Beata Chiara Badano
Chiara Badano, también conocida como Chiara Luce, fue una joven laica italiana, miembro del Movimiento de los Focolares, que vivió una vida breve pero intensamente marcada por la fe, la caridad y la aceptación gozosa del sufrimiento. Nació en 1971 y falleció a los 18 años en 1990 a causa de un osteosarcoma. Su testimonio de confianza total en Dios, incluso ante una enfermedad terminal, la convirtió en un faro de esperanza y santidad juvenil para la Iglesia contemporánea. Fue la primera miembro del Movimiento de los Focolares en ser beatificada, un honor que le fue concedido por el Papa Benedicto XVI el 25 de septiembre de 2010. La Iglesia la propone como un ejemplo de que la santidad es alcanzable para los jóvenes en la vida cotidiana.
Tabla de contenido
Biografía y Formación Espiritual
Nacimiento y Primeros Años
Chiara Badano nació el 29 de octubre de 1971 en Sassello, en la diócesis de Acqui Terme, Italia1. Sus padres la esperaron durante once años, y su nacimiento fue recibido como una gracia especial de la Virgen María, a quien su padre había invocado fervientemente en el «Santuario delle Rocche»1.
Creció rodeada de un gran amor familiar. Desde pequeña, se distinguió por su amor a Jesús y a la Virgen, y por su predilección por los más necesitados, a quienes dedicaba su atención y pequeños servicios, a menudo renunciando a sus propios momentos de ocio1. Su vida fue alegre, llena de intereses y amistades sanas, demostrando que las exigencias de la vida cristiana no se oponen al deseo natural de felicidad2.
El Encuentro con el Evangelio y el Movimiento de los Focolares
Un momento crucial en su vida ocurrió el día de su Primera Comunión, cuando recibió como regalo el libro de los Evangelios. Para ella, este fue un «magnífico libro» y se propuso que vivir el Evangelio debía ser tan fácil como aprender el alfabeto1.
A la edad de nueve años, Chiara se unió al Movimiento de los Focolares, fundado por Chiara Lubich, como miembro de la Generación Nueva (Gen)2,1. En este contexto, experimentó una progresiva y fuerte vida cristiana comunitaria, basada en la espiritualidad de la unidad propia del carisma de Chiara Lubich, y se lanzó hacia las metas apostólicas del Movimiento2. A partir de entonces, su vida se enfocó en «poner siempre a Dios en primer lugar» y decirle «siempre sí» a Su voluntad1.
En su «santo viaje» de vida, junto con otros jóvenes del Movimiento, profundizó su relación personal con Dios, intensificando su recogimiento en la oración, participando, si era posible, diariamente en la Santa Misa y la Eucaristía, y cultivando un profundo amor por la Santísima Virgen María2.
La Caridad en la Vida Cotidiana
La fe firme y constante de Chiara Badano en el amor de Dios se reflejó en su amor hacia el prójimo2. Desde muy joven, demostró una generosidad extraordinaria. Se cuenta que durante la escuela primaria, Chiara daba su merienda a una compañera pobre. Incluso cuando su madre, al saberlo, le dio dos meriendas para que tuviera una para sí misma, Chiara continuó distribuyendo ambas a los niños pobres, pues veía a Jesús en ellos3. Ella repetía a menudo: «Jesús es para amar y basta»3.
La Prueba de la Enfermedad y el «Sí» a la Cruz
La vida de Chiara, llena de proyectos y experiencias recién iniciadas, se enfrentó a la prueba más difícil y dramática a la edad de 16 años2.
Diagnóstico y Aceptación
En 1988, se le diagnosticó un osteosarcoma con varias metástasis, una enfermedad incurable2,4,1. Este diagnóstico significó el colapso de sus intensos proyectos juveniles2. Sin embargo, Chiara mantuvo firme la certeza de la fidelidad de Dios y la confianza en que Él conocía su verdadero bien2.
En esta circunstancia, la confianza en Dios prevaleció en su alma, y se mostró determinada a mantener su compromiso de cumplir siempre la voluntad de Dios2. Repetía a menudo: «No voy a sanar más, lo he entendido: debo hacer la voluntad de Dios, y estoy lista para hacerla»2. Esta decisión la confirmaría en cada fase de la enfermedad con la frase: «Si lo quieres tú, Jesús, lo quiero yo también»2.
Chiara Luce: Luz en el Sufrimiento
En julio de 1989, Chiara Lubich le dio un nuevo nombre: «Luce» (Luz), un nombre que resultó ser muy acertado, ya que Chiara era una explosión de luz divina que sorprendía a todos, jóvenes y adultos3.
A pesar del dolor, que ella aceptó con serena fortaleza, Chiara transformó cada dolor en una renovada ofrenda2,3. Rechazó la morfina en un momento dado, diciendo que le quitaba lucidez y que ella solo podía ofrecer a Jesús su dolor3.
El Papa Francisco, en su exhortación Christus vivit, destacó que Chiara Badano «experimentó cómo el dolor podía ser transfigurado por el amor… La clave de su paz y alegría fue su confianza completa en el Señor y la aceptación de su enfermedad como una misteriosa expresión de su voluntad por su bien y el de los demás»5.
Ella misma, en medio de la enfermedad, afirmó: «No tengo más piernas y me gustaba tanto andar en bicicleta, pero el Señor me ha dado las alas»3.
