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Bautismo de niños

Bautismo de niños
Bautismo de Jesús. Dominio Público.

El bautismo de niños es la práctica de administrar el sacramento del Bautismo a infantes y niños pequeños en la Iglesia Católica. Esta tradición, que se remonta a los tiempos apostólicos, se fundamenta en la creencia de la necesidad del Bautismo para la salvación y la liberación del pecado original, así como en la gracia preventiva de Dios. Para que el bautismo de un infante sea lícito, se requiere el consentimiento de los padres o tutores y una esperanza fundada de que el niño será educado en la fe católica, con los padres y padrinos asumiendo la responsabilidad de su formación religiosa.

Tabla de contenido

Fundamentos Teológicos y Tradición

La Iglesia Católica considera el Bautismo como un don inestimable de Dios y un sacramento esencial para la salvación1. Desde los primeros siglos, la Iglesia ha mantenido la práctica inmemorial de bautizar infantes, considerándola una norma de tradición apostólica2,3. Orígenes y San Agustín, por ejemplo, se refirieron a ella como una «tradición recibida de los Apóstoles»3. Evidencia directa de bautismo infantil aparece ya en el siglo II, nunca presentándose como una novedad3. San Ireneo lo consideraba algo natural, incluyendo a «infantes y niños pequeños» entre los bautizados3.

Esta práctica se justifica por el deseo de los padres de que sus hijos participen de la gracia sacramental, sean incorporados a Cristo y a la Iglesia, y se conviertan en miembros de la comunidad de los hijos de Dios2. El Bautismo es un medio eficaz de salvación, de perdón de los pecados —comenzando por el pecado original— y de transmisión de la gracia4,2. La Iglesia subraya que la fe en la que somos bautizados es la fe eclesial, y nuestro crecimiento en la fe ocurre gracias a nuestra integración en el «nosotros» comunitario2.

La Necesidad del Bautismo para los Niños

El Magisterio de la Iglesia ha enseñado consistentemente sobre la necesidad del Bautismo, también para los niños1,4. El Concilio de Trento afirmó que, de acuerdo con la tradición apostólica, «incluso los niños que por sí mismos todavía no pueden haber cometido ningún pecado son verdaderamente bautizados para la remisión de los pecados, para que por la regeneración sean purificados de lo que contrajeron por generación. Porque 'si uno no nace de agua y de Espíritu, no puede entrar en el Reino de Dios [Jn 3:5]'»5.

La Instrucción sobre el Bautismo de Niños, emitida por la Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe en 1980, reiteró la enseñanza de la Iglesia sobre la necesidad del Bautismo para la salvación, incluso para los niños, y su relación con la fe1,4. Este documento también ofreció principios y directrices para la práctica pastoral del bautismo de infantes1.

Obligaciones y Requisitos Canónicos

El Código de Derecho Canónico establece claramente la obligación de los padres de procurar que sus hijos sean bautizados1.

Tiempo para el Bautismo

Los padres están obligados a cuidar que los niños sean bautizados en las primeras semanas después del nacimiento6. Deben acudir al párroco lo antes posible para solicitar el sacramento y prepararse adecuadamente6. En caso de peligro de muerte, el niño debe ser bautizado sin demora6.

Requisitos para la Licitud

Para que un niño sea bautizado lícitamente, se requieren dos condiciones principales7:

  1. Consentimiento: Los padres, o al menos uno de ellos, o la persona que legítimamente los sustituya, deben dar su consentimiento7. La Iglesia reconoce los derechos naturales de los padres8.

  2. Esperanza Fundada: Debe haber una esperanza fundada de que el niño será educado en la religión católica4,9,7. Si tal esperanza es completamente nula, el bautismo debe retrasarse, y los padres deben ser informados de la razón10,7. Esta preocupación se debe tanto a los derechos de los padres como a las exigencias del desarrollo de la fe en el niño8.

Los pastores deben preparar a los padres para la digna celebración del Bautismo de sus hijos4. Esto incluye instruirlos adecuadamente sobre el significado del sacramento y las obligaciones que conlleva, a través de consejos pastorales y oración común, incluso reuniendo a varias familias y visitándolas cuando sea posible11. La responsabilidad de educar en la fe es asumida por los padres y los padrinos2.

Padrinos

En la medida de lo posible, el bautizando debe tener un padrino o una madrina que asista al adulto en la iniciación cristiana o, junto con los padres, presente al niño para el bautismo12. El padrino también ayuda a la persona bautizada a llevar una vida cristiana coherente con el bautismo y a cumplir fielmente las obligaciones inherentes al mismo12. La presencia de esta figura eclesial es esencial, ya que el bautismo es un sacramento de fe con un marcado carácter dialógico13.

