Wikitólica

La enciclopedia y wiki católica en español

Cruz

Consagración de la Eucaristía

La consagración de la Eucaristía es el momento culminante de la Misa católica, en el que el pan y el vino se transforman, por el poder de Dios, en el Cuerpo y la Sangre de Jesucristo. Este proceso, conocido como transubstanciación, hace presente a Cristo de manera verdadera, real y sustancial bajo las especies eucarísticas. La Iglesia ha sostenido siempre esta doctrina, fundamentada en las palabras de Jesús en la Última Cena, y la considera el acto de amor más perfecto del hombre hacia Dios.

Tabla de contenido

El Misterio de la Presencia Real

La Iglesia Católica enseña que, en el Santísimo Sacramento de la Eucaristía, está contenido «verdaderamente, realmente y sustancialmente el Cuerpo y la Sangre, junto con el alma y la divinidad, de nuestro Señor Jesucristo y, por ende, Cristo entero»1. Esta presencia no es meramente simbólica, sino una presencia en el sentido más pleno, una presencia sustancial por la cual Cristo, Dios y hombre, se hace presente de manera total y completa1. La Eucaristía se eleva por encima de todos los demás sacramentos como la perfección de la vida espiritual y el fin al que todos los sacramentos tienden1.

La Transubstanciación

El término transubstanciación describe el cambio que ocurre durante la consagración2. En este momento, la sustancia del pan se convierte en la sustancia del Cuerpo de Cristo, y la sustancia del vino en la sustancia de su Sangre2. Este cambio es obra de Dios y es milagroso3. Aunque la sustancia cambia, las especies o accidentes (las apariencias físicas como el sabor, el color y la forma) del pan y del vino permanecen4,5.

La doctrina de la transubstanciación fue resumida por el Concilio de Trento, que declaró que «por la consagración del pan y del vino se realiza el cambio de toda la sustancia del pan en la sustancia del cuerpo de Cristo nuestro Señor y de toda la sustancia del vino en la sustancia de su sangre»2. Este es un misterio de fe que solo puede conocerse a través de la enseñanza de Cristo en las Escrituras y la Tradición de la Iglesia4.

El Acto de la Consagración en la Misa

La consagración es el punto central y la cumbre de la celebración eucarística6,7. Se lleva a cabo durante la Plegaria Eucarística, que es una oración de acción de gracias y consagración6.

Origen Bíblico

La consagración se fundamenta en las acciones de Jesús en la Última Cena, la víspera de su Pasión. Él tomó pan, pronunció una bendición, lo partió y lo dio a sus discípulos, diciendo: «Tomad y comed; esto es mi Cuerpo». De manera similar, tomó la copa de vino, dio gracias y la pasó a sus discípulos, diciendo: «Bebed todos de ella; porque esta es mi Sangre de la alianza, que es derramada por muchos para el perdón de los pecados»8. La Iglesia, fiel al mandato del Señor, continúa haciendo esto en su memoria hasta su glorioso retorno8.

El Papel del Sacerdote

En la Misa, el sacerdote actúa in persona Christi, es decir, en la persona de Cristo mismo9. Es a través de su ministerio que Cristo ofrece el mismo sacrificio que ofreció en la cruz9. La celebración eucarística incluye la proclamación de la Palabra de Dios, la acción de gracias a Dios Padre, la consagración del pan y el vino, y la participación en el banquete litúrgico mediante la recepción del Cuerpo y la Sangre del Señor7. Estos elementos constituyen un único acto de culto7.

Adoración Eucarística

La presencia eucarística de Cristo comienza en el momento de la consagración y perdura mientras subsisten las especies eucarísticas10. Cristo está presente de forma íntegra en cada una de las especies y en cada una de sus partes, de modo que la fracción del pan no divide a Cristo10.

La Iglesia Católica siempre ha ofrecido y sigue ofreciendo al sacramento de la Eucaristía el culto de adoración11. Esto se manifiesta no solo durante la Misa, sino también fuera de ella, reservando las hostias consagradas con sumo cuidado, exponiéndolas a la veneración solemne de los fieles y llevándolas en procesión11. La adoración eucarística fortalece la vida cristiana y, de manera particular, la vida consagrada12.

