Composición de los Salmos

Los Salmos, colección de 150 poemas cantados y orados desde la antigüedad, constituyen el corazón litúrgico y espiritual de la tradición cristiana. Su composición abarca varios siglos, autores y contextos, y está organizada en cinco libros que cierran con doxologías. La investigación bíblica y la enseñanza de la Iglesia han clarificado su origen múltiple, la función de sus títulos, su estructura literaria y su empleo en la oración y la liturgia.
Tabla de contenido
División estructural del Salterio
Los cinco libros del Salterio
El Salterio se divide tradicionalmente en cinco libros, cada uno (excepto el último) concluye con una doxología que celebra la gloria de Dios. Esta organización se remonta a la tradición judía y fue defendida por los Padres de la Iglesia y por la Enciclopedia Católica.
Libro I: Salmos 1‑41, seguido de la doxología y el Salmo 42.
Libro V: Salmos 107‑150, sin doxología final, aunque el Salmo 151 (no canónico) sirve como grand‑doxología que cierra el conjunto.
Esta división permite una ciclicidad litúrgica que acompaña el año cristiano y facilita la meditación de los fieles1.
Doxologías y su significado
Las doxologías, insertadas al final de los primeros cuatro libros, no forman parte de los cantos originales, sino que fueron añadidas para marcar la conclusión de cada sección y para expresar la alabanza a la Trinidad1. La última doxología, el Salmo 151, aunque no está incluido en el canon católico, se reconoce como una cierre glorioso del Salterio1.
Autores y época de composición
Diversidad de autores
Durante mucho tiempo se sostuvo que David era el único autor de los Salmos, bajo los títulos «Salmos de David» o «Himnos de David». Sin embargo, la Comisión Bíblica (1910) declaró negativamente esta visión, indicando que, aunque David es el autor principal de muchos salmos, el libro refleja la obra de varios compositores, entre ellos Asaf, los hijos de Coré, Moisés, Salomón y otros autores anónimos2,3.
Periodos de redacción
Los salmos fueron compuestos a lo largo de varios siglos, desde la época monárquica de Israel (c. 1000‑900 a.C.) hasta la época postexílica (c. 500‑400 a.C.). Los diferentes estilos poéticos y contextos históricos (culto del Templo, peregrinación, guerra, exilio) revelan esta pluralidad temporal.
Títulos como indicadores
Los títulos que acompañan a la mayoría de los salmos cumplen cinco funciones: (a) señalar al autor o colección; (b) indicar la ocasión histórica; © describir la forma poética; (d) indicar la disposición musical; (e) señalar el uso litúrgico. Así, por ejemplo, el título «de Asaf» indica la autoría o la escuela de Asaf, mientras que «de los hijos de Coré» señala otra tradición litúrgica1.
La tradición davídica y su revisión
El papel de David
David, rey y poeta, es el modelo de fe que la Iglesia celebra: «hombre según el corazón de Dios» (1 Sam 13:14). Los Padres reconocieron su profunda influencia, pero también admitieron que no todos los salmos pueden atribuirse a él. El Papa Benedicto XVI subrayó que, aunque la tradición judía atribuye muchos salmos a David, la crítica histórica muestra una autoría más diversa4.
Decisiones conciliares
En el Concilio de Trento, los votos sobre el nombre del libro (Psalmi David, Psalterium Davidicum, etc.) reflejaron la tradición, pero no pretendieron definir la autoría exclusiva. La Comisión Bíblica reafirmó que la denominación «Salmos de David» no implica que David sea el único autor, sino que reconoce su prominencia dentro del conjunto1.
Formas literarias y géneros del Salterio
Géneros poéticos
Los Salmos abarcan una variedad de géneros: himnos de alabanza, cánticos de lamentación, oraciones de acción de gracias, cantos de peregrinación, sabiduría y oraciones reales. Cada género responde a diferentes circunstancias de la vida del creyente y del pueblo de Israel.
Estructuras acrosticas
Algunos salmos presentan estructuras alfabéticas (acrosticos), como el Salmo 119, que está organizado en 22 secciones, cada una iniciada por una letra del alfabeto hebreo y compuesta por ocho versículos. Esta forma subraya la completitud de la Ley y la devoción del orante5.
Uso musical y litúrgico
Originalmente los salmos se cantaban con instrumentos de cuerda. La Liturgia de las Horas reconoce que estos cantos, inspirados por el Espíritu Santo, «elevan la mente a Dios y ayudan a dar gracias en la prosperidad y a encontrar consuelo en la adversidad»6.
Valor teológico y cristológico
El Salmo como espejo de Cristo
El Papa Pío XII señaló que los Salmos anticipan la revelación de Cristo: proclaman su poder supremo, su venida humilde, su dignidad real y sacerdotal, y su obra redentora. Cada salmo, por tanto, es una prefiguración del Mesías y una fuente de meditación para los cristianos7.
Fuente de oración cristiana
El Catecismo de la Iglesia Católica afirma que la «simplicidad directa» de los Salmos permite que sean orados auténticamente por todos los tiempos y condiciones, convirtiéndolos en la «casa nativa» de la oración cristiana8. El Papa Francisco enfatiza que los Salmos enseñan el lenguaje de la oración, permitiendo a los fieles expresar sus alegrías y sufrimientos sin artificios9.
Conclusión
La composición de los Salmos refleja una riqueza histórica, literaria y espiritual que trasciende siglos y autores. Su división en cinco libros, la variedad de géneros y la presencia de múltiples voces autorales demuestran la profundidad del patrimonio bíblico. La Iglesia, a través de la tradición, la exégesis y la liturgia, reconoce tanto la prominencia de David como la contribución de otros poetas, y celebra los Salmos como una fuente viva de oración, alabanza y contemplación del misterio de Cristo.
Citas
Salmos, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §Salmos. ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5
Los autores y el tiempo de la composición de los salmos - Respuesta de la comisión bíblica, 1 de mayo de 1910, Heinrich Joseph Dominicus Denzinger. Las fuentes del dogma católico (Enchiridion Symbolorum), § 3521 (1854). ↩
De auctoribus et de tempore compositionis psalmorum, sobre la autoría y los tiempos de la composición de los salmos - Resp. Negativa, Comisión Bíblica Pontificia. De auctoribus et de tempore compositionis Psalmorum, Sobre la autoría y los tiempos de la composición de los Salmos, § I (1910). ↩
El hombre en oración (7), Papa Benedicto XVI. Audiencia General del 22 de junio de 2011: El hombre en oración (7) (2011). ↩
Capítulo cuarto - El ser humano en la historia - Sal 119, Comisión Bíblica Pontificia. «¿Qué es el hombre?» (Sal 8:5). Un itinerario de antropología bíblica, § 285 (2019). ↩
Capítulo tres. Las diversas partes de la liturgia de las horas - I. Los salmos y su estrecha relación con la oración cristiana, Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos. La Instrucción General sobre la Liturgia de las Horas, § 100 (1971). ↩
Papa Pío XII. Mediator Dei, § 148 (1947). ↩
Sección uno la oración en la vida cristiana, Catecismo de la Iglesia Católica, § 2588. ↩
Catequesis: 10. La oración de los salmos. 1, Papa Francisco. Audiencia General del 14 de octubre de 2020 (2020). ↩
