Concilio de Lyon I

El Primer Concilio de Lyon, convocado por el Papa Inocencio IV en 1245, fue un evento eclesiástico crucial que abordó las graves crisis que enfrentaba la Iglesia en el siglo XIII. Este concilio, considerado el decimotercer concilio ecuménico, se centró principalmente en la excomunión y deposición del emperador Federico II, quien había estado en constante conflicto con el papado. Además, se discutieron medidas para una nueva cruzada, se abordó el Cisma Griego, la amenaza de los tártaros y la reforma de la Iglesia, y se promulgaron constituciones importantes que afectaron la administración eclesiástica y el financiamiento de la Tierra Santa y el Imperio Latino de Constantinopla.
Tabla de contenido
Convocatoria y Asistencia
El Papa Inocencio IV, enfrentado a la persistente amenaza del emperador Federico II, llegó a Lyon el 2 de diciembre de 1244. A principios de 1245, convocó a los obispos y príncipes a un concilio general1. Las fuentes históricas varían en cuanto al número exacto de asistentes: la crónica de San Pedro de Erfurt menciona doscientos cincuenta prelados, mientras que el analista Mencon habla de tres patriarcas, trescientos obispos y numerosos prelados1. Sin embargo, se ha podido confirmar la asistencia de al menos cien prelados o señores, incluyendo treinta y ocho de Francia, treinta de Italia, once de Alemania o países del Norte, ocho de Inglaterra, cinco de España y cinco del Oriente Latino1.
Entre los dignatarios presentes se encontraban Balduino II, Emperador Latino de Constantinopla; Raimundo VII, Conde de Toulouse; Raimundo Bérenger IV, Conde de Provenza; Alberto Rezats, Patriarca Latino de Antioquía; Bertoldo, Patriarca de Aquileya; y Nicolás, Patriarca Latino de Constantinopla1. San Luis, Rey de Francia, también asistió, destacando la importancia política del evento2.
Apertura y Sermón Papal
El concilio se inauguró el 28 de junio en la iglesia de San Juan. Tras el canto del «Veni Creator» y las letanías, el Papa Inocencio IV pronunció un célebre sermón. Basándose en el texto «Secundum multitudinem dolorum meorum in corde meo, consolationes tuae laetificaverunt animam meam» (Según la multitud de mis dolores en mi corazón, tus consuelos alegraron mi alma), el Papa enumeró las cinco heridas que afligían a la Iglesia1:
La mala conducta de prelados y fieles.
La insolencia de los sarracenos.
El Cisma Griego.
Las crueldades de los tártaros en Hungría.
La persecución del emperador Federico II.
Durante su sermón, el Papa también mandó leer el privilegio concedido al Papa Honorio III por Federico II cuando este último era todavía solo Rey de Romanos1. Tadeo de Suessa, embajador de Federico, intentó defender al emperador y acusó a la Iglesia de haber instigado numerosas conspiraciones contra él. A petición de los procuradores de los reyes de Francia e Inglaterra, Inocencio IV concedió a Tadeo un plazo de diez días para la llegada del emperador1.
Sesiones y Depoción de Federico II
En la segunda sesión, celebrada el 5 de julio, el obispo de Calvi y un arzobispo español criticaron la vida del emperador y sus complots contra la Iglesia. Tadeo de Suessa volvió a hablar en defensa de Federico y solicitó una nueva prórroga para su llegada1. A pesar de las objeciones de muchos prelados, el Papa Inocencio decidió posponer la tercera sesión hasta el 17 de julio1.
Cuando Federico no compareció en la fecha fijada, Balduino II, Raimundo VII y Bertoldo, Patriarca de Aquileya, intercedieron en vano por él. Tadeo, en nombre de su señor, apeló a un futuro papa y a un concilio más general1. Sin embargo, Inocencio IV procedió a pronunciar la deposición de Federico II, haciendo que el decreto fuera firmado por ciento cincuenta obispos y encargando a las órdenes dominicana y franciscana su publicación en todas partes1,2.
A pesar de esta medida contundente, el Papa carecía de los medios materiales para ejecutar el decreto. El Conde de Saboya, por ejemplo, se negó a permitir el paso de un ejército papal destinado a enfrentarse al emperador, e incluso se temió por un tiempo que Federico pudiera atacar a Inocencio en Lyon1.
Otras Medidas y Constituciones
Además de la condena a Federico II, el Concilio de Lyon I abordó diversas cuestiones religiosas y administrativas1. Se tomaron las siguientes medidas:
Se obligó a los cistercienses a pagar diezmos.
Se aprobó la Regla de la Orden de Grandmont.
Se decidió la institución de la octava de la Natividad de la Santísima Virgen.
Se prescribió que los cardenales llevaran capelo rojo a partir de entonces1.
Finalmente, el concilio preparó treinta y ocho constituciones, que más tarde fueron incluidas por Bonifacio VIII en sus Decretales1. Las más significativas fueron:
La constitución «Afflicti corde», la cual, a pesar de las protestas de los enviados del clero inglés, decretó un gravamen de una veinteava parte sobre cada beneficio durante tres años para el alivio de Tierra Santa1. Este concilio, junto con el Segundo Concilio de Lyon, buscó medios para recuperar Palestina de los turcos2.
La constitución «Arduis mens occupata negotiis», que estableció un gravamen de la mitad de los ingresos de los beneficios cuyos titulares no residieran en el Imperio Latino de Constantinopla durante al menos seis meses al año, con el fin de beneficiar dicho imperio1.
Legado y Contexto Histórico
El Primer Concilio de Lyon es reconocido como el decimotercer concilio ecuménico de la Iglesia Católica2. Aunque la deposición de Federico II no tuvo un efecto inmediato debido a la falta de apoyo militar, marcó un punto álgido en la lucha entre el papado y el Sacro Imperio Romano Germánico. Las decisiones del concilio también reflejan las preocupaciones de la época, como la necesidad de reformas eclesiásticas, la amenaza de los invasores musulmanes y mongoles, y el deseo de reunificación con la Iglesia Griega (aunque la unión temporal se lograría en el Segundo Concilio de Lyon en 1274)3,4,2.
Este concilio también se inserta en una serie de esfuerzos papales por mantener la unidad y la autoridad de la Iglesia en un período de grandes cambios políticos y religiosos en Europa.
Citas
Primer Concilio de Lyons (1245), The Encyclopedia Press. Catholic Encyclopedia, §Primer Concilio de Lyons (1245). ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5 ↩6 ↩7 ↩8 ↩9 ↩10 ↩11 ↩12 ↩13 ↩14 ↩15 ↩16 ↩17
Concilios Generales, The Encyclopedia Press. Catholic Encyclopedia, §Concilios Generales. ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5
Segundo Concilio de Lyons (1274), The Encyclopedia Press. Catholic Encyclopedia, §Segundo Concilio de Lyons (1274). ↩
Introducción, Documento del Concilio. Segundo Concilio de Lyons (1274 D.C.), § Introducción (1274). ↩