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Atributos divinos

Los atributos divinos son las perfecciones inherentes a la esencia de Dios, entendidas no como cualidades añadidas a Él, sino como diversas perspectivas bajo las cuales la única y simple perfección infinita de Dios puede ser contemplada por la mente humana. A través de la razón y la revelación, la teología católica busca comprender y sistematizar estas características para formar una idea más completa y precisa de la naturaleza de Dios, que es trascendente y distinta de toda la creación.

Tabla de contenido

Comprensión de los Atributos Divinos

La Iglesia Católica profesa que Dios es un ser único, vivo y verdadero, creador y Señor del cielo y la tierra. Es omnipotente, eterno, inmenso, incomprensible e infinito en intelecto, voluntad y toda perfección. Como sustancia espiritual, es singular, absolutamente simple e inmutable, real y esencialmente distinto del mundo1.

Nuestra comprensión natural de Dios se adquiere mediante el razonamiento discursivo a partir de los datos sensoriales y la introspección. Las cosas creadas, con sus propiedades y actividades, reflejan la perfección y el poder del Creador, como se afirma en Romanos 1:20: «Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por las cosas que son hechas»1. Sin embargo, estas imágenes refractadas en las cosas finitas no pueden proporcionar una idea adecuada del Ser Infinito1.

Para construir una idea sintética de Dios, cualquier concepto o término que exprese una perfección encontrada en los seres creados debe ser rigurosamente corregido antes de aplicarlo a la Divinidad. Esto se debe a la profunda disparidad entre la perfección divina y sus manifestaciones en el mundo creado. Mientras que las perfecciones de las criaturas son innumerables y diversas en tipo y grado, la perfección divina es una y uniforme, absolutamente simple, y responde a toda idea de perfección actual o concebible sin estar determinada por el modo particular de ninguna1. Por lo tanto, cuando un atributo se aplica a Dios, su significado deja de ser idéntico al que tiene en cualquier otro caso1. Esto se conoce como la analogía del ser o el modo analógico de predicación, que fue desarrollado por San Agustín y Juan Escoto Erígena, y definitivamente expresado por Santo Tomás de Aquino1.

Clasificaciones de los Atributos

Los atributos divinos se pueden clasificar de varias maneras para facilitar su estudio y comprensión1:

Atributos Negativos y Positivos

Atributos Incomunicables y Comunicables

Atributos Quiescentes y Activos

Atributos Absolutos y Relativos

Atributos de Ser y de Operación

Otra clasificación común distingue entre los atributos de ser y los atributos de operación2:

Además, muchos teólogos distinguen los atributos morales: la veracidad, la fidelidad, la sabiduría, la santidad, la bondad (bounty), la belleza, la misericordia y la justicia2.

Atributo Fundamental: La Aseidad

Si bien las opiniones difieren sobre qué atributo debe considerarse primario, muchos teólogos modernos favorecen la aseidad (Aseitas), o autoexistencia, como el atributo fundamental. Esto se debe a que, mientras todas las demás existencias derivan de Dios y dependen de Él, Dios posee en Sí mismo, de manera absoluta e independiente, la razón completa de Su Ser infinito e incausado. En esta distinción profunda y exhaustiva entre la Divinidad y todo lo demás, todas las demás distinciones se expresan implícitamente1,2. Algunos teólogos también favorecen la actualidad pura (Actus Purus), de la cual se deducen directamente la simplicidad y la infinitud1.

Atributos Clave Desarrollados

Simplicidad Divina

Dios es absolutamente simple, lo que significa que no tiene composición alguna: ni de partes físicas, ni de esencia y existencia (ya que Su esencia es Su existencia), ni de potencialidad y acto (Él es Puro Acto), ni de géneros y diferencias, ni de sujeto y accidente. La realidad a la que se atribuyen los diversos atributos es una e indivisible1. Esta simplicidad garantiza que los diferentes atributos no son divisiones en Dios, sino distintas formas de entender Su única perfección infinita1.