Los fieles encuentran en la adoración eucarística la fuerza, el consuelo, la firme esperanza y el aliento para la caridad, que provienen de la presencia misteriosa y oculta, pero real, del Señor12. La Eucaristía es la presencia sacramental de la entrega que el Padre hace de su divino Hijo a los hombres, y por ello, la Eucaristía celebrada, recibida, adorada y vivida, es el acto de amor objetivamente más perfecto del hombre a Dios12. Jesús nos espera en este sacramento de amor, y la Iglesia y el mundo tienen una gran necesidad de la adoración eucarística13.

Importancia Pastoral y Espiritual

El Concilio Vaticano II enfatizó la importancia de que los fieles participen activa y conscientemente en la Misa14. Se desea que los cristianos no sean espectadores extraños o silenciosos, sino que comprendan los ritos y oraciones, participen en la acción sagrada con devoción y colaboren plenamente14. Deben ser instruidos por la palabra de Dios y alimentados en la mesa del Cuerpo del Señor, dando gracias a Dios y ofreciendo la Víctima Inmaculada no solo a través de las manos del sacerdote, sino también con él14.

La Eucaristía es un misterio que enciende el ardor divino en las almas y promueve el amor fraterno15. Es la concreción más luminosa de los planes inefables del Redentor y posee el encanto de las ternuras divinas16. La fe en la presencia real y sustancial de Cristo en la Eucaristía debe ser robustecida y aumentada, y la llama que señala el Sagrario nunca debe apagarse en los templos, ya que dice: «¡Ahí está Cristo!»17.

Citas

  1. V. El sacrificio sacramental: acción de gracias, memorial, presencia, Catecismo de la Iglesia Católica, § 1374 (1992). 2 3

  2. V. El sacrificio sacramental: acción de gracias, memorial, presencia, Catecismo de la Iglesia Católica, § 1376 (1992). 2 3

  3. Anónimo. Tract for the Times 2, § 3.

  4. Cuando el pan y el vino se convierten en el cuerpo y la sangre de Cristo, ¿por qué siguen pareciendo y sabiendo a pan y vino? , Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos. La Presencia Real de Jesucristo en el Sacramento de la Eucaristía, § 3 (2001). 2

  5. Roger Nutt. La aplicación de la única oblación de Cristo: Charles Journet sobre la Misa, la Presencia Real y el Sacrificio de la Cruz, § 12.

  6. IV. La celebración litúrgica de la Eucaristía, Catecismo de la Iglesia Católica, § 1352 (1992). 2

  7. En resumen, Catecismo de la Iglesia Católica, § 1408 (1992). 2 3

  8. III. La Eucaristía en la economía de la salvación, Catecismo de la Iglesia Católica, § 1333 (1992). 2

  9. Capítulo I - Principios generales para la restauración y fomento de la sagrada liturgia, Concilio Vaticano II. Sacrosanctum Concilium, § 7 (1963). 2

  10. V. El sacrificio sacramental: acción de gracias, memorial, presencia, Catecismo de la Iglesia Católica, § 1377 (1992). 2

  11. V. El sacrificio sacramental: acción de gracias, memorial, presencia, Catecismo de la Iglesia Católica, § 1378 (1992). 2

  12. Papa Juan Pablo II. A las Hermanas Reparadoras del Sagrado Corazón de Jesús en el primer centenario de su fundación (25 de marzo de 1996) - Discurso (1996). 2 3

  13. V. El sacrificio sacramental: acción de gracias, memorial, presencia, Catecismo de la Iglesia Católica, § 1380 (1992).

  14. Capítulo II - El santísimo misterio de la Eucaristía, Concilio Vaticano II. Sacrosanctum Concilium, § 48 (1963). 2 3

  15. Papa Pío XII. Radiomensaje con ocasión del Primer Congreso Eucarístico Nacional de Cuba (23 de febrero de 1947) (1947).

  16. Papa Pío XII. Radiomensaje a los participantes en el Primer Congreso Eucarístico Bolivariano (30 de enero de 1949) - Discurso (1949).

  17. Papa Pablo VI. Radiomensaje con ocasión del 4º Congreso Eucarístico Nacional de Ecuador (28 de mayo de 1967) - Discurso (1967).