Comisión para la evangelización
La Comisión para la Evangelización se refiere a diversos organismos dentro de la estructura de la Iglesia dedicados a promover y coordinar la tarea evangelizadora. Si bien no existe una única «Comisión para la Evangelización» universal que abarque todas las funciones y territorios, el concepto engloba las iniciativas de la Santa Sede, las conferencias episcopales y las diócesis particulares para llevar el mensaje de Cristo al mundo, con un énfasis particular en la nueva evangelización en ciertas regiones. Estos organismos buscan asegurar que la Iglesia cumpla su misión divina de predicar la Buena Nueva a toda la humanidad, adaptándose a los desafíos contemporáneos y fomentando la participación de todos los fieles.
Tabla de contenido
El Mandato Evangelizador de la Iglesia
La evangelización es la misión fundamental y la vocación propia de la Iglesia, constituyendo su identidad más profunda1. Se trata de hacer presente el Reino de Dios en el mundo para que todas las personas encuentren la salvación en Jesucristo2. Este mandato se extiende a todas las épocas, culturas y latitudes2. Jesucristo mismo es el «primer y más grande Evangelizador», el «Evangelio del Padre» y el «Evangelizador viviente en su Iglesia»3.
La tarea evangelizadora busca llevar la Buena Nueva a todos los ámbitos de la humanidad y, mediante su influencia, transformar y renovar a la humanidad misma desde dentro1. La Iglesia, por tanto, está comprometida a proclamar a Cristo como la luz de los pueblos1.
Organismos de la Santa Sede relacionados con la Evangelización
Aunque no existe una única comisión con el nombre genérico «Comisión para la Evangelización», varias dicasterios y pontificias comisiones de la Curia Romana tienen responsabilidades directas o indirectas en la promoción de la evangelización.
Dicasterio para la Evangelización
La constitución apostólica Praedicate Evangelium, promulgada por el Papa Francisco, reorganizó la Curia Romana y estableció el Dicasterio para la Evangelización. Este dicasterio asumió las competencias de la antigua Congregación para la Evangelización de los Pueblos (también conocida como Propaganda Fide) y del Pontificio Consejo para la Promoción de la Nueva Evangelización. Su propósito es centralizar y potenciar la actividad misionera de la Iglesia y la nueva evangelización en territorios de antigua tradición cristiana que necesitan un renovado impulso.
Pontificia Comisión para América Latina
Un ejemplo notable de una comisión con un enfoque específico en la evangelización es la Pontificia Comisión para América Latina4,3,5. Este organismo de la Curia Romana tiene como objetivo principal «promover y animar la Nueva Evangelización de dicho Continente»3,5. También sirve para fomentar la comunión entre las Iglesias de las naciones latinoamericanas y la Sede de Pedro3.
Esta comisión ha sido instrumental en orientar proyectos e iniciativas relacionados con la conmemoración de los quinientos años de la instauración de la Iglesia en los países latinoamericanos, con el fin de hacer profunda, eficaz y fructífera la nueva evangelización4. Sus reuniones plenarias han reflexionado sobre temas cruciales como Jesús Cristo Evangelizador, enfatizando la centralidad de Cristo en la obra evangelizadora de la Iglesia3,6. Ante la proliferación de sectas, la comisión ha instado a una acción evangelizadora renovada, con un mayor número de evangelizadores preparados, especialmente en áreas vulnerables como migrantes, poblaciones sin atención sacerdotal y personas con problemas materiales y familiares7.
La Nueva Evangelización
El concepto de nueva evangelización ha sido un tema recurrente y central en el magisterio reciente, especialmente desde el pontificado de San Juan Pablo II4,2,5. Se refiere a un renovado esfuerzo evangelizador no solo en las tierras de misión tradicionales, sino también en regiones de antigua tradición cristiana donde la fe se ha debilitado debido a la secularización y otros desafíos modernos2,8.
La nueva evangelización implica un compromiso radical de todo el pueblo fiel: obispos, sacerdotes, religiosos, miembros de institutos seculares, grupos eclesiales, asociaciones, movimientos apostólicos y familias cristianas. En definitiva, cada Iglesia particular debe sentirse comprometida en esta misión8. Este esfuerzo busca fortalecer la fe y el testimonio de los cristianos, teniendo la mirada fija en Jesucristo, quien es la buena noticia para todos los hombres y el «Salvador y Evangelizador»8.
El Papel de las Iglesias Particulares y los Fieles
Las conferencias episcopales y las diócesis también establecen sus propias comisiones y departamentos para la evangelización a nivel local. Estas estructuras buscan implementar las directrices universales de la Iglesia, adaptándolas a las realidades culturales y sociales específicas de sus territorios. Por ejemplo, la Iglesia en España ha sido históricamente animada por un gran espíritu evangelizador, con una gloriosa historia de santos, mártires y misioneros, y continúa su acción evangelizadora tanto dentro como fuera de sus fronteras8.
La información se considera de importancia decisiva en la obra evangelizadora4. Asimismo, la participación activa de movimientos, asociaciones eclesiales y grupos de apostolado es crucial para que la Iglesia se haga presente con una acción evangelizadora renovada. Estos grupos, siguiendo las directrices de la jerarquía, pueden colaborar de manera unitaria en el crecimiento y consolidación de cada Iglesia particular, enriqueciéndola con la pluralidad de carismas y servicios7.
Conclusión
Las comisiones para la evangelización, en sus diversas formas y niveles, son esenciales para la misión perenne de la Iglesia de difundir el Evangelio. Ya sea a través de dicasterios vaticanos como el Dicasterio para la Evangelización o comisiones pontificias específicas como la de América Latina, o a través de los esfuerzos a nivel de conferencias episcopales y diócesis, el objetivo es siempre el mismo: proclamar a Jesucristo y su Reino, transformando el mundo según los designios de Dios8. La Iglesia, consciente de los signos de los tiempos, continúa fortaleciendo esta tarea crucial, especialmente a través de la nueva evangelización, que exige el compromiso de todos los fieles para responder a los desafíos contemporáneos y mantener viva la esperanza en Cristo.
Citas
Papa Juan Pablo II. Inauguración del Hogar de Mayores San Rafael con ocasión del XLV Congreso Eucarístico Internacional (Sevilla, 13 de junio de 1993) - Discurso, § 1 (1993). ↩ ↩2 ↩3
Papa Juan Pablo II. A los Obispos de México en su visita ad Limina (2 de marzo de 1989) - Discurso, § 2 (1989). ↩ ↩2 ↩3 ↩4
Papa Juan Pablo II. A la 4.ª Reunión Plenaria de la Pontificia Comisión para América Latina (23 de junio de 1995) - Discurso (1995). ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5
Papa Juan Pablo II. Al Consejo General de la Pontificia Comisión para América Latina (28 de abril de 1987) - Discurso (1987). ↩ ↩2 ↩3 ↩4
Papa Juan Pablo II. A la Primera Asamblea Plenaria de la Pontificia Comisión para América Latina (7 de diciembre de 1989) - Discurso, § 5 (1989). ↩ ↩2 ↩3
Papa Juan Pablo II. A los participantes en la Asamblea Plenaria de la Pontificia Comisión para América Latina (23 de marzo de 2001) - Discurso, § 6 (2001). ↩
Papa Juan Pablo II. A la 3.ª Reunión Plenaria de la Pontificia Comisión para América Latina (15 de octubre de 1993) - Discurso (1993). ↩ ↩2
Papa Juan Pablo II. Mensaje a los participantes en el Segundo Congreso sobre el Ministerio Pastoral de Evangelización celebrado en Madrid (15 de agosto de 1997) (1997). ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5