Concilio de Letrán III
El Tercer Concilio de Letrán, celebrado en el año 1179, fue un concilio ecuménico de la Iglesia Católica convocado por el Papa Alejandro III. Su principal objetivo fue restaurar la disciplina eclesiástica tras el cisma del antipapa Calixto III y condenar la herejía valdense. Entre sus veintisiete cánones, destacan la regulación de la elección papal, que exigió una mayoría de dos tercios de los votos cardenalicios, y la condena de la simonía, así como la promoción de reformas morales y la creación de escuelas para clérigos pobres.
Tabla de contenido
Contexto Histórico
El pontificado de Alejandro III (1159-1181) fue uno de los más desafiantes en la Edad Media, marcado por un prolongado cisma que involucró a varios antipapas, siendo el último de ellos Calixto III (Juan de Struma)1. Tras el retorno de Alejandro III a Roma en 1178 y la posterior sumisión de Calixto III en agosto de ese mismo año, se hizo evidente la necesidad de abordar los males causados por la división1. Aunque algunos partidarios intentaron establecer un nuevo antipapa, Lando Sitino (Inocencio III), su falta de apoyo lo llevó rápidamente al retiro1.
En septiembre de 1178, en conformidad con los acuerdos de la Paz de Venecia, el Papa Alejandro III convocó un concilio ecuménico en Letrán para la Cuaresma del año siguiente1. Este concilio, el undécimo de los concilios ecuménicos, tuvo como propósitos principales erradicar los remanentes del cisma, condenar la herejía valdense y restaurar la disciplina eclesiástica, que se había deteriorado considerablemente1,2.
Convocatoria y Participación
El Tercer Concilio de Letrán se reunió en marzo de 11791. El Papa Alejandro III presidió el concilio desde un trono elevado, rodeado por cardenales, prefectos, senadores y cónsules de Roma1. La asamblea congregó a 302 obispos, incluyendo prelados latinos de sedes orientales, sumando casi mil miembros en total1. Entre los participantes notables se encontraban arzobispos como Guillermo de Tiro y Heraclio de Cesarea, así como San Lorenzo, arzobispo de Dublín, quien encabezó la delegación irlandesa1. España envió diecinueve obispos, Francia cincuenta y nueve, Inglaterra siete, y Alemania diecisiete1. También hubo una representación de Islandia, Dinamarca y Hungría1. La presencia de Nectario, abad de Cabules, representó a los griegos1.
Cánones y Decretos
El concilio llevó a cabo tres sesiones los días 5, 14 y 19 de marzo, durante las cuales se promulgaron veintisiete cánones1. Estos cánones abordaron una amplia gama de temas, desde la reforma de la Iglesia y cuestiones morales hasta asuntos civiles, con un fuerte énfasis en el fortalecimiento de la unidad eclesiástica y la condena de las herejías2.
Elección Papal y Disciplina Clerical
Canon 1: Regulación de la Elección Papal Para prevenir futuros cismas, se estableció que solo los cardenales tendrían derecho a elegir al papa, y se requeriría una mayoría de dos tercios de sus votos para la validez de la elección1,2. Si un candidato se arrogaba la dignidad papal con solo un tercio de los votos, él y sus partidarios serían excluidos del orden eclesiástico y excomulgados1.
Canon 2: Anulación de Ordenaciones Schismáticas Se anularon las ordenaciones realizadas por los heresiarcos Octaviano, Guido de Crema y Juan de Struma, y quienes hubieran recibido dignidades o beneficios eclesiásticos de ellos fueron privados de los mismos1,2.
Canon 3: Edad Mínima para Oficios Clericales Se prohibió la promoción al episcopado antes de los treinta años. Los decanatos, arcedianatos, cargos parroquiales y otros beneficios que implicaran el cuidado de almas no debían conferirse a personas menores de veinticinicinco años1.
