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Asamblea litúrgica

Asamblea litúrgica
Su Excelencia el obispo Ján Babjak SJ celebrando la Divina Liturgia en la Catedral de San Juan Bautista en Prešov. sk: Obrázok: Jan babjak bishop .JPG, sk: Redaktor: Ham, CC BY-SA 3.0 📄

La asamblea litúrgica es la congregación de fieles que se reúne para participar en las celebraciones litúrgicas de la Iglesia, especialmente la Eucaristía dominical. Esta reunión no es meramente un encuentro social, sino un evento sagrado donde la Iglesia se manifiesta y se edifica como el «pueblo congregado en la unidad del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo»1. La participación activa, consciente y devota de todos los miembros es un elemento central, fomentando la comunión eclesial y la edificación personal y comunitaria a través de la acción de Cristo1,2,3.

Tabla de contenido

Naturaleza de la Asamblea Litúrgica

La asamblea litúrgica es fundamentalmente un acto de la Iglesia, donde los fieles, unidos como uno, son los ministros de la liturgia2. No se trata de un acto privado, sino de una celebración comunitaria que expresa la unidad del Cuerpo de Cristo4. La liturgia es el «lugar» privilegiado del encuentro de los cristianos con Dios y con Jesucristo, a quien Él ha enviado5. A través de la liturgia, la acción sacerdotal de Jesucristo en su Misterio Pascual se hace presente y actual5.

En la liturgia terrenal, los fieles participan de un anticipo de la liturgia celestial, la cual se celebra en la Jerusalén celestial hacia donde peregrinamos6. Este concepto subraya la sacralidad de la asamblea, que es el Christus totus, el cuerpo de Cristo en adoración3. El Christus totus se refiere a la profunda unidad entre el cuerpo físico de Cristo crucificado y resucitado, su cuerpo sacramental ofrecido en la Eucaristía, y su cuerpo eclesial que se ofrece a sí mismo3.

La Participación Activa

El Concilio Vaticano II, en la Constitución Sacrosanctum Concilium, enfatizó la participatio actuosa («participación activa») como el modo en que la asamblea se une a la opus Dei (obra de Dios)2. Esta participación va más allá de una mera presencia pasiva; implica que los fieles tomen parte en la acción sagrada conscientes de lo que hacen, con devoción y plena colaboración3,4. Deben ser instruidos por la Palabra de Dios y nutrirse de la mesa del Cuerpo del Señor3.

La participación activa significa también aprender a ofrecerse a sí mismos junto con la Víctima inmaculada, no solo a través de las manos del sacerdote, sino también con él2,3. De esta manera, los fieles son atraídos día a día a una unión más perfecta con Dios y entre sí, para que finalmente Dios sea todo en todos2,3.

Formas de Participación Activa

Para fomentar la participación activa, se anima a los fieles a tomar parte en la liturgia a través de:

La formación litúrgica sólida es crucial para que los fieles comprendan plenamente los ritos y oraciones, permitiendo una participación «plena, consciente y activa»7,4.

La Asamblea como Experiencia de Comunión Eclesial

La participación asidua, ordenada y activa en la asamblea litúrgica, especialmente la dominical, es donde la comunidad de creyentes vive la experiencia de la comunión eclesial1. Esto ayuda a superar la tentación del aislamiento y el individualismo1. En la celebración de los divinos misterios, la Iglesia se manifiesta y se edifica como el pueblo de Dios1.

La asamblea litúrgica es una escuela de fe y vida cristiana, donde se aprende de Cristo a servir a través de las diversas formas de servicio previstas en la acción litúrgica1. La caridad de Cristo impulsa a la asamblea a entregar su vida, como Él, para la salvación del mundo1.

Responsabilidades de la Asamblea Litúrgica

Todos los cristianos están llamados a ser parte integrante de la acción litúrgica5. No se trata de asistir a un acto que otros realizan, sino de celebrar algo, o mejor dicho, a Alguien5. En esta celebración, todos deben sentirse comprometidos y tomar parte activa y consciente a su propio modo5.

Los pastores tienen el deber de asegurar que los fieles estén «plenamente conscientes de lo que hacen» y que comprendan bien los ritos y oraciones4. Esto se logra a través de una adecuada catequesis litúrgica4.

Conclusión

La asamblea litúrgica es el corazón de la vida de la Iglesia, un encuentro sagrado donde los fieles, unidos en el Christus totus, participan activamente en la obra salvífica de Dios. A través de la participación consciente y devota en los misterios divinos, especialmente la Eucaristía, la asamblea vive la comunión eclesial, se edifica en la fe y es impulsada a anunciar a Cristo Resucitado al mundo1. La participatio actuosa es esencial para que cada miembro, laico o ministro, cumpla su papel específico en la liturgia, contribuyendo a una celebración que refleje la unidad y la sacralidad de la Iglesia4.

Citas

  1. Papa Juan Pablo II. 14 enero 1990: Visita pastoral a la parroquia de San Fabiano y Venanzio - Homilía (1990). 2 3 4 5 6 7 8

  2. Participación activa, Matthew S. C. Olver. La sorpresa del bávaro: El espíritu de la liturgia de Ratzinger como el espíritu del Concilio, § 23. 2 3 4 5

  3. Matthew S. C. Olver. La sorpresa del bávaro: El espíritu de la liturgia de Ratzinger como el espíritu del Concilio, § 20. 2 3 4 5 6 7

  4. Conclusión, Matthew S. C. Olver. La sorpresa del bávaro: El espíritu de la liturgia de Ratzinger como el espíritu del Concilio, § 33. 2 3 4 5 6 7 8 9 10

  5. Papa Juan Pablo II. A los obispos de Brasil en su visita ad Limina (20 marzo 1990) - Discurso (1990). 2 3 4 5

  6. Un sacrificio vivo, Matthew S. C. Olver. La sorpresa del bávaro: El espíritu de la liturgia de Ratzinger como el espíritu del Concilio, § 15.

  7. Papa Juan Pablo II. Discurso para la Conmemoración de la Constitución Conciliar Sacrosanctum Concilium (27 octubre 1984) - Discurso (1984).