Concupiscencia
La concupiscencia es la inclinación desordenada del ser humano hacia el pecado que permanece después de la caída del primer hombre y que, aun siendo una consecuencia del pecado original, puede ser vencida y transformada por la gracia de Dios y la vida sacramental.
Tabla de contenido
Definición y origen bíblico
La concupiscencia se entiende como deseo intenso y desordenado que lleva al hombre a buscar el bien propio en contra de la voluntad divina1. En la Sagrada Escritura el fenómeno aparece tras la desobediencia en el jardín del Edén, cuando la naturaleza humana queda marcada por una inclinación al pecado (Génesis 3,23‑24)1. San Pablo señala la lucha interna entre la voluntad de hacer el bien y la ley del pecado que actúa en los miembros (Romanos 7,21‑25)1.
Concupiscencia y pecado original
El pecado original no es un acto individual, sino una alteración de la naturaleza humana que deja a cada persona con una tendencia a la desobediencia. El Catecismo de la Iglesia Católica afirma que la concupiscencia es «la inclinación del ser humano a la desobediencia de la voluntad de Dios» (CIC 1426)2. Asimismo, el mismo catecismo señala que, aunque el bautismo borra la culpa del pecado original, la naturaleza humana sigue heredando la fragilidad y la inclinación al mal (CIC 405)3.
Concupiscencia y la gracia salvadora
La gracia de Dios actúa sobre la concupiscencia de tres maneras principales:
Reducción: la gracia disminuye la intensidad del deseo desordenado, permitiendo al fiel vivir conforme a la voluntad divina4.
Transformación: mediante los sacramentos —especialmente la Eucaristía y la Confesión— la concupiscencia se convierte en deseo de bien y amor al prójimo2.
Fortaleza: la oración y la vida sacramental fortalecen la voluntad contra la tentación (CIC 1811)5.
San Agustín, en su obra De la gracia y el pecado, describe la concupiscencia como «la ley de la carne que persiste incluso después del bautismo»6, mientras que Santo Tomás la explica como una inclinación natural que, sin la gracia, conduce al pecado (Summa Theologiae)1.
Concupiscencia en la vida cristiana
Vencer la concupiscencia implica una conversión constante y la práctica de virtudes como:
Templanza, que regula los deseos y los dirige al bien.
Humildad y amor al prójimo, que desvían la tendencia egoísta.
Participación sacramental, que otorga la gracia necesaria para la victoria sobre la inclinación pecaminosa (CIC 1426)2.
El Catecismo señala que la concupiscencia «no es pecado en sí, pero inclina al hombre a cometer pecados» (CIC 2515)7, y que la vida cristiana es una lucha constante que, con la ayuda de la gracia, puede culminar en la victoria definitiva4.
Concupiscencia según los Padres de la Iglesia
San Agustín: la concupiscencia es la «ley del pecado que permanece en los miembros del cuerpo de muerte» y, aunque persiste en los bautizados, no les causa culpa si no le consienten6.
San Juan Crisóstomo: la concupiscencia actúa como freno de la voluntad que solo la gracia puede superar1.
Santo Tomás de Aquino: la concupiscencia es una inclinación natural que facilita el pecado, pero que la gracia puede elevar a la virtud (Summa Theologiae)1.
Perspectiva teológica contemporánea
Los teólogos actuales describen la concupiscencia como un desbalance entre razón y pasión que la vida cristiana debe reorientar. La comunidad eclesial y la educación moral son vistas como medios pastorales esenciales para disminuir su influencia (The Truth of Our Destiny, p. 21)8. Además, se subraya que la concupiscencia constituye un «reto que la Iglesia invita a superar mediante la gracia y la comunidad»8.
Conclusión
La concupiscencia, como inclinación humana al pecado, constituye un desafío permanente para la fe cristiana. La doctrina católica enseña que, aunque la concupiscencia es inherente a la naturaleza humana tras la caída, la gracia de Dios, los sacramentos y la práctica de virtudes permiten al fiel transformarla en un deseo de bien y obediencia a la voluntad divina. El estudio de la concupiscencia, desde la Sagrada Escritura hasta la teología contemporánea, muestra la continuidad de la enseñanza de la Iglesia sobre la necesidad de la gracia para vivir en armonía con el plan de Dios.
Citas
Concupiscencia, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §Concupiscencia. ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5 ↩6
Sección dos los siete sacramentos de la Iglesia, Catecismo de la Iglesia Católica, § 1426. ↩ ↩2 ↩3
Sección dos I. Los credos, Catecismo de la Iglesia Católica, § 405. ↩
Papa Pío XII. Sacra Virginitas, § 35 (1954). ↩ ↩2
Sección uno la vocación del hombre la vida en el espíritu, Catecismo de la Iglesia Católica, § 1811. ↩
(libro II) - Concupiscencia, hasta qué punto en nosotros; los bautizados no son heridos por la concupiscencia, sino solo por el consentimiento con ella, Agustín de Hipona. Sobre el Mérito y el Perdón de los Pecados, y el Bautismo de los Infantes, §Capítulo 4 [IV.] (420). ↩ ↩2
Sección dos los diez mandamientos, Catecismo de la Iglesia Católica, § 2515. ↩
Luis Granados, D.C.J.M. La Verdad de Nuestro Destino: Fragilidad, Ideales y Redención, § 21. ↩ ↩2