Inmutabilidad y Eternidad

Dios es inmutable, es decir, no cambia. Al ser Pura Actualidad y estar libre de toda potencialidad estática, no hay transición de una condición potencial a una realizada, lo que implicaría cambio1. En consecuencia, Dios es eterno, sin principio ni fin, y sin sucesión temporal. No está sujeto a estados temporales ni a desarrollo; no está esencialmente implicado en el mundo del tiempo3. La eternidad, junto con la inmensidad, implica que la esencia divina está más allá del tiempo, el espacio y toda comprensión finita3.

Inmensidad y Omnipresencia

Dios es inmenso o inconmensurable. Su inmensidad se relaciona con Su ubicuidad, lo que significa que Dios está totalmente presente en todas las criaturas y en todas partes, sin estar restringido a un lugar determinado3. La inmensidad es un modo de Su infinitud, ya que excede todo concepto humano3.

Infinitud y Perfección

Dios es infinito, lo que en este contexto significa una plenitud ilimitada de perfección. Dios es infinito en cada perfección, particularmente en intelecto y voluntad3. La declaración de que Dios es infinito en intelecto y voluntad condena el panteísmo materialista, que concibe la divinidad como una necesidad ciega e impersonal sin inteligencia ni voluntad, reafirmando que Dios es un ser personal3.

Omnipotencia

Dios es omnipotente, es decir, todopoderoso. Esto significa que Él puede hacer todo lo que es lógicamente posible y que no contradice Su propia naturaleza1. Su poder no es arbitrario, sino que está en armonía con Su sabiduría y bondad infinitas.

Omnisciencia

Dios es omnisciente, lo que significa que tiene conocimiento absoluto de todas las cosas: pasadas, presentes y futuras, incluidas las acciones libres de las criaturas. Este es un tema complejo en teología, especialmente en relación con la libertad humana, y ha sido objeto de debates entre teólogos como los tomistas y los molinistas2.

Bondad y Justicia

La bondad de Dios es Su amor y benevolencia hacia la creación. Él es bondad misma1. La justicia divina no es una mera retribución, sino que está intrínsecamente ligada a Su misericordia y sabiduría, asegurando que Él actúa con rectitud y equidad perfectas2.

Intelecto y Voluntad

Dios posee intelecto y voluntad perfectos e infinitos1,3. Su intelecto abarca todo conocimiento, y Su voluntad es la causa eficiente de todo ser, libremente creando y manteniendo el universo.

Desarrollo Deductivo de Atributos

Una vez establecida la existencia de Dios y algunos atributos fundamentales, los teólogos pueden deducir otros atributos. Por ejemplo, si Dios es Pura Actualidad, se sigue que Él es inmutable porque el cambio implica una transición de un estado potencial a uno realizado1. De manera similar, la simplicidad se deduce de la infinitud1.

Conclusión

Los atributos divinos son fundamentales para la teología católica, ya que nos permiten, en la medida de lo posible, acercarnos a la comprensión del Dios trascendente. Aunque nuestra mente finita solo puede aprehender la perfección infinita de Dios a través de múltiples aspectos y por vía analógica, estas descripciones nos revelan la naturaleza de un Dios que es autoexistente, inmutable, eterno, inmenso, simple, omnipotente, omnisciente, y poseedor de un intelecto y una voluntad infinitos, así como de bondad, justicia y todas las perfecciones imaginables1,3,2. Esta comprensión es vital para una correcta adoración y una relación personal con el Creador.

Citas

  1. Atributos divinos, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §Atributos divinos. 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26

  2. Teología dogmática, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §Teología dogmática. 2 3 4 5 6 7 8

  3. Pensando la distinción contra el panteísmo, Rudi A. Te Velde. Dei Filius I: Sobre Dios, la Creación y la Providencia, § 6. 2 3 4 5 6 7 8