Canon 5: Clero sin Título Eclesiástico Se prohibió la ordenación de clérigos sin un título eclesiástico, es decir, sin medios de sustento adecuados. Si un obispo ordenaba a un sacerdote o diácono sin asignarle un título que le permitiera subsistir, el obispo debía proveerle los medios de vida hasta que pudiera asegurarle una renta eclesiástica, a menos que el clérigo pudiera subsistir por su patrimonio1.
Canon 6: Formalidades de Sentencias Eclesiásticas Este canon regulaba los procedimientos para las sentencias eclesiásticas1.
Canon 11: Restricciones para Clérigos y Monjas Se prohibió a los clérigos recibir mujeres en sus casas y frecuentar, sin necesidad, los monasterios de monjas1.
Abusos y Reformas Morales
Canon 4: Retinues Clericales Se limitó el séquito de los miembros del alto clero para evitar que sus visitas canónicas resultaran gravosas para los sacerdotes rurales. Un arzobispo no debía llevar más de cuarenta o cincuenta caballos, un obispo no más de veinte o treinta, un arcediano un máximo de cinco o siete, y un deán, dos1.
Canon 7: Prohibición de Cobros por Sacramentos Se prohibió la exigencia de dinero por el entierro de los muertos, la bendición nupcial y, en general, por la administración de los sacramentos1.
Canon 8: Patrocinio de Beneficios Los patronos de los beneficios debían nombrar a los beneficiarios dentro de los seis meses posteriores a la vacante1.
Canon 18: Educación del Clero Se dispuso el establecimiento de una escuela para clérigos pobres en cada iglesia catedral1.
Herejías y Orden Público
Canon 14: Diezmos de Laicos Se prohibió a los laicos transferir a otros laicos los diezmos que poseían, bajo pena de ser excluidos de la comunión de los fieles y privados de sepultura cristiana1.
Canon 20: Prohibición de Torneos Los torneos fueron prohibidos por el concilio1.
Canon 21: La Tregua de Dios Este canon abordó la observancia de la «Tregua de Dios»1.
Canon 23: Asilos para Leprosos Se reguló la organización de asilos para leprosos1.
Canon 27: Represión de la Herejía El concilio condenó a los cátaros, excomulgándolos, y también a las bandas de mercenarios que causaban destrucción en algunas partes de Europa2. Se declaró que debían tomarse las armas contra ellos, lo que representó una innovación en la lucha contra la herejía2. Además, se instó a los príncipes a reprimir la herejía1.
Significado y Legado
El Tercer Concilio de Letrán fue un evento crucial para la Iglesia Católica en el siglo XII, consolidando la autoridad papal y estableciendo importantes reformas disciplinares. La introducción del requisito de los dos tercios para la elección papal fue fundamental para prevenir futuros cismas y sigue siendo un principio básico en la elección del sumo pontífice hasta el día de hoy1.
El concilio también reafirmó la importancia de la disciplina clerical, buscando erradicar la simonía y garantizar el sustento adecuado de los clérigos1. La preocupación por la educación del clero, manifestada en la orden de establecer escuelas catedralicias, sentó las bases para futuras iniciativas en la formación sacerdotal1.
La condena de los valdenses y cátaros marcó un endurecimiento de la postura de la Iglesia frente a las herejías emergentes, lo que tendría implicaciones significativas para el futuro de la Inquisición y la lucha contra los movimientos disidentes en Europa2. En general, el concilio buscó fortalecer la unidad de la Iglesia y abordar las preocupaciones morales y civiles de su tiempo, sentando un precedente para los concilios medievales posteriores presididos por el Romano Pontífice2.
Citas
Tercer Concilio de Letrán (1179), The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §Tercer Concilio de Letrán (1179). ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5 ↩6 ↩7 ↩8 ↩9 ↩10 ↩11 ↩12 ↩13 ↩14 ↩15 ↩16 ↩17 ↩18 ↩19 ↩20 ↩21 ↩22 ↩23 ↩24 ↩25 ↩26 ↩27 ↩28 ↩29 ↩30 ↩31 ↩32
Introducción, Documento del Concilio. Tercer Concilio de Letrán (1179 D.C.), § Introducción (1179). ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5 ↩6 ↩7 ↩8