Ascensión de Jesús

La Ascensión de Jesús es un evento fundamental en la fe cristiana, que conmemora la elevación de Jesucristo al cielo, en presencia de sus discípulos, cuarenta días después de su Resurrección1. Este misterio marca la culminación de la vida terrenal de Jesús y la entrada definitiva de su humanidad en el dominio celestial de Dios2,3. La Iglesia celebra esta solemnidad como una de las fiestas ecuménicas más importantes, junto con la Pasión, la Pascua y Pentecostés4. A través de su Ascensión, Cristo abre el camino para que la humanidad acceda a la vida y la felicidad de Dios, estableciendo una esperanza para que sus miembros puedan seguirlo a donde Él, su Cabeza y Fundador, ha ido antes5,6,7.
Tabla de contenido
Narración Bíblica y Tradición
Los relatos de la Ascensión de Jesús se encuentran en varios libros del Nuevo Testamento, incluyendo Marcos 16:19, Lucas 24:51, y el primer capítulo de los Hechos de los Apóstoles1,4. Lucas, en particular, narra cómo Jesús guio a sus discípulos hasta Betania, y mientras los bendecía, se separó de ellos y fue llevado al cielo2,8. Una nube lo recibió, ocultándolo de su vista9,10.
Aunque el lugar específico de la Ascensión no se declara explícitamente en todos los relatos, los Hechos de los Apóstoles sugieren que fue en el Monte de los Olivos, cerca de Jerusalén1. La tradición ha consagrado este sitio, y la piedad cristiana ha erigido una basílica en su memoria, que ha sido reconstruida varias veces a lo largo de la historia1.
Otros pasajes bíblicos también predicen o mencionan la Ascensión como un hecho establecido, como en Juan 6:63, 20:17, Efesios 4:8-10 y 1 Timoteo 3:161.
Significado Teológico de la Ascensión
La Ascensión de Jesús no debe entenderse como un simple viaje espacial o una ausencia temporal, sino como una acción del poder de Dios que introduce a Jesús en la cercanía de lo Divino9.
El Trono Real de Cristo
El verbo «ser elevado» utilizado en las Escrituras remite al Antiguo Testamento y a la idea de la entronización real9. Así, la Ascensión de Cristo significa primariamente la entronización del Hijo del Hombre crucificado y resucitado, la manifestación de la realeza de Dios sobre el mundo9. Jesús, al ascender al cielo, ocupa su lugar a la derecha del Padre, lo que simboliza su honor y poder divino1,11.
La Humanidad de Cristo en Dios
Un significado más profundo de la Ascensión es que, en Cristo ascendido al Cielo, el ser humano ha entrado en la intimidad con Dios de una manera nueva e inaudita9. La humanidad de Jesús, glorificada en la Resurrección, entra definitivamente en el dominio celestial de Dios3,11. El Cielo, en este contexto, no es un lugar físico por encima de las estrellas, sino que indica Cristo mismo, la Persona divina que acoge la humanidad plena y para siempre, en quien Dios y el hombre están unidos inseparablemente9. Al acercarnos a Jesús y entrar en comunión con Él, nos acercamos y entramos en el Cielo9.
Conexión con la Redención y la Cruz
La Ascensión es la culminación de la misión de Jesús5. El levantamiento de Jesús en la cruz ya significaba y anunciaba su elevación en la Ascensión al cielo, e incluso la iniciaba2,12. Jesús descendió a nosotros para que nosotros pudiéramos ascender al Padre5. Él destruyó nuestra muerte para que pudiéramos recibir la vida para siempre5.
La Continuidad de la Presencia de Cristo
La Ascensión no implicó una ausencia permanente de Cristo del mundo, sino que inauguró una nueva, definitiva e insuprimible forma de su presencia9. A pesar de que su humanidad glorificada lo oculta temporalmente de los ojos de los hombres, Él prometió estar con sus discípulos «todos los días, hasta el fin del mundo» (Mt 28:20)9,3. La diferencia entre la gloria de Cristo resucitado y la de Cristo exaltado a la derecha del Padre está marcada por este evento histórico y trascendente13.
La Ascensión y la Misión de la Iglesia
Después de la Ascensión, los discípulos regresaron a Jerusalén con gran alegría9,14,2. Su alegría no era por una separación, sino por la certeza de que el Crucificado-Resucitado estaba vivo y que en Él las puertas de la vida eterna se habían abierto para la humanidad9.
