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Apocalipsis

Apocalipsis
Juan en la Isla de Patmos (folio 3 r.). De los manuscritos iluminados del Apocalipsis de The Cloisters. Dominio Público.

El Apocalipsis, también conocido como el Libro del Apocalipsis o Libro de la Revelación, es el último libro del Nuevo Testamento de la Biblia. Es una obra de la literatura apocalíptica, caracterizada por sus visiones simbólicas y su mensaje de esperanza en la victoria final de Dios sobre el mal. Escrito por San Juan Apóstol, el libro tiene como propósito consolar a los cristianos perseguidos y asegurarles la inminencia de la venida triunfante de Cristo y la instauración de un nuevo cielo y una nueva tierra. Su lenguaje figurado requiere una interpretación cuidadosa, que la Iglesia ha guiado para evitar lecturas literales erróneas sobre el fin de los tiempos.

Tabla de contenido

Origen y Autoría

El término «Apocalipsis» proviene del griego apokalypsis, que significa «revelación»1,2. Este género literario surgió en el judaísmo tras el cese de la profecía, entre los siglos II a.C. y II d.C., y fue adoptado por escritores cristianos1. La estructura narrativa apocalíptica busca desvelar secretos celestiales, la creación, la naturaleza divina, el fin de los días y eventos escatológicos1.

El autor del Apocalipsis se identifica simplemente como Juan2. La tradición de la Iglesia, desde finales del siglo II, lo ha reconocido como Juan el Apóstol, hijo de Zebedeo y discípulo amado de Jesús2. Testimonios de figuras como Melito, obispo de Sardis; San Ireneo en la Galia; Tertuliano en África; e Hipólito en Italia, confirman la autenticidad apostólica del libro2.

El propósito principal del libro era ofrecer consuelo y fortaleza a los cristianos que enfrentaban persecución, particularmente durante el reinado del emperador Domiciano2. A través de sus visiones, el autor exhorta a los fieles a permanecer firmes en su fe, soportar las tribulaciones con fortaleza y resistir la seducción de falsos profetas y prácticas paganas, incluyendo el culto al César2.

Contenido y Estructura

El Apocalipsis se organiza en varias secciones principales, que se desarrollan a través de una serie de visiones simbólicas:

Las Siete Iglesias

El libro comienza con la revelación de Jesús el Mesías a Juan2. Tras una salutación a las siete iglesias de Asia Menor (Éfeso, Esmirna, Pérgamo, Tiatira, Sardis, Filadelfia y Laodicea), Juan describe una visión de Jesús como el Hijo del Hombre, una imagen inspirada en Daniel 10 y Enoc 462. Las epístolas a estas iglesias son exhortaciones a la perseverancia en la fe, advertencias contra los falsos apóstoles y llamados a abstenerse de la fornicación y la carne ofrecida a los ídolos2.

El Libro de los Siete Sellos

Esta sección presenta la visión de Dios entronizado rodeado por veinticuatro ancianos y cuatro seres vivientes, una descripción que se asemeja a las visiones de Ezequiel 12. En la mano derecha de Dios hay un rollo sellado con siete sellos, y solo el Cordero inmolado, Jesús, es digno de abrirlos2. La apertura de los sellos desencadena una serie de eventos:

El Drama Divino

Esta parte central del Apocalipsis se presenta como un drama en cinco actos, que describe la lucha entre el bien y el mal, y la victoria final de Cristo2:

Primer Acto: El Cordero, la Mujer y el Dragón (Capítulos 12-14)

La visión principal se inspira en Génesis 3:15, presentando a una mujer vestida de esplendor celestial (identificada con la sinagoga o la Iglesia), que da a luz a un hijo destinado a gobernar las naciones. Ella es perseguida por un gran dragón (Satanás), que es expulsado del cielo2. Aparecen dos bestias:

Segundo Acto: Las Siete Copas (Capítulos 15-16)

Estas copas contienen las siete plagas que preceden la destrucción de Babilonia, inspiradas en las plagas de Egipto. Se derraman sobre la tierra, los mares, los ríos, el sol, el trono de la bestia, el Éufrates (preparando el camino para los reyes de Oriente) y el aire, causando destrucción y calamidades2.

