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Congregación para las Causas de los Santos

La Congregación para las Causas de los Santos es un dicasterio de la Curia Romana encargado de supervisar el complejo proceso que lleva a la Iglesia Católica a reconocer la santidad de sus miembros, culminando en la beatificación y canonización. Establecida formalmente en 1969 por el Papa Pablo VI, sus raíces se extienden a siglos de legislación pontificia que buscaba garantizar la rigurosidad y la veracidad en la declaración de los santos. Este organismo se asegura de que las investigaciones diocesanas se realicen conforme a la ley, examina minuciosamente los casos instruidos y presenta sus conclusiones al Sumo Pontífice para la decisión final sobre la vida ejemplar, el martirio o los milagros atribuidos a los Siervos de Dios.

Tabla de contenido

Historia y Desarrollo

El reconocimiento de los santos ha sido una práctica de la Iglesia desde sus orígenes, con un creciente interés a lo largo de los siglos en formalizar los procedimientos para tal discernimiento1,2. Inicialmente, la determinación de la santidad y el culto a los santos era un asunto más local. Sin embargo, con el tiempo, la Santa Sede asumió una mayor responsabilidad en este proceso para asegurar la uniformidad y la ortodoxia.

Orígenes de la Legislación Pontificia

Un hito significativo ocurrió en 1588, cuando el Papa Sixto V estableció la Sagrada Congregación de Ritos con el propósito específico, entre otros, de tratar las causas de los santos1,3. Esta fue una medida crucial para centralizar y estandarizar el proceso.

Posteriormente, el Papa Urbano VIII introdujo una legislación provisoria que sentó bases importantes para el futuro desarrollo1,3,2. Sus normas fueron más tarde sistematizadas y ampliadas por Prospero Lambertini, quien se convertiría en el Papa Benedicto XIV, en su obra monumental De Servorum Dei beatifιcatione et de Beatorum canonizatione. Esta obra sirvió como la principal guía para la Congregación de Ritos durante casi dos siglos, consolidando la reputación de Benedicto XIV como «el maestro» de las Causas de los Santos1,3,2.

Evolución en los Siglos XX y XXI

El Código de Derecho Canónico de 1917 incorporó sustancialmente muchas de estas normas1,3. Sin embargo, el progreso en los estudios históricos evidenció la necesidad de adaptar la estructura y los procedimientos de la Congregación para responder mejor a los criterios de la crítica histórica3.

En 1930, el Papa Pío XI, mediante la Carta Apostólica Già da qualche tempo, estableció la Sección Histórica dentro de la Sagrada Congregación de Ritos para el estudio de las causas «históricas»3. En 1939, el mismo Pontífice ordenó la publicación de Normae servandae in construendis processibus ordinariis super causis historicis, lo que eliminó la necesidad de un proceso apostólico separado y estableció un único proceso con autoridad ordinaria para las causas históricas3.

El Papa Pablo VI realizó cambios significativos en 1969. Con la Carta Apostólica Sanctitas clarior, estableció un único proceso cognoscitivo para la recolección de pruebas, incluso en causas recientes, que el obispo realizaba con el permiso previo de la Santa Sede3. Ese mismo año, con la Constitución Apostólica Sacra Rituum Congregatio, sustituyó la Sagrada Congregación de Ritos por dos nuevos dicasterios: uno para la regulación del Culto Divino y otro para las causas de los santos. Esta última reforma dio origen a la Congregación para las Causas de los Santos, dotándola de una forma más orgánica y moderna para reconocer la santidad1,3,2.

En 1983, el Papa Juan Pablo II promulgó la Constitución Apostólica Divinus perfectionis Magister, que revisó aún más el modo de instruir las causas y reestructuró la Congregación para las Causas de los Santos para satisfacer las necesidades de los expertos y los deseos de los obispos. Esta reforma buscaba un proceso más sencillo, manteniendo la solidez de la investigación y asociando más estrechamente a los obispos con la Santa Sede en el tratamiento de las causas de los santos1,3. A esta constitución le siguió la publicación de las Normae servandae in inquisitionibus ab Episcopis faciendis in Causis Sanctorum el mismo año1. Más de veinte años de experiencia con estas normas llevaron a la Congregación a redactar una nueva «Instrucción para el proceso de la investigación diocesana en las Causas de los Santos»1.

Estructura y Función

La Congregación para las Causas de los Santos es un dicasterio fundamental en la Curia Romana, encargado de todo lo relacionado con la canonización de los Siervos de Dios4.

Composición

La Congregación está presidida por un Cardenal Prefecto, quien es asistido por un Secretario3. El Secretario se encarga de las relaciones con las entidades externas, especialmente con los obispos que instruyen las causas, participa en las discusiones sobre el mérito de cada causa y vota en las reuniones de los Cardenales y Obispos miembros de la Congregación. También es su tarea elaborar el informe para el Sumo Pontífice con el resultado de las votaciones3.

El Secretario cuenta con el apoyo de un Subsecretario, cuya principal función es verificar que se hayan seguido las normas legales en la instrucción de las causas, y de un número adecuado de otros oficiales3. Para el estudio de las causas, existe un Colegio de Relatores, dirigido por un Relator General3. Además, la Congregación cuenta con Consultores Históricos y Teológicos, Postuladores, Oficiales Laicos y Expertos Médicos2.

