Contrición
La contrición es el sentimiento interior de dolor y aversión al pecado que impulsa al cristiano a alejarse de la culpa y a buscar la reconciliación con Dios mediante la confesión y la satisfacción. Se trata de una actitud del corazón y de la voluntad que, según la enseñanza de la Iglesia, constituye el primer paso esencial del sacramento de la Penitencia. En este artículo se analizan su definición doctrinal, los distintos tipos que la teología reconoce, su papel dentro del sacramento de la penitencia, la reflexión de los Papas sobre ella y su importancia para la vida espiritual del fiel.
Tabla de contenido
Definición y naturaleza
Definición del Concilio de Trento
El Concilio de Trento define la contrición como «una tristeza del alma y una repulsión al pecado cometido, con la resolución de no pecar más»1. La propia exposición tridentina señala que la contrición es «un dolor de mente y una detestación del pecado cometido, con el propósito de no pecar en el futuro»2. Esta definición subraya que la contrición no es meramente un sentimiento pasivo, sino una voluntad activa que lleva al penitente a decidir no volver a pecar3.
Aspectos teológicos
Los teólogos describen la contrición como una sombra del amor que rompe el corazón endurecido por el pecado, comparándola con el acto de romper una piedra para quebrar lo rígido3. Además, la contrición debe ser interior, sobrenatural, universal y soberana: nace del interior del penitente, es impulsada por la gracia divina, abarca todo el ser y dirige la voluntad a la total renuncia al mal4.
Tipos de contrición
Contrición perfecta e imperfecta
La tradición distingue entre contrición perfecta, nacida del amor a Dios y que puede reconciliar al pecador antes mismo de recibir el sacramento, y contrición imperfecta (o attrición), motivada por motivos humanos como el temor al castigo o la pérdida de reputación4. El Concilio de Trento reconoce ambas, aunque enfatiza que la contrición perfecta es la que «reconcilia al hombre con Dios antes de que el sacramento sea recibido»3.
La contrición en el sacramento de la penitencia
Actos del penitente
En el sacramento de la Penitencia, la contrición ocupa el primer lugar entre los actos requeridos del penitente: contrición, confesión y satisfacción constituyen la materia del sacramento según la doctrina tridentina3. La contrición prepara al penitente para la remisión de los pecados, siempre que se una a la confianza en la misericordia divina y al deseo de cumplir lo que la Iglesia prescribe3.
Relación con la confesión y la satisfacción
El Papa Juan Pablo II señala que la contrición es «el acto esencial del penitente, una clara y decisiva rechazo del pecado y la resolución de no volver a cometerlo»5. Esta actitud, acompañada de la examen de conciencia, permite que la confesión sea un encuentro auténtico con la gracia del perdón5. La satisfacción, por su parte, complementa la contrición al reparar el daño causado, completando así el signo sacramental de la reconciliación5.
La contrición en la doctrina de los Papas
Juan Pablo II
Juan Pablo II reiteró la centralidad de la contrición en la vida cristiana, describiéndola como «el corazón de la conversión que lleva al penitente de regreso al Padre»5. En sus audiencias, el Santo Padre enfatizó que la contrición debe surgir de la claridad de la conciencia y del reconocimiento personal del pecado, no de meras formalidades psicológicas5. Además, destacó la necesidad de que los sacerdotes sean testigos vivos de la contrición, facilitando el acceso al sacramento para todos los fieles6.
Francisco
El Papa Francisco ha vinculado la contrición con la misericordia del Padre. En sus homilías de Cuaresma, invita a los fieles a «volver al Señor con un corazón purificado por lágrimas» y a reconocer la necesidad de la contrición para recibir el perdón divino7. En la celebración del Año Jubilar de la Misericordia, subrayó que la contrición es el «primer paso» para ser reconciliados con Dios y con la comunidad eclesial8. Asimismo, ha llamado a los confesores a ser «padres que reciben, acogen y perdonan» a los penitentes, resaltando la dimensión pastoral de la contrición9.
La contrición y la vida espiritual
Examen de conciencia
El examen de conciencia es la práctica que permite al cristiano identificar los pecados y cultivar la contrición auténtica. Juan Pablo II la describe como «una comparación sincera y calmada con la ley interior, los evangelios y la enseñanza de Cristo»5. Esta reflexión interior es indispensable para que la contrición sea real y profunda.
Consecuencias pastorales
La falta de contrición auténtica puede generar ansiedad y desánimo en los penitentes, mientras que una contrición bien vivida conduce a la liberación interior y al renacer espiritual. El Apóstol de la Penitencia advierte que la contrición superficial puede hacer que los fieles perciban la confesión como «un acto mecánico», mientras que la verdadera contrición transforma la vida del creyente y fortalece la comunidad eclesial10.
Conclusión
La contrición, entendida como dolor de alma y aversion al pecado con la firme intención de no volver a pecar, constituye el fundamento moral y espiritual del sacramento de la Penitencia. Su correcta vivencia, inspirada por la enseñanza del Concilio de Trento y reforzada por la reflexión de los Papas, guía al cristiano hacia una auténtica conversión, al perdón divino y a una vida renovada en la misericordia de Dios.
Citas
Sección dos los siete sacramentos de la Iglesia, Catecismo de la Iglesia Católica, § 1451. ↩
El Concilio de Trento - La decimocuarta sesión - Sobre los santísimos sacramentos de la penitencia y de la extremaunción - Capítulo IV. Sobre la contrición, Documento Conciliar. Concilio de Trento, §La Decimocuarta Sesión. SOBRE LOS SANTÍSIMOS SACRAMENTOS DE LA PENITENCIA Y DE LA EXTREMAUNCIÓN. IV (1563). ↩
Los sacramentos - La penitencia o confesión - La primera parte de la penitencia - El significado de la contrición, Papa Pío V. Catecismo del Concilio de Trento, §Los Sacramentos - La Penitencia o Confesión (1566). ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5
Contrición, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §Contrición. ↩ ↩2
Parte tercera - Capítulo dos - El sacramento de la penitencia y la reconciliación - Algunas convicciones fundamentales, Papa Juan Pablo II. Reconciliatio et Paenitentia, § 31 (1984). ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5 ↩6
Discurso de Su Santidad el Papa Juan Pablo II a los Obispos de Inglaterra y Gales con ocasión de su visita «ad limina», Papa Juan Pablo II. A los Obispos de la Conferencia Episcopal de Inglaterra y Gales con ocasión de su visita «ad Limina» (23 de octubre de 1997), § 2 (1997). ↩
Santa Misa, bendición e imposición de las cenizas - Homilía del Papa Francisco - Basílica de Santa Sabina, miércoles, 18 de febrero de 2017, Papa Francisco. Santa Misa, bendición e imposición de las Cenizas (18 de febrero de 2015), §Santa Misa, bendición e imposición de las Cenizas (18 de febrero de 2015) (2015). ↩
Papa Francisco. Jubileo Extraordinario de la Misericordia: Santa Misa, bendición e imposición de las Cenizas (10 de febrero de 2016), §Jubileo Extraordinario de la Misericordia: Santa Misa, bendición e imposición de las Cenizas (10 de febrero de 2016) (2016). ↩
Misericordia y reconciliación, Papa Francisco. Audiencia Jubilar del 30 de abril de 2016: Misericordia y reconciliación (2016). ↩
Sacramentos de curación: Reconciliación y unción - I. El sacramento de la penitencia y la reconciliación, Penitenciaría Apostólica. Discurso del Card. James Francis Stafford con ocasión de la Conferencia General Anual de la 'Sociedad de Liturgia Católica' (2006). ↩