Antes de ascender, Jesús confió a sus apóstoles la misión de ser sus testigos en Jerusalén, en toda Judea y Samaria, y hasta los confines de la tierra, después de que el Espíritu Santo viniera sobre ellos9,14. La Ascensión, por lo tanto, no es el fin, sino el comienzo de la misión de la Iglesia, fortalecida por el Espíritu Santo para hacer visible la presencia de Cristo a través del testimonio, la predicación y el celo misionero9. Los discípulos, llenos de serenidad y entusiasmo, no se quedaron mirando al cielo, sino que, guiados por el Espíritu, salieron a proclamar el mensaje salvífico de la muerte y Resurrección de Cristo9.
La Fiesta de la Ascensión
La fiesta de la Ascensión se celebra el cuadragésimo día después del Domingo de Pascua, cayendo siempre en jueves4,15. En la Iglesia Oriental, esta fiesta es conocida como analepsis (la toma) o episozomene (la salvación), lo que denota que al ascender a su gloria, Cristo completó la obra de nuestra redención4. En Occidente, los términos ascensio y ascensa significan que Cristo fue elevado por sus propios poderes4.
La observancia de esta fiesta es de gran antigüedad, con San Agustín afirmando que es de origen apostólico, lo que indica que era una práctica universal en la Iglesia mucho antes del siglo V4.
Conclusión
La Ascensión de Jesús es un pilar fundamental de la fe católica. No solo testifica la glorificación final de la humanidad de Cristo y su entronización a la derecha del Padre, sino que también establece la base de nuestra esperanza en la vida eterna. Al llevar nuestra humanidad al corazón de Dios, Jesús abre el camino para que nosotros, sus miembros, podamos seguirlo. Este evento, lejos de ser una despedida, inaugura una nueva y permanente forma de su presencia en el mundo a través de su Iglesia, impulsada por el Espíritu Santo para continuar su misión de ser testigos de su amor y salvación hasta los confines de la tierra.
Citas
Ascensión, Editorial La Enciclopedia. Enciclopedia Católica, §Ascensión. ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5 ↩6
San Lucas relata el acontecimiento de la ascensión: Subió a los cielos y está sentado a la derecha del Padre, Papa Francisco. Audiencia General del 17 de Abril de 2013: Subió a los cielos y está sentado a la derecha del Padre (2013). ↩ ↩2 ↩3 ↩4
En breve, Catecismo de la Iglesia Católica, § 665 (1992). ↩ ↩2 ↩3
Fiesta de la Ascensión, Editorial La Enciclopedia. Enciclopedia Católica, §Fiesta de la Ascensión. ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5 ↩6
Papa Francisco. Solemnidad de la Ascensión de Jesucristo - Entrega y lectura de la Bula de Indicción para el Jubileo 2025 y Segundas Vísperas (9 de Mayo de 2024) (2024). ↩ ↩2 ↩3 ↩4
Artículo 6 «Subió a los cielos y está sentado a la derecha del Padre», Catecismo de la Iglesia Católica, § 661 (1992). ↩
En breve, Catecismo de la Iglesia Católica, § 666 (1992). ↩
The New Revised Standard Version, Catholic Edition (NRSV-CE). La Santa Biblia, §Lucas 24. ↩
Papa Benedicto XVI. 24 de Mayo de 2009: Concelebración Eucarística en la Plaza Miranda, Cassino, § 24 de Mayo de 2009: Concelebración Eucarística en la Plaza Miranda, Cassino (2009). ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5 ↩6 ↩7 ↩8 ↩9 ↩10 ↩11 ↩12 ↩13 ↩14
Papa Juan Pablo II. 6 de Mayo de 1989: Viaje Apostólico - Malawi: Santa Misa en el Aeropuerto del «Army Air Wing» de Lilongwe - Homilía (1989). ↩
Artículo 6 «Subió a los cielos y está sentado a la derecha del Padre», Catecismo de la Iglesia Católica, § 659 (1992). ↩ ↩2
Artículo 6 «Subió a los cielos y está sentado a la derecha del Padre», Catecismo de la Iglesia Católica, § 662 (1992). ↩
Artículo 6 «Subió a los cielos y está sentado a la derecha del Padre», Catecismo de la Iglesia Católica, § 660 (1992). ↩
Papa Francisco. Mensaje a las Obras Misionales Pontificias (2020). ↩ ↩2
Viaje Apostólico a Madagascar, La Reunión, Zambia y Malawi - Santa Misa para los fieles de la Archidiócesis de Ndola, Papa Juan Pablo II. Viaje Apostólico - Zambia: Santa Misa para los fieles de la Diócesis de Ndola en el aeropuerto de «Ndeke» en Kitwe, Zambia (3 de Mayo de 1989) (1989). ↩