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Arca relicario

Arca relicario
Bloedprocessie AD2014, Brugge. Original, Carolus, CC BY 3.0 📄

Un arca relicario es un recipiente sagrado utilizado en el cristianismo para custodiar reliquias, que son objetos asociados con santos o eventos sagrados. La práctica de venerar reliquias y, por ende, de usar arcas relicarios, tiene profundas raíces en la historia de la Iglesia, evolucionando desde simples cajas hasta elaboradas obras de arte. Estos recipientes no solo sirven como protectores de las reliquias, sino también como símbolos visibles de fe y conexión con la tradición eclesiástica.

Tabla de contenido

Orígenes y Terminología Antigua

La palabra arca tiene una larga historia en el uso eclesiástico, refiriéndose a un tipo de caja o receptáculo. En los primeros siglos del cristianismo, el término arca no se limitaba exclusivamente a las reliquias. Por ejemplo, se utilizaba para designar una caja donde los primeros cristianos guardaban la Eucaristía en sus hogares1. San Cipriano narra el caso de una mujer que intentó abrir su arca que contenía el Cuerpo Santo del Señor con manos indignas, y un fuego surgió, impidiéndoselo1. También se usaba para las ofrendas destinadas a la Iglesia o a los pobres1.

Los primeros recipientes destinados a reliquias eran conocidos por nombres generales como capsa, capsella, theca, pyxis o arca2. Esta ambigüedad en la terminología dificulta a veces determinar si ciertos objetos, como las cajas circulares de marfil con decoraciones evangélicas, fueron usados para reliquias o para otros objetos piadosos como la Eucaristía o los óleos sagrados2. Sin embargo, la existencia de una de estas cajas que representa el martirio de San Menas sugiere su uso como relicario, posiblemente para contener el aceite de su santuario2.

Evolución Histórica de los Relicarios

La necesidad de custodiar reliquias ha existido prácticamente desde los inicios del cristianismo2. Aunque la construcción y los materiales de los primeros relicarios no pueden determinarse con certeza, se han descubierto especímenes tempranos que arrojan luz sobre su forma y función.

Primeros Relicarios

Los relicarios más antiguos conocidos incluyen cajas de plata descubiertas en Grado en 1871, una de forma circular y otra ovalada. Estas cajas, adornadas con emblemas cristianos e inscripciones con nombres de santos, confirman su propósito relicario2. Un objeto similar sin inscripción fue hallado en Numidia y actualmente se conserva en el Museo Vaticano, datado en el siglo V2. Otro ejemplar, sin duda destinado a reliquias, se encontró en el tesoro de la Sancta Sanctorum en el Laterano2. Estas capselloe argenteoe (cajitas de plata) son el tipo que el emperador Justiniano I deseaba enviar a Roma en 519 para obtener reliquias de San Lorenzo y otros santos romanos2.

Más tarde, se encuentran frascos de peltre y pequeñas cruces de oro, o encolpia, como los conservados en el tesoro de Monza, que se cree fueron regalos del Papa Gregorio Magno a la Reina Teodolinda. Los frascos contenían aceite de las lámparas que ardían ante las reliquias o en iglesias de Tierra Santa, mientras que el encolpion de oro, una joya de tres pulgadas de alto por dos y media de ancho con figuras e inscripciones en niel, se cree que contiene un fragmento de la Vera Cruz2.

Relicarios Medievales y Posteriores

A partir del siglo VII u VIII, los relicarios más grandes, o santuarios, comienzan a aparecer2. Un notable ejemplo es un santuario a dos aguas en el tesoro de San Mauricio en el Valais, decorado con piedras y un camafeo, con una placa de oro en la parte posterior que detalla su construcción en honor a San Mauricio2. Esta forma de santuario a dos aguas, a menudo comparada con un «Arca de Noé» en miniatura, se mantuvo como el tipo predilecto para relicarios importantes durante toda la Alta Edad Media2.

Uno de los ejemplos más magníficos es el conocido como el Santuario de los Tres Reyes en la Catedral de Colonia. Construido después del saqueo de Milán en 1162, cuando las supuestas reliquias de los Magos fueron trasladadas a Colonia, este relicario de plata de casi seis pies de largo y cuatro y medio de alto se asemeja a una iglesia con nave y dos pasillos2. Otros relicarios medievales adoptaron formas de partes del cuerpo, como piernas, brazos, y especialmente cabezas o bustos. El busto más antiguo conocido proviene del tesoro de San Mauricio en el Valais, y entre los ejemplos posteriores se encuentran los famosos relicarios de las cabezas de los Apóstoles San Pedro y San Pablo en el Laterano, y el de San Genaro en Nápoles2. También existieron estatuas-relicario, particularmente comunes en Inglaterra, donde las reliquias se ocultaban dentro de las figuras2.

