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Causas de los santos

Las causas de los santos son los procesos investigativos y jurídicos que la Iglesia Católica sigue para determinar si una persona fallecida puede ser venerada públicamente como beato o santo. Este procedimiento riguroso, que se ha desarrollado a lo largo de los siglos, busca asegurar la autenticidad de la santidad o el martirio y la intervención divina a través de milagros, con el fin de proponer modelos de vida cristiana a los fieles.

Tabla de contenido

Historia y Desarrollo

La veneración de los santos es una práctica antiquísima en la Iglesia Católica, que desde sus inicios ha honrado a los mártires y a aquellos que vivieron una vida de santidad heroica. Inicialmente, el reconocimiento de la santidad era un proceso más local y espontáneo, impulsado por la fama de santidad del difunto y la devoción de la comunidad1,2. Sin embargo, a medida que la Iglesia creció, se hizo necesario establecer un control más centralizado para evitar abusos y asegurar la veracidad de las historias de vida y los milagros atribuidos1.

Los primeros pasos hacia una legislación formal se remontan al Papa Sixto V, quien en 1588 estableció la Sagrada Congregación de Ritos para supervisar estos procesos1,3. Posteriormente, el Papa Urbano VIII implementó normativas significativas que prohibían la veneración pública de los Siervos de Dios antes de su beatificación, sentando las bases para el procedimiento actual y distinguiendo entre la veneración «confirmada» (o equivalente) y la «formal»2.

En el siglo XX, Papas como Pío XI y Pablo VI continuaron refinando estas leyes. San Juan Pablo II promulgó en 1983 la Constitución Apostólica Divinus Perfectionis Magister, que simplificó y agilizó el proceso, enfatizando la investigación rigurosa y la búsqueda de la verdad histórica1. Esta constitución fue seguida por las Normae servandae in inquisitionibus ab Episcopis faciendis in Causis Sanctorum ese mismo año, y una instrucción más reciente, Sanctorum Mater, en 20071,4.

Etapas del Proceso

El camino hacia la canonización es un proceso multifásico que puede durar muchos años, incluso décadas. Se divide generalmente en las siguientes etapas principales:

1. La Fase Diocesana

El proceso se inicia a nivel diocesano, bajo la autoridad del obispo del lugar donde falleció la persona o donde se originó su fama de santidad1,2.

Apertura de la Causa

Cualquier miembro del Pueblo de Dios o grupo de fieles reconocido por la autoridad eclesiástica puede proponer una causa de canonización5. Para ello, se designa un postulador que será el encargado de promover la causa5,2. El obispo diocesano evaluará si el candidato goza de una «fama firme y extendida de santidad, milagros o martirio»1. Esta fama debe ser «espontánea, no procurada artificialmente, originada por personas honestas y serias, continua, que aumente día a día y que esté vigente en el presente en la mayor parte del pueblo»1. Si la fama no es probada, la causa no puede ser introducida1.

Investigación Diocesana

El obispo instituye una investigación (llamada proceso) que consta de varias partes2:

Una vez concluidas estas investigaciones, todos los actos y documentos son enviados a la Congregación para las Causas de los Santos en Roma7,2.

2. La Fase Romana (Congregación para las Causas de los Santos)

En Roma, el proceso se vuelve más centralizado y riguroso.

Examen Preliminar

El subsecretario de la Congregación verifica que se hayan seguido todas las normas legales en las investigaciones diocesanas7. Si se considera que el proceso se llevó a cabo correctamente, se asigna un relator a la causa7.

Preparación de la Positio

El relator, con la ayuda de un colaborador externo, prepara la Positio. Este es un documento exhaustivo que presenta la evidencia de las virtudes o el martirio del Siervo de Dios de acuerdo con las reglas de la hagiografía crítica7,8.

Voto de los Consultores

Juicio de Cardenales y Obispos

Los votos definitivos de los consultores teológicos, junto con las conclusiones escritas del Promotor de la Fe, se presentan al juicio de los cardenales y obispos miembros de la Congregación7.

Decreto de Virtudes Heroicas o Martirio

Si la Congregación vota favorablemente, se pide al Papa que firme un decreto solemne que declara la existencia de las virtudes heroicas del Siervo de Dios (para confesores) o de su martirio (para mártires)2. A partir de este momento, el Siervo de Dios es declarado Venerable2.

3. Beatificación

La beatificación es el paso intermedio que permite la veneración pública limitada del Venerable.