Casos Particulares

Implicaciones del Bautismo de Niños

El bautismo de niños enfatiza la gratuidad y el carácter inmerecido de la gracia4. No es simplemente un sello de conversión o una señal externa, sino el sacramento que significa y efectúa el renacimiento del Espíritu4. Por el Bautismo, el niño se convierte en hijo adoptivo de Dios en el Hijo, se asemeja a Cristo, se une a Él en su Muerte y Resurrección, y se convierte en templo santo y vivo del Espíritu4.

La costumbre de bautizar a los niños poco después de nacer se desarrolló como expresión de la fe viva de las comunidades, especialmente de las familias y padres, quienes, habiendo crecido ellos mismos en la fe, deseaban este don para sus hijos lo antes posible17. Este uso se ha mantenido constantemente en la Iglesia como signo del amor preventivo de Dios17.

Sin embargo, a veces las directrices diocesanas o parroquiales sobre el bautismo de infantes han sido aplicadas de manera más restrictiva de lo prescrito por la Santa Sede, llegando incluso a negar el Bautismo a padres que lo solicitaban para sus hijos4. La caridad pastoral insta a acoger a quienes se han alejado de la práctica de su fe y a evitar imponer exigencias no requeridas por la doctrina o el derecho de la Iglesia4.

Conclusión

El bautismo de niños es una práctica profundamente arraigada en la tradición católica, un testimonio del amor preventivo de Dios y de la fe de la Iglesia en la necesidad de este sacramento para la salvación. Requiere la responsabilidad compartida de padres y padrinos para asegurar la educación del niño en la fe, garantizando así que el don recibido en el Bautismo pueda crecer y fructificar en una vida cristiana auténtica.

Citas

  1. Papa Juan Pablo II. A un grupo de Obispos de Canadá en su visita ad Limina (30 de septiembre de 1983) - Discurso, § 9 (1983). 2 3 4 5

  2. B3. Reciprocidad de la fe y los sacramentos en la iniciación cristiana - 3.1. La reciprocidad entre la fe y el bautismo - D) fe y bautismo de los niños, Comisión Teológica Internacional. La reciprocidad entre la fe y los sacramentos en la economía sacramental, § 91 (2020). 2 3 4 5

  3. Parte primera - Doctrina tradicional sobre el bautismo de niños - Práctica inmemorial, Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe. Instrucción sobre el bautismo de niños, § 4 (1980). 2 3 4

  4. Papa Juan Pablo II. A los Obispos de los Estados Unidos de América en su visita ad Limina (5 de junio de 1993) - Discurso, § 3 (1993). 2 3 4 5 6 7 8 9 10

  5. B2. Inquirere vias domini: Buscando discernir los caminos de Dios - Principios teológicos - 2.4. La necesidad del bautismo sacramental, Comisión Teológica Internacional. La esperanza de salvación para los niños que mueren sin ser bautizados, § 65 (2007).

  6. Capítulo III. Los que deben ser bautizados, . Código de Derecho Canónico, § 867 (1983). 2 3

  7. Capítulo III. Los que deben ser bautizados, . Código de Derecho Canónico, § 868 (1983). 2 3 4 5 6

  8. Parte primera - Doctrina tradicional sobre el bautismo de niños - La misión de la Iglesia, Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe. Instrucción sobre el bautismo de niños, § 15 (1980). 2

  9. Bautismo, Edward G. Farrugia. Diccionario enciclopédico del Oriente cristiano, §Bautismo (2015).

  10. Parte tercera - Los principios de esta práctica pastoral, Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe. Instrucción sobre el bautismo de niños, § 28 (1980).

  11. Capítulo I. La celebración del bautismo, . Código de Derecho Canónico, § 851 (1983).

  12. Capítulo IV. Padrinos, . Código de Derecho Canónico, § 872 (1983). 2

  13. B3. Reciprocidad de la fe y los sacramentos en la iniciación cristiana - 3.1. La reciprocidad entre la fe y el bautismo - E) recomendación pastoral: Fe para el bautismo de los niños, Comisión Teológica Internacional. La reciprocidad entre la fe y los sacramentos en la economía sacramental, § 93 (2020).

  14. Capítulo III. Los que deben ser bautizados, . Código de Derecho Canónico, § 870 (1983).

  15. Capítulo I. La condición canónica de las personas físicas, . Código de Derecho Canónico, § 111 (1983).

  16. Capítulo I. La celebración del bautismo, . Código de Derecho Canónico, § 852 (1983).

  17. Papa Juan Pablo II. Audiencia General del 19 de diciembre de 1984, § 1 (1984). 2