Wikitólica

La enciclopedia y wiki católica en español

Cruz

Caridad

La caridad, una de las tres virtudes teologales, es el amor sobrenatural infundido por Dios en el corazón humano, por el cual amamos a Dios por encima de todas las cosas por Él mismo, y a nuestro prójimo como a nosotros mismos por amor a Dios. Es la virtud más excelente y la forma de todas las demás virtudes, constituyendo el centro de la doctrina social de la Iglesia y el fundamento de la vida cristiana. La caridad se manifiesta en el servicio desinteresado al prójimo, especialmente a los más necesitados, y en el esfuerzo por vivir en verdad y justicia, siempre animados por el amor divino.

Tabla de contenido

Naturaleza y Origen de la Caridad

La caridad es una virtud teologal, lo que significa que tiene a Dios como su objeto directo e inmediato1. No es meramente un sentimiento humano, sino un amor de naturaleza divina, muy superior a las capacidades naturales del alma humana2. La caridad es un don de Dios, infundido en nuestros corazones por medio del Espíritu Santo2,3. Procede de la fuente del amor del Padre por el Hijo, en el Espíritu Santo, y es un amor creativo y redentor que se revela en Cristo y se derrama en nuestros corazones4.

San Pablo la describe como la mayor de todas las virtudes (1 Co 13,13)5, y San Juan enseña que «Dios es amor» (1 Jn 4,8.16), de modo que todo tiene su origen en el amor de Dios, todo es moldeado por Él y todo se dirige hacia Él6. La caridad es el principio no solo de las relaciones personales y micro-relaciones (con amigos, familiares o dentro de pequeños grupos), sino también de las macro-relaciones (sociales, económicas y políticas)6. Es una amistad verdadera del ser humano con Dios3.

Caridad como Forma de Todas las Virtudes

La caridad no solo es la más noble de las virtudes, sino que también es la «forma de todas las virtudes», ya que gracias a ella, los actos de las demás virtudes se ordenan al fin último y debido2. Las virtudes teologalesfe, esperanza y caridad— tienen a Dios como su objeto propio y, por su mandato, causan los actos de las virtudes morales1. La caridad realiza una unión con Dios, el fin último perfecto1. Esto significa que, sin el soplo de la caridad, todas las obras languidecerían como una planta privada de su savia vital7. La caridad vivifica y da valor salvífico a todo compromiso por la justicia en el mundo8.

Manifestaciones de la Caridad

La caridad se manifiesta en diversas dimensiones de la vida cristiana y social, siempre impulsada por el amor de Cristo.

Amor a Dios y al Prójimo

La caridad nos inclina a amar a Dios por Él mismo por encima de todas las cosas, y a nuestro prójimo como a nosotros mismos por amor a Dios9,3. Este amor se traduce en el deseo de Dios de todo honor, gloria y bien, y en el esfuerzo por obtenerlo para Él3. La caridad cristiana (ágape) se vive amando a los pobres, a los que no son amables y a quienes no nos aman, perdonando a todos los que nos han ofendido y bendiciendo a los que nos maldicen (Lc 6,28)5.

Caridad en la Acción Social

La caridad está en el corazón de la doctrina social de la Iglesia6. Toda responsabilidad y compromiso expresado por esta doctrina se deriva de la caridad, que es la síntesis de toda la Ley (cf. Mt 22,36-40)6. El Papa Juan XXIII señaló que la faz del mundo podría cambiar si reinara la verdadera caridad, la del cristiano que se une al dolor del desdichado y busca su felicidad y salvación10. Para el cristiano, emplear lo superfluo en favor de quien carece de lo necesario no es una generosidad facultativa, sino un deber10.

La Iglesia considera su actividad a favor de los enfermos como un signo de su amor11. Desde sus orígenes, se ha reconocido en la pluralidad de formas caritativas que manifiestan su amor maternal11. La Iglesia ha reivindicado las obras de caridad como un deber y un derecho inalienable11. Aunque los Estados asuman en parte el compromiso de la ayuda social, el imperativo de la caridad y el apoyo moral y material sigue siendo actual12.

Caridad y Justicia

Existe una relación intrínseca entre caridad y justicia. La caridad debe estar siempre vivificada por el «soplo divino de la caridad»7. La justicia se perfecciona mediante la caridad, que no solo da a cada uno lo suyo y no impide el ejercicio de sus derechos, sino que también lo beneficia «no solo de palabra y de boca, sino de obra y de verdad»13. La caridad confiere un valor teológico y salvífico a todo compromiso por la justicia en el mundo8.

La doctrina social católica ha evolucionado para abordar la cuestión de una estructura justa de la sociedad14. Pioneros como el obispo Ketteler, y numerosas órdenes religiosas y asociaciones, trabajaron para combatir la pobreza, la enfermedad y la necesidad de una mejor educación14. El magisterio papal ha intervenido con encíclicas sociales, destacando la necesidad de que la verdad sea buscada, encontrada y expresada en la economía de la caridad, y que la caridad, a su vez, sea comprendida, confirmada y practicada a la luz de la verdad6.

