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Cruz

Codex Borgianus

Codex Borgianus
Una columna griega del códice en Lucas 18:15-16 en el Códice Borgiano (facsímil. Dominio público.)

El Códice Borgianus, también conocido como Códice T en la nomenclatura de los manuscritos bíblicos, es un antiguo manuscrito uncial del siglo V que contiene fragmentos de los Evangelios del Nuevo Testamento en griego y en copto sahídico. Este valioso artefacto, conservado en la Biblioteca Vaticana, representa un testimonio temprano de la transmisión textual de la Sagrada Escritura en la tradición cristiana primitiva. Su importancia radica en las variantes textuales que ofrece, como el final doble del Evangelio de Marcos, y en su conexión con otros códices unciales clave, lo que lo convierte en una pieza esencial para los estudios filológicos y teológicos católicos. El artículo explora su historia, descripción, contenido y relevancia en el contexto de la exégesis bíblica.

Tabla de contenido

Historia y descubrimiento

El Códice Borgianus debe su nombre a la familia Borgia, una influyente dinastía italiana del Renacimiento con fuertes lazos con la Iglesia católica. Este manuscrito fue adquirido por los Borgia en el siglo XVIII, probablemente durante sus exploraciones y adquisiciones en Oriente Medio y el norte de África, regiones ricas en reliquias cristianas antiguas. Se cree que el códice fue descubierto en Egipto, dada su conexión con el copto sahídico, una lengua litúrgica de la Iglesia copta que floreció en el Bajo Egipto durante los primeros siglos del cristianismo.

En el contexto histórico, el siglo V fue un período de gran efervescencia para la copia de manuscritos bíblicos en los monasterios egipcios y alexandrinos. La Iglesia primitiva, bajo la influencia de figuras como San Atanasio y San Cirilo de Alejandría, promovía la preservación de los textos sagrados para combatir herejías como el arrianismo. El Códice Borgianus, como otros unciales de la época, refleja esta labor de transmisión fiel de la Palabra de Dios, alineándose con la doctrina católica sobre la inspiración divina de las Escrituras, tal como se afirma en el Concilio de Trento.

Tras pasar por manos privadas, el manuscrito fue donado a la Biblioteca Vaticana en el siglo XIX, donde ha permanecido desde entonces. Su estudio sistemático comenzó en el siglo XX, impulsado por eruditos católicos como los benedictinos de la Abadía de San Jerónimo en Roma, quienes lo catalogaron como un ejemplo paradigmático de los códices bilíngües greco-coptos.1

Descripción física

El Códice Borgianus es un manuscrito en pergamino (vellum), típico de los unciales del siglo V, escrito en letras mayúsculas unciales sin espacios entre palabras ni puntuación moderna, lo que refleja las convenciones paleográficas de la antigüedad tardía. Sus dimensiones aproximadas son de unos 25 por 20 centímetros, con un formato de dos columnas por página, aunque solo se conservan fragmentos dispersos.

El material utilizado, procedente de piel de animal tratada, muestra signos de envejecimiento natural, como decoloración y pequeñas perforaciones, pero su estado de conservación es notable gracias a las condiciones controladas de la Biblioteca Vaticana. El códice se divide en dos partes principales: una con fragmentos en griego y sahídico de los Evangelios, y otra con secciones adicionales de Lucas y Juan. Un detalle distintivo es el uso de tinta negra sobre fondo claro, sin las ornamentaciones lujosas de códices posteriores como el de Rossano.

Desde el punto de vista técnico, este manuscrito pertenece al grupo de los códices púrpura, aunque no todos sus folios conservan el colorante característico; algunos expertos sugieren que podría haber sido parte de una producción monástica en un scriptorium egipcio, donde la combinación de griego y copto facilitaba la evangelización local.1

Contenido textual

El contenido del Códice Borgianus se centra en fragmentos de los Evangelios sinópticos y joánico. Específicamente, incluye:

Además, el códice incorpora elementos en sahídico, una variante del copto usada en la liturgia copta católica y ortodoxa. Esta bilingualidad no es meramente paralela, sino que ofrece lecturas variantes que ilustran la diversidad dialectal en la transmisión del texto sagrado. No contiene el Antiguo Testamento ni las epístolas paulinas, limitándose al Nuevo Testamento evangélico.

En términos de crítica textual, el códice se clasifica como de tipo alexandrino, caracterizado por su pureza y brevedad, opuesto al texto bizantino más expansivo. Esto lo hace valioso para reconstruir el texto original, apoyando la Vulgata latina de San Jerónimo como traducción fiel.1

Importancia en la tradición católica

En la exégesis católica, el Códice Borgianus juega un rol crucial al evidenciar la continuidad de la tradición apostólica en la preservación de los Evangelios. La Iglesia católica, guiada por el Magisterio, enseña que los manuscritos antiguos como este confirman la inerrancia de las Escrituras en asuntos de fe y moral, tal como se expresa en la constitución dogmática Dei Verbum del Concilio Vaticano II.

Su afinidad con códices como el Vaticano (B) refuerza la fiabilidad del texto griego subyacente a la Septuaginta y al Nuevo Testamento, herramientas esenciales para la teología sacramental. Por instancia, las variantes en Marcos subrayan la importancia del final largo para doctrinas como la Ascensión y la Gran Comisión, temas centrales en la catequesis católica.

Eruditos católicos, como el padre Jean-Baptiste Pitra en sus estudios del siglo XIX, han utilizado este códice para defender la autenticidad de pasajes controvertidos contra críticas protestantes o racionalistas. En la era moderna, contribuye a ediciones críticas como la Novum Testamentum Graece (Nestle-Aland), adoptada por la Comisión Bíblica Pontificia, asegurando que las lecturas litúrgicas en la Misa sean precisas y fieles.1

Localización y estudios actuales

Actualmente, el Códice Borgianus se encuentra en la Biblioteca Apostólica Vaticana, en Roma, donde forma parte de la vasta colección de manuscritos bíblicos accesible a investigadores bajo supervisión. No está digitalizado completamente para el público general, pero fotografías parciales se han publicado en catálogos vaticanos y obras especializadas.

Los estudios contemporáneos, impulsados por la Pontificia Comisión para la Cultura y el Diálogo, exploran su paleografía mediante técnicas digitales como la espectroscopía infrarroja, revelando capas ocultas de texto. Proyectos interconfesionales, en colaboración con la Iglesia copta, buscan resaltar su valor ecuménico, promoviendo el diálogo sobre la herencia compartida de los primeros cristianos.

En resumen, el Códice Borgianus no solo es un tesoro arqueológico, sino un puente vivo entre la Iglesia primitiva y la católica actual, invitando a los fieles a profundizar en la riqueza de la Sagrada Escritura.

Citas

  1. Manuscritos de la Biblia, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §Manuscritos de la Biblia. 2 3 4