Codex Guelferbytanus A (Guelferbytano A)
El Codex Guelferbytanus A, también conocido simplemente como Guelferbytano A, es un manuscrito uncial griego del Nuevo Testamento, datado generalmente entre los siglos VI–VII. Su nombre proviene de la antigua biblioteca ducal de Welf (Guelferbytanus), en Helmstedt y posteriormente en Wolfenbüttel, donde ha sido conservado. El códice forma parte de la tradición textual conocida como texto bizantino, aunque con notables lecturas propias y mixtas que lo vinculan a diferentes estratos de transmisión.
Tabla de contenido
Descripción codicológica
El códice consiste en una serie de folios palimpsestos, donde el texto bíblico griego se encuentra debajo de una escritura posterior en latín. El texto inferior (scriptio inferior) preserva porciones fragmentarias de los Evangelios de Mateo y Lucas, escritos en mayúsculas bíblicas (unciales), con características paleográficas típicas de manuscritos orientales tardíos.
El uso del palimpsesto no es inusual en la Antigüedad tardía: la reutilización de pergaminos era común por su elevado costo y escasez. Esta práctica, aunque desafiante para los investigadores, ha permitido la conservación accidental de múltiples testimonios textuales tempranos.
La Iglesia siempre ha valorado la conservación y estudio de los textos sagrados con responsabilidad y rigor, tal como enseña el Concilio Vaticano II:
«La Iglesia ha venerado siempre las Sagradas Escrituras como venera también el Cuerpo de Cristo.»1
Contenido y características textuales
El Guelferbytanus A contiene fragmentos dispersos de:
- Evangelio según san Mateo: diversas porciones del cuerpo del texto.
- Evangelio según san Lucas: secciones no continuas.
El códice es valioso porque:
- Aporta testimonio del texto bizantino temprano, anterior a la gran estandarización medieval.
- Conserva lecturas independientes, que ayudan a reconstruir la historia del texto.
- Es palimpsesto, lo que permite contrastar niveles de escritura y difundir técnicas modernas de recuperación.
La Iglesia, consciente de la riqueza histórica de estos testimonios, enseña el deber de estudiar las fuentes originales con diligencia:
«Todos los fieles deben tener amplio acceso a la Sagrada Escritura.»2
«Para descubrir el sentido de los textos sagrados, hay que atender con diligencia al contenido y unidad de toda la Escritura.»3
Relación con la tradición textual
El códice es frecuentemente clasificado dentro del texto bizantino, pero presenta lecturas mixtas que permiten a los especialistas comparar variantes con otras familias textuales. Esto lo convierte en un testigo útil para:
- Reconstruir la historia del texto griego de los Evangelios.
- Identificar tradiciones locales o marginales.
- Comprender la transición entre lo uncial tardío y el minúsculo medieval.
Tal como recuerda san Juan Pablo II en Scripturae Sacrae Affectus, la transmisión del texto sagrado es parte de la misión de la Iglesia de custodiar la Palabra:
«La Iglesia no cesa de contemplar, estudiar y custodiar las Escrituras, pues en ellas encuentra su alimento espiritual.»4
Importancia histórica y eclesial
Aunque fragmentario, el Codex Guelferbytanus A ofrece:
- Una ventana a la práctica escrituraria de comunidades orientales del primer milenio.
- Evidencias materiales del cuidado por preservar la Palabra incluso en condiciones de limitación material (como la reutilización del pergamino).
- Testimonio de la continuidad de la fe, pues los Evangelios han sido copiados, transmitidos y venerados desde los primeros siglos.
La Iglesia reconoce la importancia de todos estos testigos para una comprensión más profunda de la Revelación escrita:
«Lo que los hagiógrafos afirman, lo afirma el Espíritu Santo.»5
Citas
Dei Verbum, 21. ↩
Dei Verbum, 22. ↩
Dei Verbum, 12. ↩
Juan Pablo II, Scripturae Sacrae Affectus, 3. ↩
Dei Verbum, 11. ↩
