Casulla

La casulla es la vestimenta litúrgica más prominente y significativa utilizada por el sacerdote durante la celebración de la Misa en el rito latino de la Iglesia Católica. Su historia se remonta a la vestimenta civil común en el Imperio Romano, evolucionando a lo largo de los siglos para convertirse en un símbolo distintivo del oficio sacerdotal y de la caridad de Cristo. Este artículo explora su etimología, evolución histórica, simbolismo, tipologías y la importancia de su bendición y uso en la liturgia católica.
Tabla de contenido
Etimología y Orígenes
El término «casulla» proviene del latín casula, que significa «pequeña casa» o «cabaña»1. Esta denominación se debe a que, en sus orígenes, la vestimenta era una prenda exterior amplia que cubría la totalidad del cuerpo de la persona que la llevaba, a modo de refugio1. Originalmente, esta prenda era conocida en latín como casula, planeta o paenula, y en las primeras fuentes galas como amphibalus1.
Los eclesiólogos coinciden en que el traje litúrgico, incluyendo la casulla, era una adaptación de la vestimenta secular común en el Imperio Romano durante los primeros siglos del cristianismo1. Los sacerdotes, al desempeñar sus funciones sagradas en el altar, se vestían como en la vida civil, pero con el tiempo se desarrolló la costumbre de reservar para este propósito vestiduras más nuevas y limpias, lo que gradualmente llevó a la concepción de una vestimenta litúrgica especial1. La casulla era idéntica a la prenda exterior ordinaria usada por las clases bajas1.
Evolución Histórica de la Prenda
La casulla primitiva consistía en una pieza de tela cuadrada o circular con un agujero en el centro por donde se pasaba la cabeza1. Esta prenda cubría toda la figura, con los brazos colgando, pareciéndose a una «pequeña casa»1. Esta derivación se ilustra curiosamente en una antigua alusión a la casulla y el báculo en la «Vida de San Patricio» de Muirchu, donde se describe como una «casa con agujero para la cabeza»1. San Isidoro de Sevilla definió la casula como «una prenda provista de capucha, diminutivo de casa, cabaña, ya que, como una pequeña cabaña o choza, cubre a la persona entera»1.
En los primeros siglos, la casulla era usada por todos los rangos del clero, no solo por los sacerdotes1. Sin embargo, la amplia forma original de la casulla resultaba incómoda, impidiendo el libre uso de los brazos1. Para remediar esto, se adoptaron varias soluciones a lo largo del tiempo:
Modificaciones en el Diseño
Reducción lateral: Las primeras casullas medievales se hacían con una pieza semicircular de tela, doblada por el medio y cosida por los bordes, dejando una abertura para la cabeza1. Gradualmente, los lados se fueron recortando mientras el largo delantero y trasero permanecía inalterado1. Para el siglo XVI, la prenda se había acortado considerablemente, extendiéndose apenas por debajo de los hombros y dejando los brazos completamente libres1.
Asistencia de diáconos y subdiáconos: Durante el proceso de acortamiento, se convirtió en una función del diácono y el subdiácono asistir al celebrante, doblando hacia atrás la casulla para aliviar el peso en sus brazos1. Estas instrucciones aún se encuentran en el Caeremoniale Episcoporum al hablar de la vestidura de un obispo1.
Cuerdas y anillos: Otra solución, aunque rara, en algunas casullas medievales era insertar una cuerda que pasaba por anillos, permitiendo que los lados de la casulla se subieran hasta los hombros y se aseguraran en esa posición1.
Casullas plegadas: Durante los tiempos penitenciales, se prescribían «casullas plegadas» (planetæ plicatæ) en lugar de dalmáticas para el diácono y el subdiácono en la Misa Mayor1. El origen exacto de esta práctica es incierto, pero, al igual que la estola ancha del diácono, probablemente se relacionaba con la incomodidad de la casulla medieval al impedir el libre uso de los brazos1.
Tipos de Casullas Modernas
En la actualidad, en la Iglesia Occidental, la casulla se presenta principalmente en dos tipos1:
Tipo Romano: Suele tener unos 46 pulgadas de profundidad en la espalda y 30 pulgadas de ancho1. Se adorna con orfranes que forman un pilar en la espalda y una cruz alta en la parte delantera1. La abertura para el cuello es larga y se estrecha hacia abajo1.
Tipo Francés: Común también en Alemania y en una forma más simplificada en España, es menos amplia y a menudo artificialmente rígida1. Presenta una cruz en la espalda y un pilar en la parte delantera1. En las casullas medievales, estas cruces de orfranes a menudo adoptaban una forma de Y, y su origen parece más relacionado con razones de corte y ajuste sartorial que con un propósito simbólico explícito1.
Simbolismo y Significado Teológico
La casulla es considerada la vestidura sacerdotal por excelencia1. Antes de su uso, como otras vestiduras sagradas, debe ser bendecida por un sacerdote con las facultades necesarias1.
Cuando el sacerdote se reviste con la casulla para la Misa, la acompaña con una oración que la describe como el «yugo de Cristo»1. Este simbolismo se profundiza en el rito de ordenación sacerdotal, donde el obispo, al entregar la casulla, dice: «Recibe la vestidura sacerdotal, por la cual se significa la caridad»1. Así, la casulla simboliza no solo el yugo de Cristo, que es ligero y fácil, sino también la caridad que debe animar el ministerio sacerdotal, un amor sacrificial que abarca a todos.
La elección de los colores de la casulla también tiene un significado simbólico y litúrgico, siguiendo el calendario litúrgico de la Iglesia:
Blanco: Pureza, alegría, gloria. Se usa en el Tiempo Pascual y Navideño, en las fiestas del Señor (excepto las de la Pasión), de la Santísima Virgen María, de los ángeles, y de los santos no mártires1.
Rojo: Sangre, fuego, caridad. Se usa el Domingo de Ramos, Viernes Santo, Domingo de Pentecostés, en las fiestas de la Pasión del Señor, de los Apóstoles y Evangelistas, y de los santos mártires1.
Verde: Esperanza, vida, crecimiento. Se usa en el Tiempo Ordinario1.
Morado/Violeta: Penitencia, luto. Se usa en Adviento, Cuaresma, y en las Misas de difuntos1.
Rosa: Alegría mitigada. Se puede usar en el tercer domingo de Adviento (Gaudete) y el cuarto domingo de Cuaresma (Laetare)1.
Negro: Luto. Aunque menos común hoy en día, tradicionalmente se usaba en las Misas de difuntos1.
Uso en la Liturgia
La casulla es la vestidura exterior que el sacerdote se pone sobre el alba y la estola para celebrar la Santa Misa1. Su presencia en la liturgia destaca la santidad y la solemnidad del sacrificio eucarístico, y recuerda al sacerdote y a los fieles la importancia del ministerio que se realiza. Es un recordatorio visible de que el sacerdote actúa in persona Christi, es decir, en la persona de Cristo, la Cabeza de la Iglesia.
Conclusión
La casulla, con su rica historia y profundo simbolismo, es más que una simple prenda; es un signo sacramental que manifiesta la presencia de Cristo en su sacerdote y el amor redentor de Dios. Su evolución desde una vestimenta secular hasta convertirse en la principal vestidura litúrgica subraya la continua adaptación y enriquecimiento de las tradiciones de la Iglesia, manteniendo siempre el foco en el misterio central de la fe católica.