Antiguo Testamento

El Antiguo Testamento es la primera y más extensa parte de la Biblia cristiana, una colección de libros sagrados que narra la historia de la salvación desde la creación del mundo hasta la venida de Jesucristo. Para la Iglesia Católica, estos libros son divinamente inspirados y constituyen una parte integral de la revelación de Dios a la humanidad. Aunque escritos en diferentes épocas y géneros literarios, presentan una profunda unidad, anticipando y preparando la «Nueva Alianza» establecida por Jesucristo. La comprensión católica del Antiguo Testamento se enriquece con la lectura tipológica, que discierne en sus eventos, personas e instituciones prefiguraciones del misterio de Cristo.
Tabla de contenido
El Canon del Antiguo Testamento
El término canon, aplicado a las Escrituras, denota la lista autorizada y cerrada de escritos compuestos bajo inspiración divina y destinados al bienestar de la Iglesia1. La Iglesia Católica reconoce un canon específico para el Antiguo Testamento que difiere en número de libros de la Biblia hebrea y de las Biblias protestantes1.
Libros Protocanónicos y Deuterocanónicos
Dentro del canon católico, se distinguen los libros protocanónicos y deuterocanónicos1.
Libros Protocanónicos: Son aquellos escritos sagrados que la cristiandad siempre ha recibido sin disputa1. Corresponden con los libros del Antiguo Testamento de la Biblia hebrea, y por ende, con el Antiguo Testamento aceptado por los protestantes1. Incluyen, por ejemplo, los cinco libros de Moisés (Génesis, Éxodo, Levítico, Números, Deuteronomio), Josué, Jueces, Rut, los libros de Reyes y Crónicas, Job, los Salmos, Proverbios, Eclesiastés, el Cantar de los Cantares, Isaías, Jeremías, Ezequiel y los doce Profetas Menores1,2,3,4.
Libros Deuterocanónicos: Son aquellos cuya naturaleza escriturística fue disputada en algunos círculos, pero que hace mucho tiempo obtuvieron una posición segura en la Biblia de la Iglesia Católica1. Estos libros, que los protestantes clasifican como «Apócrifos», son siete: Tobías, Judit, Baruc, Eclesiástico (también conocido como Sirácida), Sabiduría, 1 Macabeos y 2 Macabeos1,2. Además, incluyen ciertas adiciones a los libros protocanónicos de Ester y Daniel1. Es importante señalar que los términos «protocanónico» y «deuterocanónico» son modernos y no se usaron antes del siglo XVI1.
Definiciones Conciliares del Canon
La definición más explícita del canon católico fue dada por el Concilio de Trento en su Sesión IV, en 15461,3,4. El catálogo del Antiguo Testamento establecido por Trento incluye:
Los cinco libros de Moisés (Génesis, Éxodo, Levítico, Números, Deuteronomio).
Josué, Jueces, Rut.
Los cuatro libros de los Reyes, dos de Paralipómenos (Crónicas).
El primer y segundo de Esdras (este último llamado Nehemías).
Tobías, Judit, Ester, Job.
Proverbios, Eclesiastés, el Cantar de los Cantares.
Sabiduría, Eclesiástico.
Isaías, Jeremías, con Baruc.
Ezequiel, Daniel.
Los doce Profetas Menores (Oseas, Joel, Amós, Abdías, Jonás, Miqueas, Nahúm, Habacuc, Sofonías, Hageo, Zacarías, Malaquías).
Este orden de libros sigue el del Concilio de Florencia (1442) y en su plan general, el de la Septuaginta1. Otras definiciones anteriores que enumeran estos libros incluyen el decreto del Sínodo Romano del año 382 (atribuido al Papa Dámaso I)5,6 y los escritos de San Agustín en Sobre la Doctrina Cristiana (c. 426 d.C.), donde menciona Sabiduría y Eclesiástico como libros proféticos que han alcanzado reconocimiento autoritativo7.
El Catecismo de la Iglesia Católica reafirma este canon, indicando que el Antiguo Testamento comprende 46 libros (o 45 si se cuentan Jeremías y Lamentaciones como uno)2.