Tercer Acto: La Gran Ramera (Capítulos 17-18)

Se describe a una gran ramera, identificada como Babilonia (Roma), sentada sobre una bestia escarlata. Representa la idolatría y la fornicación espiritual de los reyes y naciones de la tierra con el poder imperial2. Su caída es lamentada por los gobernantes y mercaderes, y es vista como un lugar desolado2.

Cuarto Acto: La Victoria sobre la Bestia y el Dragón (Capítulos 19-20)

Un caballero, «La Palabra de Dios», aparece montado en un caballo blanco, derrotando a la bestia y al falso profeta, que son arrojados al lago de fuego2. A esto sigue la primera resurrección y el reinado de Cristo por mil años. Los mártires resucitan y participan en la gloria con Cristo, mientras Satanás es encadenado. Al final de los mil años, es liberado para engañar a las naciones (Gog y Magog), pero finalmente es derrotado y arrojado al lago de fuego eternamente2.

Quinto Acto: La Nueva Jerusalén (Capítulos 21-22)

La visión culminante presenta la Nueva Jerusalén, que desciende del cielo, preparada como una esposa para su esposo3. Dios habita en medio de sus santos, quienes disfrutan de completa felicidad2. Esta ciudad gloriosa, descrita con detalles tomados de Ezequiel 40-48, tiene los nombres de las Doce Tribus y los Doce Apóstoles en sus puertas. En ella, Dios y el Cordero son el santuario y la luz2,4.

Epílogo

El libro concluye con una advertencia sobre la inminencia del cumplimiento de la profecía y la bienaventuranza para quienes guarden sus palabras2,5. Se prohíbe añadir o quitar algo del libro, bajo pena de perder la parte en la ciudad celestial2.

Simbolismo e Interpretación Católica

El Apocalipsis es rico en simbolismo, y la Iglesia Católica ha insistido en que su lenguaje figurado no debe interpretarse literalmente6,4. No es un calendario detallado de eventos futuros, sino una revelación de la victoria de Dios y la esperanza para los que sufren4.

Interpretaciones Clave

Errores de Interpretación a Evitar

La Iglesia ha advertido contra la especulación sobre el «cuándo» y el «cómo» precisos de los eventos escatológicos6. Las profecías del Apocalipsis se expresan en un lenguaje figurado de difícil interpretación, y no se debe esperar encontrar en él detalles sobre el fin del mundo o el número de salvados6,4. Jesús mismo afirmó que «de aquel día y hora nadie sabe, ni siquiera los ángeles del cielo, ni el Hijo, sino solo el Padre» (Mateo 24:36, Marcos 13:32-33)4.

El Mensaje de Esperanza

A pesar de sus visiones a menudo perturbadoras, el mensaje fundamental del Apocalipsis es de profunda esperanza en Dios4. Es un llamado a la fidelidad y la perseverancia en medio de las pruebas, con la seguridad de que Cristo vendrá pronto y su triunfo sobre todo mal es definitivo2,5,4. El libro infunde en los creyentes la confianza de que las angustias y luchas de la humanidad serán superadas, y Dios coronará de gloria el destino último de la historia humana con la plenitud de la alegría y la glorificación3.

En resumen, el Apocalipsis, con toda su riqueza simbólica, nos invita a orar por la venida final del Cordero, el Señor Jesús (Apocalipsis 22:20), y a confiar en el triunfo de Dios sobre todo el mal del mundo, esperando ser contados entre sus elegidos4.

Citas

  1. Apocalipsis, Edward G. Farrugia. Diccionario Enciclopédico del Oriente Cristiano, §Apocalipsis (2015). 2 3 4

  2. Apocalipsis, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §Apocalipsis. 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27 28 29 30 31 32 33 34 35 36 37

  3. Papa Juan Pablo II. 2 de noviembre de 1986: Visita pastoral a la Parroquia romana de la Inmaculada Concepción - Homilía, § 5 (1986). 2 3 4

  4. Parte cuarta - Lectura del Nuevo Testamento, Conferencias Episcopales Católicas de Inglaterra y Gales, y de Escocia. El Don de la Escritura (2005). 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14

  5. Papa Juan Pablo II. 18 de mayo de 1980: Visita pastoral a la parroquia de «Sacro Cuore di Cristo Re» en Roma - Homilía, § 2 (1980). 2 3

  6. Valores humanos y vida futura, Papa Pablo VI. Audiencia General del 8 de septiembre de 1971 (1971). 2 3