Finalmente, las reliquias siempre se han guardado en cajas o cofres simples, de tamaño, material y ornamentación variables. En tiempos más modernos, estos siempre están sellados y su contenido es indicado en un acto episcopal formal de autenticación, sin el cual no es lícito exponer las reliquias para la veneración pública2.

El Arca Relicario en el Altar

La inclusión de reliquias en los altares tiene una larga tradición. La cavidad del altar es una pequeña cámara cuadrada u oblonga en el cuerpo del altar donde, según el Pontificale Romanum, se colocan reliquias de dos mártires canonizados3. Aunque la Congregación de Ritos Sagrados decidió en 1906 que la reliquia de un solo mártir es suficiente para la validez de la consagración, también pueden añadirse reliquias de otros santos, especialmente de aquellos en cuyo honor se consagra la iglesia o el altar3.

Estas reliquias deben ser porciones reales de los cuerpos de los santos, no simplemente de sus vestimentas u otros objetos que hayan usado o tocado, y deben estar autenticadas3. Si el altar es fijo, las reliquias se colocan en un relicario de plomo, plata u oro, lo suficientemente grande para contener, además de las reliquias, tres granos de incienso y un pequeño trozo de pergamino con una certificación de la consagración3. Este pergamino suele encerrarse en un recipiente de cristal para evitar su descomposición3. La capsa reliquiarum (caja de reliquias) se coloca en una pequeña mesa en el presbiterio durante la primera parte del rito de dedicación del altar4. Es costumbre incluir en esta capsa un pergamino que mencione la fecha, mes y año de la dedicación del altar, el nombre del obispo celebrante, el título de la iglesia y los nombres de los mártires o santos cuyas reliquias se depositan bajo el altar4.

Cuidado y Custodia de las Reliquias

La custodia de las reliquias es un asunto de gran importancia en la Iglesia Católica. Las Constitutiones Lateranenses de Papa Gregorio I establecen reglas específicas para su conservación y exhibición. Las reliquias, salvo en tiempos establecidos, no deben mostrarse sin la voluntad del vicario y del capítulo, a menos que sea a un cardenal, prelado o miembro de la realeza5. Nadie debe presumir de conceder o ceder reliquias sin la licencia del Papa o del cardenal arcipreste de la Basílica de Letrán en ese momento5. Quien viole esta constitución incurrirá ipso facto en pena de excomunión5.

Los documentos, privilegios, inventarios y sellos de la Iglesia y del capítulo deben guardarse con mayor diligencia, bajo tres cerraduras y llaves diferentes, una para el vicario, otra para el camerlengo y otra para el canónigo más antiguo. De esta manera, ninguno de ellos puede abrir o sellar sin los otros6.

Es importante destacar que las reliquias no deben exhibirse para la veneración ni sobre ni delante del sagrario, ni tampoco se permite colocar jarrones con flores de tal manera que oculten la puerta del sagrario7. El término lipsanotheca se utiliza a veces como sinónimo de relicario, pero más correctamente se refiere a la pequeña caja que contiene las reliquias y que se coloca dentro del relicario8.

Conclusión

Las arcas relicarios, en sus diversas formas y materiales, son testigos de una devoción arraigada en la tradición católica. Desde las humildes cajas de los primeros cristianos hasta los suntuosos santuarios medievales, estos recipientes han servido y siguen sirviendo para proteger y honrar las reliquias de los santos. Su cuidadosa custodia y veneración reflejan la continua fe de la Iglesia en la comunión de los santos y en la importancia de recordar a aquellos que han vivido vidas ejemplares en Cristo.

Citas

  1. Arca, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §Arca. 2 3

  2. Relicarios, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §Relicarios. 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16

  3. Cavidad del altar, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §Cavidad del Altar. 2 3 4 5

  4. Sagrada Congregación para el Culto Divino. Ordo Dedicationis Ecclesiae et Altaris (Orden de la Dedicación de una Iglesia y un Altar), § 88. 2

  5. rubrica de reliquiis, sacris rebus, et aliis mobilibus lateranensis ecclesiae, et earum custodia. Pope Gregory I. Constitutiones Lateranenses (Papa Gregorio I), § II.17. 2 3

  6. rubrica de reliquiis, sacris rebus, et aliis mobilibus lateranensis ecclesiae, et earum custodia. Pope Gregory I. Constitutiones Lateranenses (Papa Gregorio I), § II.18.

  7. Tabernáculo, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §Tabernáculo.

  8. Lipsanotheca, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §Lipsanotheca.