Bautismo de Jesús

El bautismo de Jesús, celebrado en el río Jordán por Juan el Bautista, constituye el punto de partida de la misión pública del Salvador y una revelación plena de la Trinidad. En los evangelios se describen tres signos divinos: la voz del Padre que proclama al Hijo, el descenso del Espíritu Santo en forma de paloma y la manifestación de la unidad trinitaria. Este acontecimiento no solo inaugura la vida pública de Cristo, sino que también ofrece el modelo perfecto del sacramento del bautismo para la Iglesia, vinculando la salvación, la gracia y la participación en la comunidad de los fieles1.
Tabla de contenido
Contexto bíblico y narración
La escena en el Jordán
Los cuatro evangelios relatan que Jesús llega al Jordán para ser bautizado por Juan, quien inicialmente se muestra reacio a sumergir al Hijo de Dios. Jesús responde: «Que así sea, para que se cumpla toda justicia» (Mt 3, 15), y se somete al rito de inmersión1. El acto se lleva a cabo en el agua, pero su significado trasciende lo meramente físico.
Significado de los tres signos
La voz del Padre: Desde el cielo se oye la proclamación: «Este es mi Hijo amado, en quien me complazco» (Mt 3, 17), confirmando la autoridad divina y la filiación de Jesús2.
El descenso del Espíritu Santo: El Espíritu desciende como una paloma y se posa sobre Jesús, simbolizando la unción que lo capacita para su ministerio público2.
El testimonio trinitario: La simultaneidad de la voz del Padre, la presencia del Hijo y la acción del Espíritu revela la unidad y diversidad del misterio divino, una teofanía que la tradición llama Theophany1.
Interpretación teológica
Inauguración de la misión pública
El bautismo marca la aceptación por parte de Jesús de su misión como Siervo sufriente y la identificación con la humanidad pecadora. Al ser contado entre los pecadores, anticipa su «bautismo de muerte» en la cruz y cumple toda justicia3.
Modelo sacramental del bautismo cristiano
La Iglesia reconoce en este evento el modelo perfecto del sacramento del bautismo. Al ser sumergido en el agua, Jesús entra en el «bautismo de la salvación», del cual los fieles participan para recibir la gracia que los hace hijos de Dios4.
Revelación de la Trinidad
La presencia simultánea del Padre, del Hijo y del Espíritu confirma la cooperación trinitaria en la obra de la redención. El Padre declara su deleite, el Espíritu otorga poder y el Hijo se muestra como el Hijo amado, completando la revelación de la unidad divina5.
Significado sacramental y litúrgico
El bautismo como puerta a la vida cristiana
El sacramento abre la puerta a la vida cristiana, simbolizando la muerte al pecado y el renacer en Cristo. La inmersión representa la purificación y la incorporación a la comunidad de los fieles6.
La confesión y la penitencia
El bautismo de Jesús subraya la necesidad de arrepentimiento y confesión. Al recibir el Espíritu, Jesús se compromete a vivir en pureza y obediencia, llamando a los bautizados a seguir su ejemplo de conversión continua7.
Celebración litúrgica del Bautismo del Señor
La Iglesia celebra el Bautismo del Señor el 1 de enero, con lecturas que rememoran la escena del Jordán y la participación de los fieles en la misión de Cristo. La liturgia incluye oraciones trinitarias y la bendición del agua, recordando la gracia recibida en el bautismo de Jesús2.
Tradición patrística y magisterial
Comentarios de los Padres y de Juan Pablo II
Los Padres de la Iglesia vieron en el bautismo una prefiguración de la creación y una señal de la nueva creación que comienza con la apertura de los cielos8. El Papa Juan Pablo II enfatizó que el evento revela la Trinidad y constituye la base del mandamiento evangelizador: «bautizando en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo»2.
Devociones y oraciones
San Juan Bautista es venerado como precursor del sacramento, y se le invoca en novenas y oraciones preparatorias al bautismo. La Iglesia también promueve la devoción a la Trinidad a través de la celebración anual del Bautismo del Señor, reforzando la conexión entre la fe personal y la fe comunitaria8.
Conclusión
El bautismo de Jesús es un evento central que inaugura la misión pública del Salvador, revela la presencia plena de la Trinidad y establece el modelo sacramental que la Iglesia sigue hasta hoy. A través de la voz del Padre, el descenso del Espíritu Santo y la inmersión en el Jordán, se confirma la identidad divina de Cristo y se invita a todos los fieles a participar del mismo bautismo de salvación, abrazando la gracia, la confesión y la vida en comunidad bajo la guía del Espíritu Santo1,3.
Citas
Parte uno - La fe de la Iglesia - III. Creemos en Dios Padre, creador del cielo y de la tierra, y en nuestro Salvador Jesucristo, y en el Espíritu Santo, el Señor, el dador de vida - B. «Dios se hizo hombre para que los hombres pudieran llegar a ser Dios»139 - 1. La encarnación del Hijo de Dios - C. Teofanía, Sínodo de la Iglesia greco-católica ucraniana. Catecismo de la Iglesia católica ucraniana: Cristo – Nuestra Pascua, § 197 (2016). ↩ ↩2 ↩3 ↩4
Papa Juan Pablo II. 12 de enero de 1997, Fiesta del Bautismo del Señor, § 3 (1997). ↩ ↩2 ↩3 ↩4
Sección dos I. Los credos, Catecismo de la Iglesia Católica, § 536. ↩ ↩2
Sección dos los siete sacramentos de la Iglesia, Catecismo de la Iglesia Católica, § 1223. ↩
El papel del Espíritu en el bautismo y la vida pública de Jesús, Papa Juan Pablo II. Audiencia General del 3 de junio de 1998, § 2 (1998). ↩
Jesús y el Bautista, Papa Juan Pablo II. Audiencia General del 12 de abril de 2000, § 4 (2000). ↩
Gregory Vall. Lucis Mysterium: Ignacio de Antioquía sobre el Bautismo del Señor, § 5. ↩
La sujeción inmediata de Cristo a su Padre es «mediada», Andrew Hofer, OP. La Circuncisión del Señor: Misterio salvífico después del olvido moderno, § 12. ↩ ↩2