Biblia Vulgata

La Vulgata es una traducción latina de la Biblia que ha servido como el texto oficial y normativo de la Iglesia Católica durante muchos siglos. Compuesta en gran parte por San Jerónimo en los siglos IV y V, la Vulgata se convirtió en la versión latina predominante de la Escritura, influyendo profundamente en la cultura, el arte y el lenguaje de Europa Occidental. A lo largo de los años, ha sido objeto de revisiones, siendo la Nova Vulgata (o Neo-Vulgata) la edición «típica» promulgada por San Juan Pablo II en 1979, destinada a ser utilizada especialmente en la sagrada Liturgia y como punto de referencia para las traducciones vernáculas.
Tabla de contenido
Orígenes y Composición
Los cristianos del Imperio Romano leían la Biblia en su totalidad en griego hasta el siglo IV1. Existían traducciones parciales e incompletas al latín, pero no una versión completa en latín. San Jerónimo, con el estímulo del Papa Dámaso, emprendió la tarea de revisar y traducir toda la Escritura al latín1.
San Jerónimo comenzó su trabajo revisando los Evangelios y los Salmos en Roma1. Posteriormente, desde su celda en Belén, procedió a traducir todos los libros del Antiguo Testamento directamente del hebreo, un trabajo que se extendió por muchos años1. Utilizó su vasto conocimiento del griego y el hebreo, así como su sólida formación en latín, empleando herramientas filológicas como la Hexapla de Orígenes1.
El texto final de Jerónimo combinó la continuidad de fórmulas ya en uso con una mayor adhesión al estilo hebreo, sin sacrificar la elegancia del latín1. Esta traducción se convirtió en un verdadero monumento que marcó la historia cultural de Occidente y moldeó su lenguaje teológico1. Aunque inicialmente encontró cierta resistencia, la traducción de Jerónimo rápidamente se convirtió en el patrimonio común de eruditos y creyentes, de ahí su nombre «Vulgata», que significa «común» o «popular»1.
La Vulgata a lo largo de la Historia de la Iglesia
Durante siglos, la Vulgata fue la edición preferida por la Iglesia en las regiones de Occidente2. El Concilio de Trento, en su decreto Insuper, afirmó el carácter «auténtico» de la Vulgata, reconociendo su uso secular en la Iglesia y su valor para el estudio, la predicación y la disputa pública1. Sin embargo, el Concilio no minimizó la importancia de los idiomas originales, una insistencia constante de San Jerónimo, ni prohibió futuras traducciones completas1.
La influencia de la Vulgata fue tan profunda que la Europa medieval aprendió a leer, orar y pensar a partir de sus páginas1. Se convirtió en una especie de «léxico inmenso» y «atlas iconográfico» del cual la cultura y el arte cristianos se nutrieron1. La literatura, el arte e incluso el lenguaje popular han sido continuamente moldeados por la traducción de Jerónimo, dejando un legado de gran belleza y devoción1.
La Neo-Vulgata (Nova Vulgata)
En tiempos más recientes, el Concilio Vaticano II, aunque reafirmó el respeto por la Vulgata, decretó que el trabajo de revisión debía terminarse lo antes posible, teniendo en cuenta el estilo de la latinidad cristiana y toda la tradición de la Iglesia Latina2. En respuesta a esta indicación, el Papa Pablo VI estableció en 1965 una Comisión Pontificia especial para revisar todos los libros de la Sagrada Escritura2. El objetivo era enriquecer a la Iglesia con una edición latina que respondiera a los avances en los estudios bíblicos y sirviera especialmente en la Liturgia2.
Esta revisión consideró «palabra por palabra el antiguo texto de la edición de la Vulgata, es decir, siempre que los textos originales se representen con precisión, tal como se encuentran en las ediciones críticas modernas»2. El texto fue «prudentemente mejorado» cuando se apartaba de los originales o los interpretaba incorrectamente, utilizando la «latinidad bíblica cristiana» para equilibrar la tradición con las exigencias de la crítica moderna2,3.
El resultado de esta revisión fue la Nova Vulgata Bibliorum Sacrorum Editio, o Neo-Vulgata1. Esta edición, publicada en volúmenes separados entre 1969 y 1977, fue ofrecida como una edición «típica» en un solo volumen2. El 27 de abril de 1979, San Juan Pablo II, en su Constitución Apostólica Scripturarum Thesaurus, promulgó la Neo-Vulgata como la edición «típica» y la declaró apta para ser utilizada especialmente en la Liturgia sagrada, así como para otros fines2,1,4.
La Neo-Vulgata fue concebida para que las traducciones vernáculas destinadas al uso litúrgico y pastoral puedan referirse a ella2. También se considera un fundamento para los estudios bíblicos, especialmente en lugares donde el acceso a materiales de investigación es más difícil2.
La Vulgata hoy
La Vulgata, en su forma de Neo-Vulgata, sigue siendo un instrumento valioso para los hijos de la Iglesia, facilitando un acercamiento más preciso a las fuentes de la Revelación, especialmente en la celebración de la Sagrada Liturgia4. Sirve como un nuevo e impresionante punto de referencia para los estudios científicos4. Si bien el Concilio Vaticano II y encíclicas como Divino Afflante Spiritu promovieron los estudios bíblicos basados en los idiomas originales, la Neo-Vulgata confirma el continuo respeto de la Iglesia por su larga tradición latina5.
La Pontificia Comisión Bíblica también ha abordado cuestiones sobre la adición de lecturas variantes en las ediciones de la Vulgata, permitiendo que se incluyan al pie del texto para la conveniencia y utilidad de los estudiosos6. Esto demuestra la apertura de la Iglesia a la investigación y el estudio crítico de las Escrituras, manteniendo al mismo tiempo la autoridad de la Vulgata como texto oficial.
Citas
La Vulgata, Papa Francisco. Scripturae sacrae affectus (2020). ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5 ↩6 ↩7 ↩8 ↩9 ↩10 ↩11 ↩12 ↩13 ↩14 ↩15
Papa Juan Pablo II. Scripturarum Thesaurus (1979). ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5 ↩6 ↩7 ↩8 ↩9 ↩10
Papa Pablo VI. Al Sacro Colegio y a la Prelatura Romana (23 de diciembre de 1966) - Discurso (1966). ↩
Papa Juan Pablo II. A los miembros de la Pontificia Comisión para la Nueva Vulgata (27 de abril de 1979) - Discurso (1979). ↩ ↩2 ↩3
¿Qué pasó con la Vulgata? Un análisis de Divino Afflante Spiritu y Dei Verbum», Kevin Raedy. ¿Qué Pasó con la Vulgata? Un Análisis de Divino Afflante Spiritu y Dei Verbum, § 1. ↩
De additione variarum lectionum in versione Vulgatae tam Novi quam Veteris Testamenti, la adición de variantes en las ediciones de la Vulgata - Afirmativa, Comisión Pontificia Bíblica. De additione variarum lectionum in versione Vulgatae tam Novi quam Veteris Testamenti, La adición de variantes en las ediciones de la Vulgata (1921). ↩
