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Causa de canonización

Causa de canonización
Leyenda de San Francisco. Dominio Público.

La causa de canonización es el proceso formal y exhaustivo dentro de la Iglesia Católica para investigar la vida, las virtudes o el martirio, y la reputación de santidad de un fiel, con el fin de determinar si merece ser declarado beato y, finalmente, santo. Este procedimiento, regulado por estrictas normas canónicas, busca asegurar la autenticidad de la santidad del individuo y su capacidad de intercesión, culminando con la propuesta de su veneración universal a los fieles.

Tabla de contenido

Orígenes Históricos

Los orígenes de la canonización en la Iglesia Católica no deben confundirse con la antigua apoteosis pagana, a pesar de algunas superficiales similitudes históricas1. Mientras que la apoteosis era un honor concedido a menudo por razones políticas y sin consideración por las virtudes, la canonización eclesiástica siempre ha estado ligada a una vida de santidad demostrada1.

En los primeros siglos del cristianismo, la veneración de los santos, especialmente los mártires, surgía espontáneamente del pueblo de Dios. Los obispos locales, en sus respectivas diócesis, eran quienes confirmaban esta veneración. Con el tiempo, para garantizar la validez y evitar abusos, la Sede Apostólica comenzó a centralizar el proceso, estableciendo procedimientos más rigurosos1.

Etapas del Proceso de Canonización

El proceso de canonización consta de varias etapas principales, cada una con sus propios requisitos y verificaciones.

Siervo de Dios

La primera etapa formal comienza cuando se inicia una causa de beatificación y canonización para un católico que goza de una reputación de santidad en vida, en la muerte y después de ella, por haber vivido las virtudes cristianas de manera heroica, o que tiene fama de martirio por haber sacrificado su vida por Cristo2. Este individuo es entonces conocido como Siervo de Dios2.

Cualquier miembro del Pueblo de Dios o grupo de fieles reconocido por la autoridad eclesiástica puede proponer la causa de canonización, actuando a través de un postulador legítimamente nombrado3. El postulador debe presentar una petición escrita al obispo competente, solicitando la instrucción de la causa4. El obispo competente es generalmente aquel en cuyo territorio falleció el Siervo de Dios, a menos que circunstancias particulares, reconocidas por la Sagrada Congregación para las Causas de los Santos, sugieran lo contrario5.

Junto con la petición, el postulador debe incluir una biografía o un informe cronológico detallado sobre la vida, las obras, las virtudes o el martirio del Siervo de Dios, su reputación de santidad y de signos, sin omitir nada que parezca contrario o menos favorable a la causa6. También debe presentar una copia auténtica de todos los escritos publicados del Siervo de Dios6. En causas recientes, se requiere una lista de personas que puedan aportar información sobre las virtudes o el martirio del Siervo de Dios, incluyendo también a aquellos con opiniones contrarias6.

Una vez aceptada la petición, el obispo consulta con la Conferencia Episcopal, al menos de la región, sobre la conveniencia de iniciar la causa7. Además, el obispo debe dar publicidad a la petición en su diócesis y, si lo considera oportuno, en otras diócesis, invitando a los fieles a presentar cualquier información útil7.

Después de que los censores teológicos emiten votos favorables sobre los escritos, el obispo ordena la recolección de todos los escritos del Siervo de Dios, tanto publicados como inéditos, así como documentos históricos. Expertos en historia y archivos son empleados para esta tarea, y deben presentar un informe detallado con su juicio sobre la autenticidad y el valor de los documentos y la personalidad del Siervo de Dios8.

Se llevan a cabo investigaciones diocesanas (o eparquiales) que examinan la reputación de santidad y los milagros, tanto en general como en instancias particulares1. También se realizan procesos de non cultu para asegurar que no ha habido veneración pública indebida antes de la beatificación1.

Una vez que todos los actos y documentos han sido enviados a Roma, la Subsecretaría de la Congregación para las Causas de los Santos verifica si se han seguido todas las normas legales9. Si la causa se instruyó correctamente, se asigna a un Relator, quien, con un colaborador externo, prepara la Positio sobre las virtudes o el martirio9. Esta Positio es examinada por consultores teólogos y el promotor de la fe9.

Venerable

Si se demuestra que el Siervo de Dios practicó las virtudes teologales y cardinales en grado heroico, la Congregación para las Causas de los Santos emite un decreto reconociendo esta heroicidad de virtudes10,11,12,13. A partir de este momento, el Siervo de Dios recibe el título de Venerable1. En el caso de mártires, se requiere la prueba del martirio, es decir, el derramamiento de sangre y su aceptación por parte de la víctima, así como el odium Fidei (odio a la fe) del perseguidor14.

Beato

Para la beatificación, se requiere generalmente la verificación de un milagro atribuido a la intercesión del Venerable, ocurrido después de su muerte y previamente a la beatificación15,13. Este milagro debe ser objeto de una investigación separada de la de las virtudes o el martirio16. La curación inexplicable de una enfermedad grave es un tipo común de milagro investigado11. Un consejo médico evalúa la inexplicabilidad científica de la curación, y luego los teólogos determinan si se trata de un verdadero milagro atribuido a la intercesión del Venerable11,14. Si el milagro es aprobado, el Papa autoriza la beatificación, y el Venerable recibe el título de Beato17.

