Cláusula Filioque

La cláusula Filioque («y del Hijo») es una adición latina al Credo Niceno‑Constantinopolitano que afirma que el Espíritu Santo procede del Padre y del Hijo. Esta formulación ha sido objeto de profunda reflexión teológica, de disputas históricas entre Oriente y Occidente y de esfuerzos ecuménicos contemporáneos para superar el cisma de 1054. El artículo explora su origen histórico, su fundamento doctrinal, la controversia que generó, los concilios que la abordaron y la enseñanza actual de la Iglesia Católica.
Historia de la inserción
Orígenes tempranos
El Credo original, formulado en Nicea (325) y ampliado en Constantinopla (381), menciona sólo que el Espíritu Santo «procede del Padre». La expresión Filioque apareció por primera vez en documentos latinos del siglo VII, como el sínodo de Braga (675)1, y se difundió en la liturgia del Imperio carolingio, donde monjes occidentales la recitaban en la capilla de Aquisgrán1.
Consolidación en la Edad Media
Durante el reinado de Benedicto VIII (1014‑1015) la cláusula fue incorporada oficialmente al Credo usado en Roma, bajo la influencia del emperador Enrique II, quien presionó al papa para uniformizar la práctica litúrgica1. La inserción fue aceptada en el Concilio de Florencia (1439), donde los delegados griegos ratificaron la doctrina de la doble procesión del Espíritu Santo2.
Doctrina y fundamento teológico
Enseñanza patrística
Los Padres latinos, especialmente San Agustín, describen la procesión del Espíritu como «de la principio del Padre y del Hijo, como de un solo principio» (tamquam ex uno principio)1. En la tradición oriental, el verbo griego ekporeuesthai se reserva a la procesión del Padre, mientras que proienai abarca una procesión más general que puede incluir al Hijo3. Esta distinción lingüística permite una reconciliación teológica: el Espíritu ekporeuetai del Padre y proeisi del Padre y del Hijo3.
Catecismo de la Iglesia Católica
El CCC explica que la expresión latina refleja la «comunión consustancial» entre el Padre y el Hijo, afirmando que el Espíritu procede «del Padre y del Hijo» como una única realidad doctrinal, siempre que no se convierta en una fórmula rígida que altere la fe esencial4. El mismo documento señala que la afirmación del Filioque ya estaba presente en la confesión papal de León I (447)5.
Desarrollo escolástico
Tomás de Aquino sostuvo que la doble procesión es evidente «per sensum» (por el sentido) de la Escritura, especialmente en pasajes como Juan 16:15, donde el Hijo comparte con el Padre todo lo que posee, incluido el don del Espíritu Santo3. Según Aquino, la doble procesión garantiza la distinción real entre las tres personas divinas, evitando que el Espíritu sea confundido con el Hijo3.
Controversia histórica
Primeros enfrentamientos
El patriarca Filoteo el Grande (siglo IX) denunció el Filioque como una herejía que introducía «dos principios» en la Trinidad, defendiendo la fórmula Patri solo (solo del Padre)1. La práctica de cantar el Credo con Filioque en el Monte de los Olivos en 807 provocó escándalo entre los monjes orientales, y el papa León III se negó a imponer la cláusula pese a su convicción de su verdad1.
Reacción de los concilios
El Concilio de Lyon II (1274) y el Concilio de Florencia (1439) afirmaron que el Espíritu procede «del Padre y del Hijo como de un solo principio» (ab uno principio et unica spiratione)1. Sin embargo, la aceptación no fue universal; la Iglesia ortodoxa mantuvo su rechazo, señalando la violación del canon del Concilio de Éfeso que prohibía añadir textos al Credo6.
Perspectiva moderna
En el siglo XX, el Papa Pablo VI y el Patriarca Atenágoras iniciaron un acercamiento ecuménico que llevó a la Declaración Conjunta Católica‑Ortodoxa de 1965, levantando los anatemas del cisma de 1054 y reconociendo la necesidad de «diálogo y caridad mutua» respecto al Filioque7. Autores como Thomas J. White proponen una «polifonía teológica» que permita coexistir expresiones latinas y griegas sin comprometer la unidad doctrinal8.
Conciliación y enseñanza actual
Dogma católico
El Papa Benedicto XIV (1755) declaró que la doble procesión del Espíritu es un dogma que todo católico debe profesar, y que su inserción en el Credo es lícita porque no contradice la fe, sino que la esclarece6. La Iglesia reconoce que la cláusula no viola el mandato del Concilio de Éfeso, pues la adición busca mayor claridad y no introduce una nueva fe6.
Aplicación litúrgica
En la liturgia latina contemporánea, el Credo incluye el Filioque de forma regular, mientras que en la liturgia bizantina se mantiene la fórmula original sin la cláusula. La Iglesia Católica permite ambas expresiones en contextos ecuménicos, subrayando la unidad esencial de la fe trinitaria4.
Futuro del diálogo
Los estudios actuales, como los de Jean Miguel Garrigues y Giulio Maspero, buscan una «teología del amor» que reconcilie ekporeuesthai y proienai, resaltando que el Espíritu es «el don del amor entre el Padre y el Hijo»3. Esta visión favorece una comprensión compartida que podría servir de puente para la plena comunión entre Oriente y Occidente.
Conclusión
La cláusula Filioque constituye una pieza central del patrimonio doctrinal católico, reflejando la profunda comunión entre el Padre y el Hijo en la vida del Espíritu Santo. Su historia muestra cómo una cuestión lingüística y teológica pudo convertirse en un factor decisivo del cisma cristiano, pero también cómo el magisterio católico ha buscado, a través del magisterio conciliar y del diálogo ecuménico, superar las divisiones y afirmar la unidad de la fe trinitaria.
Citas
Filioque, Edward G. Farrugia. Diccionario Enciclopédico del Oriente Cristiano, §Filioque (2015). ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5 ↩6 ↩7 ↩8
Profesión de fe prescrita para los Griegos - De los actos relativos a la unión de la Iglesia Greco-Rusa, 1575, Heinrich Joseph Dominicus Denzinger. Las Fuentes del Dogma Católico (Enchiridion Symbolorum), § 1986 (1854). ↩ ↩2
Matthew Levering, John Baptist Kuu, et al. Reseñas de Libros (Nova et Vetera, Vol. 18, Nº 1), § 4. ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5 ↩6
Sección dos I. Los credos, Catecismo de la Iglesia Católica, § 248. ↩ ↩2 ↩3
Sección dos I. Los credos, Catecismo de la Iglesia Católica, § 247. ↩ ↩2
Procesión del Espíritu Santo del Padre y del Hijo, Papa Benedicto XIV. Allatae Sunt, § 30 (1755). ↩ ↩2 ↩3 ↩4
Isidoros C. Katsos. Sobre la Trinidad: Una Conversación Ecuménica, § 2. ↩ ↩2
Thomas Joseph White, O.P. Hacia una Polifonía Ultramontana Este-Oeste: Sobre el Dogma, la Unidad Eclesial y el Filioque, § 19. ↩ ↩2
Filioque, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §Filioque. ↩