión, imitando a Cristo, Pastor de todo rebaño.
Respecto a mascotas, la Iglesia las ve como dones que educan en responsabilidad, pero advierte contra idolatrarlos, priorizando a las personas. En liturgia, bendiciones de animales (como en la fiesta de San Francisco, 4 octubre) fomentan gratitud.
Santos patronos relacionados con animales y profesiones afines
| Santo | Patronazgo relacionado | Razón principal |
|---|---|---|
| San Francisco de Asís | Activistas por derechos animales, zoólogos | Amor fraterno a las criaturas como alabanza a Dios.5,6 |
| San Alberto Magno | Zoólogos | Estudios científicos sobre animales.6 |
| San Antonio Abad | Animales domésticos | Protección contra plagas y enfermedades animales. |
| Santa Gertrude de Nivelles | Gatos y roedores | Invocada contra ratas y por protección animal. |
Esta tabla resume patronos clave, inspirando vocaciones en veterinaria y conservación.
Actualidad y desafíos contemporáneos
Hoy, la doctrina católica enfrenta debates sobre veganismo, experimentos médicos y extinción de especies. La Iglesia promueve estilos de vida sostenibles sin extremismos, como en la Jornada Mundial de la Paz o mensajes de Papa León XIV. Organizaciones católicas como la Red Eclesial Ecológica aplican principios franciscanos a la crisis climática, protegiendo hábitats animales.
En resumen, los animales en el catolicismo revelan la gloria de Dios, llaman al hombre a la santidad mediante el cuidado responsable y prefiguran la nueva creación. Imitar a San Francisco significa amar a las criaturas para amar mejor al Creador.
Citas
San Francisco de Asís, Papa Francisco. Laudato Si, § 11. ↩ ↩2 ↩3
San Francisco de Asís, The Encyclopedia Press. Catholic Encyclopedia, §San Francisco de Asís. ↩ ↩2 ↩3
Papa Pablo VI. A los peregrinos de la India (11 de junio de 1965) - Discurso. ↩ ↩2
Activistas por los derechos de los animales - Francisco de Asís, Magisterium AI. Santos Patronos en la Iglesia Católica, §Activistas por los derechos de los animales (2024). ↩ ↩2 ↩3
Zoología - Alberto Magno, Francisco de Asís, Magisterium AI. Santos Patronos en la Iglesia Católica, §Zoología (2024). ↩ ↩2 ↩3 ↩4