Competencias y Procesos

La misión principal de la Congregación es asistir a los obispos diocesanos, que tienen la competencia para instruir la causa, mediante normas especiales y consejos oportunos5. Su papel abarca las siguientes funciones clave:

La Congregación es un centro de discernimiento que acompaña las diversas etapas del proceso de beatificación y canonización, documentando la manifestación del sensus fidelium (el sentido de la fe de los fieles), que es un factor importante en el reconocimiento de la santidad2.

El Camino hacia la Santidad: Beatificación y Canonización

El proceso de reconocimiento de la santidad por parte de la Iglesia se desarrolla en varias etapas interconectadas2.

Fases Preliminares

La fase preparatoria indispensable incluye la declaración de las virtudes heroicas o del martirio de un Siervo de Dios2. Para las causas de virtudes heroicas, también es necesario el reconocimiento de un milagro atribuido a la intercesión del Siervo de Dios2.

Beatificación

La beatificación es el primer paso en el camino hacia la canonización2. En esta etapa, el Pueblo de Dios es invitado a considerar a aquellos hermanos que, tras un cuidadoso discernimiento, son propuestos como modelos de vida cristiana. A los fieles se les exhorta a dirigirles un culto de veneración e invocación, generalmente restringido al contexto de las Iglesias locales o las órdenes religiosas a las que pertenecía el beato2.

Canonización

La canonización es la declaración solemne por parte del Sumo Pontífice de que una persona se encuentra en la gloria de Dios y es digna de veneración universal en toda la Iglesia3,2. La canonización invita a toda la comunidad de creyentes a alegrarse y a invocar al nuevo santo, quien participa en las intercesiones perennes de Cristo por sus hermanos y hermanas2. En este proceso, la Iglesia acoge con gozo los milagros que Dios concede por intercesión de su fiel Siervo, así como el testimonio de los mártires como la forma más clara de configuración con Cristo2.

Importancia Teológica y Pastoral

La obra de la Congregación para las Causas de los Santos es de gran importancia teológica y pastoral para la Iglesia. Al venerar a un santo, la Iglesia proclama la eficacia del Evangelio y redescubre con alegría que la presencia de Cristo en el mundo es capaz de transformar la vida humana y producir frutos de salvación2. Cada beatificación y canonización es un poderoso estímulo para los cristianos a vivir la sequela Christi con intensidad y entusiasmo, buscando la plenitud de la existencia cristiana y la perfección de la caridad2.

Los santos son un signo de la novedad radical que Jesucristo, con su Encarnación, muerte y Resurrección, ha injertado en la naturaleza humana. Son testigos sobresalientes de la fe, no solo figuras del pasado, sino que constituyen el presente y el futuro de la Iglesia y la sociedad. Han realizado plenamente la caritas in veritate (caridad en la verdad), el valor supremo de la vida cristiana, y son como las facetas de un prisma que reflejan, en diversas tonalidades, la única luz que es Cristo2.

La vida de los santos destaca por dos constantes significativas: su relación auténtica y viva con el Señor, y su continua búsqueda de la perfección evangélica, el rechazo a la mediocridad y la aspiración a pertenecer totalmente a Cristo2. La santidad, como exhorta el Levítico («Seréis santos, porque yo, el Señor, vuestro Dios, soy santo» - Lv 19,2), significa un esfuerzo constante por alcanzar un alto nivel de vida cristiana y una búsqueda incesante de comunión con Dios2.

Conclusión

La Congregación para las Causas de los Santos, con su rica historia y su meticuloso proceso, es esencial para el discernimiento y la proclamación de la santidad en la Iglesia Católica. Su labor no solo garantiza la veracidad de las vidas ejemplares, los martirios y los milagros, sino que también ofrece a los fieles modelos inspiradores que refuerzan la fe, la esperanza y la caridad. A través de este dicasterio, la Iglesia continúa presentando al mundo a aquellos que han vivido el Evangelio de manera excepcional, recordándonos a todos la llamada universal a la santidad.

Citas

  1. Papa Benedicto XVI. Carta a los participantes en la Sesión Plenaria de la Congregación para las Causas de los Santos (24 de abril de 2006) (2006). 2 3 4 5 6 7 8 9

  2. A los superiores, oficiales y colaboradores de la congregación para las causas de los santos, con motivo del 40 aniversario de la institución del dicasterio, Papa Benedicto XVI. A los Superiores, Oficiales y Colaboradores de la Congregación para las Causas de los Santos, con motivo del 40 aniversario de la institución del Dicasterio (19 de diciembre de 2009) (2009). 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19

  3. Introducción, Papa Juan Pablo II. Divinus Perfectionis Magister (25 de enero de 1983) (1983). 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18

  4. III - Congregaciones - Congregación para las Causas de los Santos, Papa Juan Pablo II. Pastor Bonus, §Art. 71 (1988).

  5. III - Congregaciones - Congregación para las Causas de los Santos, Papa Juan Pablo II. Pastor Bonus, §Art. 72 (1988). 2 3 4