La Unidad de los Dos Testamentos
La Iglesia Católica enfatiza la profunda unidad entre el Antiguo y el Nuevo Testamento, considerándolos partes de un único plan divino de salvación8,9. Esta unidad se ilumina a través de la tipología10.
La Lectura Tipológica
La tipología es un método de lectura de la Sagrada Escritura que permite discernir en las obras de Dios en la Antigua Alianza prefiguraciones (o tipos) de lo que Él cumplió en la plenitud de los tiempos en la persona de su Hijo encarnado, Jesucristo (antitipo)8,9,10.
Prefiguraciones en el Antiguo Testamento: Las personas, eventos, instituciones y rituales del Antiguo Testamento son vistos como «sombras» o «esbozos» de las realidades que se manifestarían plenamente en Cristo y en la Iglesia11,12. Por ejemplo, el diluvio y el arca de Noé prefiguraron la salvación por el Bautismo; la nube y el paso del Mar Rojo también lo hicieron. El agua de la roca fue figura de los dones espirituales de Cristo, y el maná en el desierto prefiguró la Eucaristía, el «verdadero pan del cielo»13. Jesús mismo es presentado como el «nuevo Adán», el «nuevo Moisés», el «nuevo Isaac», el «nuevo Jacob» y el «nuevo David», recapitulando la vida de Israel14.
Continuidad y Novedad: La tipología no invalida el valor inherente del Antiguo Testamento como revelación, sino que revela su contenido inagotable desde la perspectiva del Nuevo9. El Antiguo Testamento conserva su propia significación religiosa y sus leyes ceremoniales tuvieron causas literales relacionadas con el culto divino de su tiempo, además de su sentido figurado12. Sin embargo, el Nuevo Testamento trae la realidad en lugar de la figura, la luz en lugar de la oscuridad, y la verdad en lugar de la sombra11. Como San Agustín señaló perspicazmente: «El Nuevo Testamento está oculto en el Antiguo, y el Antiguo se hace manifiesto en el Nuevo»9.
Relevancia para los Cristianos
Para los cristianos, leer el Antiguo Testamento a la luz de Cristo crucificado y resucitado es fundamental9. La catequesis cristiana primitiva hizo un uso constante del Antiguo Testamento para explicar la novedad de Cristo9. Los Padres de la Iglesia vieron en las personas y eventos del Antiguo Testamento iconos y prefiguraciones de los eventos de la vida de Cristo y de su Iglesia8. Esto significa que las realidades del Antiguo Testamento tienen su pleno sentido y se cumplen en Cristo, aunque el hilo escatológico permanece intacto en la esperanza cristiana por la Parusía, cuando los tipos del Antiguo Testamento se cumplirán definitivamente15.
Estructura del Antiguo Testamento en la Liturgia
En la Liturgia de las Horas, la secuencia de los libros del Antiguo Testamento sigue la historia de la salvación16. Dios guio e iluminó a su pueblo paso a paso, revelándose en el curso de su vida16. Así, los profetas se leen entre los libros históricos, considerando el tiempo en que vivieron y enseñaron16.
Ciclo Bienal de Lecturas: La Liturgia de las Horas sigue un arreglo bienal que permite incluir casi todos los libros de la Sagrada Escritura, así como pasajes largos y difíciles que apenas tienen cabida en la Misa17. Se seleccionan pasajes del Antiguo Testamento por su mayor importancia en la comprensión de la historia de la salvación y por su valor devocional17.
Año I: Ofrece los libros históricos junto con los libros proféticos desde el libro de Josué hasta el tiempo del Exilio inclusive16.
Año II: Las lecturas antes de Cuaresma son del Génesis, y luego se narra la historia de la salvación desde el Exilio hasta la época de los Macabeos. Los profetas posteriores, los libros sapienciales y los libros narrativos de Ester, Tobías y Judit tienen su lugar en el Año II16.
Este enfoque litúrgico subraya cómo el Antiguo Testamento es vital para la comprensión del plan de salvación de Dios, preparando el camino para la plenitud de la revelación en el Nuevo Testamento.