Milagros para Confesores

Para que un confesor (alguien que no murió mártir) sea beatificado, se requiere la comprobación de un milagro atribuido a su intercesión, ocurrido después de su muerte1,2.

Mártires

Para los mártires, la beatificación no requiere un milagro1,2. Se necesita una prueba irrefutable de la effusio sanguinis (derramamiento de sangre) y su aceptación por parte de la víctima, así como la odium Fidei (odio a la fe) por parte del perseguidor1.

Rito de Beatificación

Una vez que se cumplen los requisitos, el Santo Padre preside el rito de beatificación, a menudo en la diócesis del Venerable o en Roma. A partir de ese momento, la persona es reconocida como Beato/a y se permite su veneración pública en un ámbito geográfico o una congregación religiosa específica2.

4. Canonización

La canonización es la declaración definitiva de que una persona es un santo y puede ser venerada universalmente en toda la Iglesia Católica.

Milagros para Canonización

Para la canonización de un Beato (tanto confesor como mártir), se requiere la comprobación de un segundo milagro atribuido a su intercesión, ocurrido después de la beatificación2. Este milagro pasa por el mismo proceso de investigación médica y teológica que el primero1,2.

Juicio super tuto

Antes de la canonización, se celebra una reunión de la Congregación donde se debate si es seguro (super tuto) proceder a la canonización, dada la aprobación de las virtudes y los milagros2.

Rito de Canonización

Con la aprobación del segundo milagro y el juicio favorable super tuto, el Papa procede con la solemne ceremonia de canonización. La persona es entonces inscrita en el catálogo de los santos y se le otorga el título de Santo/a, permitiendo su veneración universal3,2.

La Fama de Santidad y Milagros

La fama de santidad es un elemento crucial en las etapas iniciales de una causa1. No se refiere a la popularidad o a un sentimiento superficial, sino a una percepción genuina y extendida entre los fieles de que la persona vivió una vida ejemplar, conforme al Evangelio, y que Dios obra a través de su intercesión1. Esta fama es vista como una «señal de Dios» que indica a la Iglesia a quiénes desea poner en el «candelero»1.

Los milagros, especialmente los milagros físicos, son considerados una confirmación divina del juicio eclesiástico sobre la vida virtuosa del Siervo de Dios1. Deben ser eventos extraordinarios, inexplicables científicamente, que se atribuyen directamente a la intercesión del candidato a los altares1. La Iglesia exige un milagro físico porque un milagro moral (como una conversión) no se considera suficiente para este propósito1. El proceso de evaluación de los milagros involucra a expertos científicos y teólogos, aunque la interpretación final recae en la teología1.

Conclusión

Las causas de los santos son un testimonio de la fe de la Iglesia en la comunión de los santos y en la acción de Dios en la vida de sus fieles. A través de un proceso minucioso y bien establecido, la Iglesia discierne aquellos ejemplos de santidad que deben ser propuestos a la veneración universal, ofreciendo inspiración y esperanza a todo el Pueblo de Dios. La evolución de las leyes y procedimientos a lo largo de la historia refleja el compromiso constante de la Iglesia con la verdad histórica y la certeza de la santidad, bajo la guía del Espíritu Santo1.

Citas

  1. Papa Benedicto XVI. Carta a los participantes de la Sesión Plenaria de la Congregación para las Causas de los Santos (24 de abril de 2006) (2006). 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24

  2. Beatificación y canonización, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §Beatificación y Canonización. 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20

  3. Papa Pablo VI. Sacra Rituum Congregatio, §Prefacio (1969). 2

  4. Parte I causas de beatificación y canonización - Título II reputación de santidad o de martirio y de poder de intercesión, Congregación para las Causas de los Santos. «Sanctorum Mater»: Instrucción para la realización de las Investigaciones diocesanas o eparquiales en las causas de los Santos, §Art. 4 (2007).

  5. Congregación para las Causas de los Santos. Nuevas Leyes para las Causas de los Santos, § 1 (1983). 2

  6. Congregación para las Causas de los Santos. Nuevas Leyes para las Causas de los Santos, § 7 (1983).

  7. III - Procedimiento en la Sagrada Congregación, Papa Juan Pablo II. Divinus Perfectionis Magister (25 de enero de 1983), § 13 (1983). 2 3 4 5 6 7

  8. Decreto general sobre las causas de los siervos de Dios cuyo juicio está actualmente pendiente en la Sagrada Congregación, Congregación para las Causas de los Santos. Nuevas Leyes para las Causas de los Santos (1983). 2 3