Contrición imperfecta
La contrición imperfecta, también conocida como atrición, es un dolor del alma y un aborrecimiento del pecado cometido que surge de motivos distintos al amor puro a Dios. Aunque no es el arrepentimiento más elevado, es un don de Dios y un impulso del Espíritu Santo que prepara al pecador para recibir la gracia del perdón en el Sacramento de la Penitencia. Este tipo de contrición, motivado por el temor al infierno, la consideración de la fealdad del pecado o la pérdida del cielo, es suficiente para una confesión válida, pero la Iglesia anima a los fieles a esforzarse por alcanzar la contrición perfecta.
Tabla de contenido
Naturaleza de la Contrición
La contrición se define como el dolor del alma y el aborrecimiento del pecado cometido, acompañado de un firme propósito de no pecar en el futuro1,2. Este arrepentimiento es una disposición interior y sincera del corazón, no una mera formalidad externa2. La tradición católica distingue dos tipos de contrición según el motivo que la impulsa: la contrición perfecta y la contrición imperfecta1,2.
Definición y Características de la Contrición Imperfecta
La contrición imperfecta, o atrición, es un dolor por los pecados que surge de motivos como la fealdad del pecado, el temor al infierno, el miedo al castigo o la pérdida del cielo1,3,4,2. A diferencia de la contrición perfecta, que nace del amor a Dios ofendido, la contrición imperfecta se enfoca en las consecuencias del pecado para el individuo1,4,2.
El Concilio de Trento declaró que la atrición es un don de Dios y un impulso del Espíritu Santo1,3. Aunque el Espíritu Santo aún no habita en el penitente, lo mueve para que se prepare para la justicia1. Este tipo de contrición, cuando va acompañada de la esperanza de perdón y excluye el deseo de pecar, no convierte al hombre en un hipócrita ni en un pecador mayor, sino que lo dispone a recibir la gracia de Dios en el Sacramento de la Penitencia1,3.
Cualidades de la Contrición
Tanto la contrición perfecta como la imperfecta deben poseer ciertas cualidades esenciales para ser válidas en la tradición católica2:
Interior: Debe ser un dolor real y sincero del corazón, no solo una manifestación externa de arrepentimiento2.
Sobrenatural: Debe ser impulsada por la gracia de Dios y motivada por razones que provienen de la fe, no por motivos puramente naturales como la pérdida de honor o fortuna2.
Universal: Debe abarcar todos los pecados mortales cometidos2.
Soberana: El pecador debe detestar el pecado por encima de cualquier otro mal2.
La Atrición y el Sacramento de la Penitencia
La contrición imperfecta, por sí misma, no puede obtener el perdón de los pecados graves directamente1,3. Sin embargo, es suficiente para una confesión digna y es una disposición necesaria para obtener el perdón en el Sacramento de la Penitencia1,3,5. Al estar «golpeados provechosamente por el miedo», como los ninivitas ante la predicación de Jonás, los pecadores pueden hacer penitencia y obtener la misericordia de Dios a través del sacramento1.
Es importante destacar que, aunque la atrición es suficiente para la validez del sacramento, la Iglesia siempre anima a los fieles a esforzarse por alcanzar la contrición perfecta, ya que esta última surge del amor más puro a Dios4,5,2.
Obligación de Elicitar el Acto de Contrición
Todo pecador debe arrepentirse antes de poder reconciliarse con Dios2. Por lo tanto, quien ha caído en pecado grave debe hacer un acto de contrición perfecta o complementar la contrición imperfecta recibiendo el Sacramento de la Penitencia2. Sin esta disposición, la reconciliación con Dios es imposible2.
Esta obligación es urgente en peligro de muerte; si un sacerdote no está disponible para administrar el sacramento, el pecador debe esforzarse por hacer un acto de contrición perfecta2. También es urgente cuando se debe realizar un acto para el cual se requiere el estado de gracia y el Sacramento de la Penitencia no es accesible2.
Conclusión
La contrición imperfecta es un elemento crucial en la teología moral católica, sirviendo como un puente hacia la reconciliación con Dios a través del Sacramento de la Penitencia. Es un regalo divino que, aunque no es la forma más elevada de arrepentimiento, prepara el corazón del pecador para recibir la gracia. La Iglesia, al reconocer su valor, subraya la importancia de este dolor por el pecado, al tiempo que exhorta a los fieles a buscar una contrición motivada por el amor más puro a Dios.
Citas
Atrición, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §Atrición. ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5 ↩6 ↩7 ↩8 ↩9 ↩10
Contrición, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §Contrición. ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5 ↩6 ↩7 ↩8 ↩9 ↩10 ↩11 ↩12 ↩13 ↩14 ↩15 ↩16
VII. Los actos del penitente, Catecismo de la Iglesia Católica, § 1453 (1992). ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5
Lección decimoctava. Sobre la contrición, Tercer Concilio Plenario de Baltimore. Un Catecismo de Doctrina Cristiana (El Catecismo de Baltimore n.º 3), § 768 (1954). ↩ ↩2 ↩3
Lección decimoctava. Sobre la contrición, Tercer Concilio Plenario de Baltimore. Un Catecismo de Doctrina Cristiana (El Catecismo de Baltimore n.º 3), § 769 (1954). ↩ ↩2