Conclusión
El Antiguo Testamento es una parte esencial e inspirada de la revelación divina, fundamental para la fe católica. Sus libros, definidos por la Tradición y los Concilios de la Iglesia, no solo contienen la historia de la Alianza de Dios con Israel, sino que también prefiguran y preparan la venida de Jesucristo. La lectura tipológica permite a los católicos comprender la unidad profunda de los Testamentos y ver en las antiguas promesas el anuncio de la salvación que se cumple en la persona y obra de Cristo, el verdadero centro de toda la Escritura. El estudio y la meditación del Antiguo Testamento, a la luz del Nuevo, enriquecen la comprensión de la historia de la salvación y nutren la vida espiritual de los fieles.
Citas
Canon del Antiguo Testamento, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §Canon del Antiguo Testamento. ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5 ↩6 ↩7 ↩8 ↩9 ↩10 ↩11 ↩12 ↩13
IV. El canon de la Escritura, Catecismo de la Iglesia Católica, § 120 (1992). ↩ ↩2 ↩3
El Concilio de Trento - La Cuarta Sesión - Decreto sobre las Escrituras canónicas, Documento del Concilio. Concilio de Trento, §La Cuarta Sesión (1563). ↩ ↩2 ↩3
Concilio de Trento 1545-1563 - Ecuménico XIX (contra novatores siglo XVI) - Sesión IV (8 de abril de 1546) se aceptan los libros sagrados y las tradiciones de los apóstoles, Heinrich Joseph Dominicus Denzinger. Fuentes del Dogma Católico (Enchiridion Symbolorum), § 1502 (1854). ↩ ↩2 ↩3
El canon de la Sagrada Escritura * - Del mismo decreto y de las actas del mismo sínodo romano, Heinrich Joseph Dominicus Denzinger. Fuentes del Dogma Católico (Enchiridion Symbolorum), § 179 (1854). ↩
El canon de la Sagrada Escritura y los libros apócrifos - De la misma epístola a Exuperio, Heinrich Joseph Dominicus Denzinger. Fuentes del Dogma Católico (Enchiridion Symbolorum), § 213 (1854). ↩
Libro II - Capítulo 8.— los libros canónicos, Agustín de Hipona. Sobre la Doctrina Cristiana, §Libro II. Capítulo 8 (426). ↩
Primera parte - La fe de la Iglesia - I. Revelación de la Santísima Trinidad - C. Las Sagradas Escrituras - 2. Unidad del Antiguo y Nuevo Testamento, Sínodo de la Iglesia Greco-Católica Ucraniana. Catecismo de la Iglesia Católica Ucraniana: Cristo – Nuestra Pascua, § 45 (2016). ↩ ↩2 ↩3
Primera parte: Verbum Dei - La interpretación de la Sagrada Escritura en la Iglesia - La relación entre el Antiguo y el Nuevo Testamento, Papa Benedicto XVI. Verbum Domini, § 41 (2010). ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5 ↩6
IV. El canon de la Escritura, Catecismo de la Iglesia Católica, § 128 (1992). ↩ ↩2
Exégesis bíblica, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §Exégesis Bíblica. ↩ ↩2
III. El Espíritu Santo y la Iglesia en la liturgia, Catecismo de la Iglesia Católica, § 1094 (1992). ↩
Joseph W. Koterski, S.J. Sobre el Cuádruple Sentido de la Escritura en Jesús de Nazaret, Volumen 1, § 8. ↩
Michael D. Torre, Ulrich Lehner, et al. Reseñas de libros (Nova et Vetera, Vol. 18, No. 3), § 30. ↩
Capítulo tercero. Las diversas partes de la liturgia de las horas - VI. La lectura de la Sagrada Escritura - B. La organización de la lectura de la Sagrada Escritura en el oficio de lecturas, Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos. La Instrucción General sobre la Liturgia de las Horas, § 152 (1971). ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5
Capítulo tercero. Las diversas partes de la liturgia de las horas - VI. La lectura de la Sagrada Escritura - B. La organización de la lectura de la Sagrada Escritura en el oficio de lecturas, Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos. La Instrucción General sobre la Liturgia de las Horas, § 146 (1971). ↩ ↩2