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Coraje

El coraje, o fortaleza, es una virtud cardinal fundamental en la enseñanza católica, definida como la capacidad de mantener la rectitud moral frente a la adversidad, el peligro o las dificultades. Implica la superación del miedo y la disposición a soportar el sufrimiento por una causa justa, la verdad y la justicia. Esta virtud no solo se manifiesta en actos heroicos públicos, sino también en las decisiones cotidianas de vivir de acuerdo con los principios cristianos, incluso cuando ello implica sacrificio personal.

Tabla de contenido

El Coraje como Virtud Cardinal

En la tradición católica, siguiendo las enseñanzas de Santo Tomás de Aquino, el coraje (también conocido como fortaleza) es una de las cuatro virtudes cardinales, junto con la prudencia, la justicia y la templanza1. Se sitúa como un punto medio entre la cobardía, que es la falta de resistencia ante el peligro, y la imprudencia o temeridad, que es la exposición innecesaria al riesgo2,3. La Iglesia enfatiza que un acto valiente siempre está intrínsecamente ligado a la moralidad, ya que requiere hacer lo correcto y bueno, en lugar de lo más fácil o conveniente2,3.

Manifestaciones del Coraje

El coraje se manifiesta de diversas maneras, no solo en grandes hazañas, sino también en la vida diaria1. Puede observarse en:

El coraje es una elección personal; no se puede imponer, aunque educadores, entrenadores y otros pueden fomentar su desarrollo2,3. A menudo, el coraje se hace más evidente en momentos de derrota y pérdida, al mantener la cohesión de un grupo o al seguir adelante a pesar de las dificultades2,3.

Fundamentos Bíblicos del Coraje

Las Escrituras ofrecen numerosos ejemplos y exhortaciones al coraje, demostrando su importancia en la relación de la humanidad con Dios y en la vida de fe.

Antiguo Testamento

En el Antiguo Testamento, se insta repetidamente a ser fuerte y valiente.

Nuevo Testamento

El Evangelio, aunque se dirige a los débiles y humildes, también contiene un constante llamado a la fortaleza, repitiendo a menudo «No temas»1. Jesús mismo venció el miedo por nosotros, y nuestra fe en Él nos permite enfrentar a nuestros enemigos, incluyendo el pecado, el odio y la violencia7. Los cristianos son llamados a pedir a Dios el don del coraje cada día, recordando que la vida de cada uno está inmersa en el misterio de la Trinidad a través del Bautismo, y que Jesús vive dentro de ellos para vencer todo mal a través de su mansedumbre7.

El Coraje en la Vida Cristiana

El coraje cristiano no es una mera audacia humana, sino una virtud infundida por la gracia, guiada por la caridad8. Implica tanto la capacidad de atacar el mal como la de soportar las dificultades8.

Coraje Infundido y Adquirido

Aunque el coraje se puede desarrollar a través del esfuerzo humano (virtud adquirida), la fe católica también reconoce la existencia del coraje infundido, una virtud que Dios otorga y que es guiada por la caridad8. Un ejemplo de coraje infundido es el martirio de Santo Tomás Moro, quien, motivado por sus convicciones religiosas, se negó a aceptar las demandas del rey, soportando el encarcelamiento y finalmente la muerte8. Sus actos de desafío, su decisión de oponerse al rey y su perseverancia a pesar de las amenazas fueron todos actos de coraje infundido8.

Coraje Civil y Cotidiano

El coraje no es exclusivo de los campos de batalla o de los grandes mártires. Se encuentra también en la vida civil y en situaciones cotidianas que demandan una gran fortaleza interior1. Ejemplos incluyen:

El Papa Juan Pablo II rindió homenaje a estas personas valientes y desconocidas, cuyas acciones, aunque no sean publicadas, son conocidas por la conciencia humana y por Dios1.

El Coraje como Superación del Miedo

El coraje siempre implica una superación de la debilidad humana, especialmente del miedo1. Para alcanzar esta fortaleza, el ser humano debe «ir más allá» de sus propios límites y «trascenderse a sí mismo», asumiendo el riesgo de situaciones desconocidas, el rechazo, las consecuencias desagradables, las pérdidas materiales, e incluso el encarcelamiento o la persecución1. Este tipo de fortaleza se sostiene por un gran amor a la verdad y al bien, a los que la persona se dedica1.

En resumen, el coraje en la tradición católica es una virtud esencial que permite a los creyentes enfrentar los desafíos de la vida con rectitud moral, confianza en Dios y amor a la verdad, manifestándose tanto en actos heroicos como en las decisiones diarias de fidelidad a los principios cristianos.

Citas

  1. Papa Juan Pablo II. Audiencia General del 15 de noviembre de 1978 (1978). 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15

  2. Capítulo 3: El significado del deporte para la persona humana - 3.7 valentía, Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida. Dar lo mejor de uno mismo. Un documento sobre la perspectiva cristiana del deporte y la persona humana (1 de junio de 2018), § 3.7 (2018). 2 3 4 5

  3. Capítulo 3: El significado del deporte para la persona humana - Valentía, Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida. Perspectiva cristiana sobre el deporte y la persona humana: «Dar lo mejor de uno mismo» (1 de junio de 2018), § 3.7 (2018). 2 3 4 5

  4. Nueva Versión Estándar Revisada, Edición Católica (NRSV-CE). La Santa Biblia, §Josué 1.

  5. Nueva Versión Estándar Revisada, Edición Católica (NRSV-CE). La Santa Biblia, §Deuteronomio 20.

  6. Nueva Versión Estándar Revisada, Edición Católica (NRSV-CE). La Santa Biblia, §Salmo 27. 2

  7. Enseñar la esperanza, Papa Francisco. Audiencia General del 20 de septiembre de 2017 (2017). 2

  8. Angela McKay Knobel. Perfiles de Valentía, § 22. 2 3 4 5