El Amor a Jesús Abandonado
Durante su enfermedad, Chiara profundizó su espiritualidad, descubriendo que Jesús Abandonado era la clave de la unidad con Dios. Ella expresó su deseo de elegirlo como su «primer esposo» y prepararse para Su venida2.
Su sufrimiento fue ofrecido por diversas intenciones: por sus padres, sus amigos, por la Iglesia en su servicio a los jóvenes, por el Papa, y por la Jornada Mundial de la Juventud de Compostela2.
Muerte y Legado
El Tránsito Final
El 7 de octubre de 1990, a la edad de 18 años, Chiara Badano llegó al final de su carrera terrenal2,4.
En sus últimos momentos, hizo un último regalo: el de sus córneas, que aún eran trasplantables. Dos jóvenes hoy ven gracias a ella6.
Sus últimas palabras a su madre fueron: «Mamá, sé feliz, yo lo soy»2,7. Murió en el día de la memoria de la Virgen del Rosario7.
La Misionera de Jesús
La Beata Chiara Badano es considerada una misionera de Jesús y una apóstola del Evangelio como buena noticia para un mundo que, a pesar de su bienestar, a menudo está «enfermo de tristeza e infelicidad»8. Ella invita a todos, especialmente a los jóvenes, a redescubrir la frescura y el entusiasmo de la fe8.
Su biografía es un testimonio de que la vida cristiana no se opone al deseo de felicidad, sino que su componente esencial es el amor, que se refleja en la imagen cristiana de Dios: «Dios es amor; quien permanece en el amor permanece en Dios y Dios en él» (1 Jn 4, 16)2.
Culto y Beatificación
El Proceso de Santidad
La fama de santidad de Chiara Badano se extendió rápidamente. El proceso de beatificación culminó con el reconocimiento de un milagro atribuido a su intercesión.
Su beatificación fue un signo concreto de la confianza y estima que la Iglesia tiene en los jóvenes, en quienes ve el rostro joven y santo de la Iglesia8.
La Beatificación
Chiara Badano fue beatificada el 25 de septiembre de 2010 en Roma por el Papa Benedicto XVI1,4. El lugar elegido para la beatificación fue el Santuario del Divino Amor, un lugar apropiado para honrar a una joven cuyo corazón fue totalmente cautivado por el amor divino7.
Fecha de Beatificación: 25 de septiembre de 20101.
Día de Fiesta (Recurrencia): 29 de octubre1.
El Papa Benedicto XVI animó a los jóvenes y familias a conocerla, describiendo su vida como «un mensaje estupendo»4.
El Milagro para la Beatificación
Para la beatificación de Chiara Badano, se consideró la curación de un joven atleta de un sarcoma de Ewing/PNET con metástasis pulmonares, hepáticas y linfáticas. La Consulta Médica declaró el 28 de octubre de 2010 que la curación era científicamente inexplicable9. El Congreso Peculiar de Teólogos y los Cardenales y Obispos de la Sesión Ordinaria confirmaron que se trataba de un verdadero milagro9.
Mensaje para la Juventud
La vida de Chiara Badano ofrece un poderoso mensaje de optimismo y esperanza a la juventud8. Su testimonio es un ejemplo de que la breve temporada de la juventud puede vivirse en la santidad, y que los jóvenes virtuosos pueden vivir plenamente sin desperdiciar sus vidas8.
Ella es un ejemplo luminoso que da sustancia y concreción a la invitación a acoger la Cruz de Jesús, que no es la negación de la vida, sino la máxima expresión del amor de Dios y la fuente de la vida eterna2.
El don de Chiara Badano para la Iglesia estimula a los jóvenes a no sofocar el anhelo de tener una vida más grande que aquella que se consume en las exigencias cotidianas, una vida que alcance la vastedad y belleza del amor universal que Dios imprimió en la persona humana2.
Citas
Resumen, Dicasterio para las Causas de los Santos. Chiara Badano: Biografia (25 settembre 2010) (2010). ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5 ↩6 ↩7 ↩8 ↩9 ↩10 ↩11
Dicasterio para las Causas de los Santos. Chiara Badano: Messa di ringraziamento (25 settembre 2010) (2010). ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5 ↩6 ↩7 ↩8 ↩9 ↩10 ↩11 ↩12 ↩13 ↩14 ↩15 ↩16 ↩17 ↩18 ↩19 ↩20
Dicasterio para las Causas de los Santos. Chiara Badano: Omelia (25 settembre 2010), § 3 (2010). ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5 ↩6
Dicasterio para las Causas de los Santos. Chiara Badano: Le parole di Benedetto XVI (25 settembre 2010) (2010). ↩ ↩2 ↩3 ↩4
Capítulo dos - Jesús, siempre joven - Santos jóvenes, Papa Francisco. Christus vivit, § 62 (2019). ↩
Dicasterio para las Causas de los Santos. Chiara Badano: Omelia (25 settembre 2010), § 5 (2010). ↩
Dicasterio para las Causas de los Santos. Chiara Badano: Omelia (25 settembre 2010), § 1 (2010). ↩ ↩2 ↩3
Dicasterio para las Causas de los Santos. Chiara Badano: Omelia (25 settembre 2010), § 7 (2010). ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5
Dicasterio para las Causas de los Santos. Enrichetta Alfieri: La fama di santità (26 giugno 2011) (2011). ↩ ↩2