Santo

Para la canonización, que es la declaración definitiva de santidad y la propuesta de veneración universal, se requiere la verificación de un segundo milagro, ocurrido después de la beatificación y atribuido también a la intercesión del Beato18. Este proceso de investigación del segundo milagro sigue pasos similares a los del primero19. Una vez que el segundo milagro es aprobado, se celebra un Consistorio donde el Papa fija la fecha de la canonización18.

El Papel de la Congregación para las Causas de los Santos

La Sagrada Congregación para las Causas de los Santos, hoy Dicasterio para las Causas de los Santos, es el organismo de la Curia Romana encargado de estas causas20. Está presidida por un Cardenal Prefecto, asistido por un Secretario, cuya función es asesorar y orientar a los obispos en la instrucción de las causas, estudiarlas a fondo y, finalmente, emitir su voto20. El Secretario también se encarga de las relaciones con el exterior y de informar al Papa sobre las votaciones de los Cardenales y Obispos20.

La Congregación cuenta con un Colegio de Relatores, presidido por un Relator General, encargado de estudiar las causas20. Además, hay consultores teólogos e históricos, así como expertos médicos para los casos de presuntos milagros11,9,14. El proceso es sumamente cauteloso y riguroso, exigiendo pruebas irrefutables de las virtudes heroicas o del martirio, y la verificación de milagros como una «confirmación trascendente de un beneplácito divino»21,22.

Resumen

La causa de canonización es un proceso meticuloso y multifacético que la Iglesia Católica emplea para reconocer formalmente la santidad de sus fieles. Desde la investigación diocesana inicial de la reputación de santidad hasta la aprobación de milagros y la proclamación final, cada etapa está diseñada para asegurar una investigación rigurosa y una verificación exhaustiva, guiada por el Dicasterio para las Causas de los Santos. Este proceso subraya la seriedad con la que la Iglesia discierne y presenta a sus santos como modelos de vida cristiana y poderosos intercesores ante Dios.

Citas

  1. Beatificación y canonización, The Encyclopedia Press. Catholic Encyclopedia, §Beatificación y Canonización. 2 3 4 5 6

  2. Parte I causas de beatificación y canonización - Título II reputación de santidad o de martirio y de poder intercesor, Congregación para las Causas de los Santos. «Sanctorum Mater»: Instrucción para la realización de las encuestas diocesanas o eparquiales en las causas de los Santos, §Art. 4 (2007). 2

  3. Congregación para las Causas de los Santos. Nuevas Leyes para las Causas de los Santos, § 1 (1983).

  4. Congregación para las Causas de los Santos. Nuevas Leyes para las Causas de los Santos, § 8 (1983).

  5. Congregación para las Causas de los Santos. Nuevas Leyes para las Causas de los Santos, § 5 (1983).

  6. Congregación para las Causas de los Santos. Nuevas Leyes para las Causas de los Santos, § 10 (1983). 2 3

  7. Congregación para las Causas de los Santos. Nuevas Leyes para las Causas de los Santos, § 11 (1983). 2

  8. Congregación para las Causas de los Santos. Nuevas Leyes para las Causas de los Santos, § 14 (1983).

  9. III - Procedimiento en la Sagrada Congregación, Papa Juan Pablo II. Divinus Perfectionis Magister (25 de enero de 1983), § 13 (1983). 2 3 4

  10. Papa Pío XI. Giovanni Bosco (1815-1888) - Homilía (1934).

  11. Dicasterio para las Causas de los Santos. Enrichetta Alfieri: La fama di santità (26 giugno 2011) (2011). 2 3 4

  12. Oficina de Prensa de la Santa Sede. San Padre Pío de Pietrelcina (2002).

  13. Papa Juan Pablo II. Nazaria Ignazia di Santa Teresa di Gesù (1889-1943) - Carta apostólica (2018). 2

  14. Papa Benedicto XVI. Carta a los participantes de la Sesión Plenaria de la Congregación para las Causas de los Santos (24 de abril de 2006) (2006). 2 3

  15. Dicasterio para las Causas de los Santos. Eduardo Francisco Pironio: Homilía (2023).

  16. Congregación para las Causas de los Santos. Nuevas Leyes para las Causas de los Santos, § 32 (1983).

  17. Papa Juan Pablo II. María Guadalupe García Zavala (1878-1963) - Carta apostólica (2013).

  18. El Dicasterio para las Causas de los Santos. María Josefa del Corazón de Jesús Sancho de Guerra (1842-1912) - Carisma y Santidad (2000). 2

  19. Sagrada Congregación para la Doctrina de la Fe. Normas para el procedimiento de disolución del matrimonio en favor de la fe, § 2 (1973).

  20. II - La Sagrada Congregación para las Causas de los Santos, Papa Juan Pablo II. Divinus Perfectionis Magister (25 de enero de 1983) (1983). 2 3 4

  21. Papa Pablo VI. Vicenta María López y Vicuña (1847-1890) - Homilía (1975).

  22. Papa Pablo VI. Giovanni Battista della Concezione (1561-1613) - Homilía (1975).