La Caridad en la Vida Cotidiana del Cristiano

La caridad no es un concepto abstracto, sino una realidad viva que interpela a cada creyente.

Respeto y Estimación por la Persona Humana

La caridad se manifiesta en el respeto y la estima por cada persona humana15. La Iglesia, siguiendo a Jesús, dirige su mensaje a los hombres reconociéndolos como personas libres y desea el pleno desarrollo de su personalidad con la ayuda de la gracia15. En su obra, la Iglesia emplea la persuasión, el diálogo y la búsqueda común de la verdad y el bien, proponiendo en lugar de imponer, con respeto y confianza en la capacidad de juicio de las personas15.

Compromiso de la Iglesia y los Fieles Laicos

Toda la Iglesia está llamada directamente al servicio de la caridad para «aliviar las necesidades humanas de todo tipo»16. Los fieles laicos, en particular, tienen la tarea específica de infundir los valores cristianos en el orden temporal, ya que la caridad anima y sostiene una solidaridad activa, atenta a todas las necesidades del ser humano16.

Aquellos que administran la caridad eclesial deben estar animados por el amor de Cristo, reconociendo que sus acciones deben fluir de un «amor alimentado por un encuentro con Cristo»17. San Pablo afirma que «si doy todo lo que tengo, y si entrego mi cuerpo para ser quemado, pero no tengo amor, de nada me sirve» (1 Co 13,3)17.

Conclusión

La caridad es el don más grande de Dios a la humanidad, su promesa y nuestra esperanza6. Es la esencia misma de Dios, que se nos ha revelado y se nos da para que amemos como Él ama2. Sin el «soplo de la caridad», todas las instituciones languidecerían, y las acciones sociales se volverían frías y mecánicas7. Cuando la caridad reina, todo se realiza con el corazón y con verdadero empeño7. La caridad es el vínculo de perfección (Col 3,12-15) y el fundamento del Reino de Cristo, llamando a todos a una emulación piadosa en el amor y en la acción de ayuda18,19. Es el camino hacia la verdadera paz de Cristo que debe reinar en nuestros corazones10.

Citas

  1. Reinhard Hütter. Felicidad y religión: Por qué la virtud de la religión es indispensable para alcanzar el fin último Una relectura de Tomás de Aquino con la mirada puesta en su relevancia contemporánea, § 34. 2 3

  2. Papa Juan Pablo II. Audiencia General del 22 de mayo de 1991 (1991). 2 3 4

  3. Amor (virtud teologal), The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §Amor (Virtud Teologal). 2 3 4

  4. Papa Benedicto XVI. Caritas in Veritate, § 5 (2009).

  5. Ciclo de catequesis. Vicios y virtudes. 19. Caridad - Resumen de las palabras del Santo Padre, Papa Francisco. Audiencia General del 15 de mayo de 2024 - Ciclo de Catequesis. Vicios y Virtudes. 19. Caridad (2024). 2

  6. Papa Benedicto XVI. Caritas in Veritate, § 2 (2009). 2 3 4 5 6

  7. Papa Pío XII. A los peregrinos del Instituto Español de Bienestar Público en su 50.º aniversario (11 de septiembre de 1958) - Discurso (1958). 2 3 4

  8. Ralph Del Colle. David Bentley Hart y el Papa Benedicto: Delirios ateos, la Conferencia de Ratisbona, y más allá, § 19. 2

  9. II. Las virtudes teologales, Catecismo de la Iglesia Católica, § 1822 (1992).

  10. Papa Juan XXIII. Radiomensaje a los fieles de la República de Cuba (29 de noviembre de 1959) (1959). 2 3

  11. Papa Juan Pablo II. Visita a la Clínica Villa Betania (19 de diciembre de 1982) - Discurso, § 3 (1982). 2 3

  12. Papa Juan Pablo II. A los peregrinos italianos de las Diócesis de Civita Castellana, Orte y Gallese, Nepi y Sutri (17 de diciembre de 1983) - Discurso (1983).

  13. Papa León XIII. Graves de Communi Re, § 13 (1901).

  14. Parte II: «caritas la práctica del amor por la Iglesia como “comunidad de amor”» - Justicia y caridad, Papa Benedicto XVI. Deus Caritas Est, § 27 (2005). 2

  15. Papa Juan Pablo II. Audiencia General del 3 de junio de 1992, § 6 (1992). 2 3

  16. Papa Juan Pablo II. A los Obispos de la Conferencia Episcopal de Chile en su visita ad Limina (18 de octubre de 1994) - Discurso, § 7 (1994). 2

  17. Michael Sherwin, OP. Reflexiones sobre Deus Caritas Est Un recorrido por la Casbah, § 19. 2

  18. Papa Pío XII. Summi Pontificatus, § 109 (1939).

  19. Pío XI. Caritate Christi Compulsi (1932).