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Canon Alejandrino

Canon Alejandrino
página de título T.3. Dominio Público.

El Canon Alejandrino es la lista de libros sagrados que, a partir del siglo III, fue aceptada y utilizada por la comunidad cristiana de Alejandría y, por extensión, por gran parte del mundo cristiano oriental. Su desarrollo estuvo marcado por la reflexión teológica de figuras como Orígenes y Eusebio de Cesarea, y desempeñó un papel crucial en la configuración del canon que la Iglesia Católica reconoce hoy. El artículo explora su origen, evolución, contenido y su influencia en la definición definitiva del canon bíblico católico.

Tabla de contenido

Historia del canon en Alejandría

Orígenes y contexto cultural

Alejandría, como centro intelectual del mundo helenístico, albergaba una gran biblioteca y una comunidad judía que utilizaba la Septuaginta, la traducción griega de las Escrituras hebreas. Esta tradición facilitó la circulación de textos que, más tarde, serían objeto de debate canónico.

La contribución de Orígenes

Orígenes, uno de los primeros grandes exegetas cristianos, clasificó los escritos con autoridad apostólica en tres grupos: los homologoumena (unánimemente aceptados), los antilegomena (cuestionados) y los apócrifos. En su esquema, los Evangelios, las trece epístolas paulinas, Hechos y Apocalipsis estaban entre los homologoumena, mientras que Hebreos y las epístolas católicas estaban aún en disputa, aunque su presencia en la tradición alejandrina comenzó a consolidarse bajo su influencia1.

Eusebio de Cesarea y la sistematización

Eusebio, discípulo de Orígenes, adoptó una clasificación similar y afirmó que los libros que hoy forman el Nuevo Testamento estaban ya reconocidos en la comunidad alejandrina, aunque algunas cartas aún generaban dudas. Su obra consolidó la idea de un canon alejandrino que incluía los cuatro Evangelios, los Hechos, la mayoría de las epístolas paulinas y, gradualmente, las epístolas católicas y Hebreos1.

Contenido del canon alejandrino

Antiguo Testamento

El canon alejandrino del Antiguo Testamento se basaba en la Septuaginta y, por tanto, incluía los libros deuterocanónicos que no forman parte del canon hebreo tradicional. Esta lista comprendía:

Nuevo Testamento

En el Nuevo Testamento, el canon alejandrino llegó a reconocer:

Esta configuración coincidía en gran medida con la lista que la Iglesia universal adoptó en los concilios de Hipona (393) y Carso (397‑419)2,3.

Influencia en la definición del canon católico

Conciliación con la tradición occidental

Los sínodos de Hipona y Carso, influenciados por la tradición alejandrina, presentaron una lista de libros que fue aceptada por la Iglesia occidental. El Concilio de Trento (1546) confirmó esa lista como definitiva, incorporando los mismos 27 libros del Nuevo Testamento que el canon alejandrino había defendido siglos antes3.

Papel de la Iglesia en la fijación del canon

El proceso de canonización no fue unilateral; la Iglesia, a través de concilios regionales y la autoridad papal, evaluó la uso litúrgico, la autoridad apostólica y la coherencia doctrinal de los escritos. La tradición alejandrina, al haber sido una de las primeras en aceptar la totalidad del Nuevo Testamento, sirvió como referencia esencial para estos criterios4.

Comparación con otros cánones

ComunidadLibros del Antiguo TestamentoLibros del Nuevo Testamento
AlejandrinaSeptuaginta completa (incluye deuterocanónicos)27 libros (incluye Hebreos y epístolas católicas)
Judía (Palestina)24 libros (sin deuterocanónicos)
Latina (Vulgata)46 libros (incluye deuterocanónicos)27 libros (igual al alejandrino)

Esta tabla muestra que, aunque existían variaciones en el Antiguo Testamento, el Nuevo Testamento coincidía esencialmente entre la tradición alejandrina y la católica latina.

Legado y relevancia actual

El canon alejandrino sigue siendo un punto de referencia histórico para los estudios bíblicos y la exégesis patrística. Su reconocimiento de los libros deuterocanónicos y su temprana aceptación de las epístolas católicas reflejan la unidad doctrinal que la Iglesia Católica busca preservar. Además, la Septuaginta sigue siendo la versión oficial del Antiguo Testamento en la liturgia ortodoxa, testimonio de la duradera influencia del canon alejandrino.

Bibliografía

Citas

  1. Canon del nuevo testamento, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §Canon del Nuevo Testamento. 2 3

  2. Concilio de Cartago (III) 397 - El canon de la sagrada escritura, Heinrich Joseph Dominicus Denzinger. Las Fuentes del Dogma Católico (Enchiridion Symbolorum), § 186 (1854).

  3. El concilio de Trento - La cuarta sesión - Decreto sobre las escrituras canónicas, Documento del Concilio. Concilio de Trento, §La Cuarta Sesión (1563). 2 3

  4. Primera parte, Pontificia Comisión Bíblica. La Inspiración y Verdad de la Sagrada Escritura, § 61 (2014). 2

  5. El canon de la sagrada escritura * - Del mismo decreto y de los actos del mismo sínodo romano, Heinrich Joseph Dominicus Denzinger. Las Fuentes del Dogma Católico (Enchiridion Symbolorum), § 180 (1854).

  6. Todos los apóstoles instan a la observancia del orden de la iglesia - Los cánones eclesiásticos de los mismos santos apóstoles, Autor desconocido. Constituciones Apostólicas, §Libro VIII. Sección 5. XLVII. 85 (380).

  7. Concilio de Cartago (a.D. 419) - Canon 24. (griego XXVII.), Documento del Concilio. Concilio de Cartago (A.D. 419), §Canon 24. (Griego XXVII.) (419).