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Creación del mundo

La Creación del mundo es el fundamento de la fe católica: Dios, por su palabra y sabiduría, trae a la existencia el universo y todo lo que contiene, declarando que «todo era bueno». Este artículo expone la doctrina bíblica y magisterial sobre la creación, la noción de creatio ex nihilo, la relación entre la Palabra divina y la sabiduría, la dignidad del ser humano creado a imagen de Dios, el sentido de la luz y el orden, el diálogo con la ciencia y la responsabilidad del hombre como mayordomo de la creación.

Tabla de contenido

Doctrina bíblica de la creación

El relato de Génesis

El primer capítulo del Génesis presenta una serie de actos creativos acompañados por la fórmula «Dios dijo… y fue», subrayando el poder de la Palabra divina (10). La repetición de «Dios vio que era bueno» (CCC 299) muestra la bondad intrínseca de todo lo creado (3).

La luz como principio de vida y conocimiento

Según el Papa Benedicto XVI, la luz creada en el cuarto día no solo permite la vida, sino también el encuentro, la comunicación y la libertad, pues «la luz es expresión del bien que crea brillo» (4). El Apóstol Juan declara que «Dios es luz» (6), reforzando la asociación entre la luz y la verdad divina.

Creación ex nihilo y la voluntad divina

El magisterio del Concilio Vaticano I afirma que Dios creó de la nada por su libre voluntad, no por necesidad ni por deseo de satisfacción propia (13). La encíclica Dei Filius enfatiza que la creación es un acto de amor y perfección, no de auto‑glorificación (13). El Catecismo de la Iglesia Católica recapitula que la creación procede del «eterno Verbo» y que todo lo creado participa de la bondad de su Creador (3).

La Palabra y la sabiduría de Dios

La Palabra como causa inmediata

El Papa Benedicto XVI señala que «Dios dijo, y fue» revela la eficacia de la Palabra (1). La tradición patrística, citada por Vall, explica que la sabiduría (hokmâ) de Dios fundó la tierra, uniendo conocimiento y amor en el acto creativo (5).

La sabiduría como virtud creadora

La sabiduría divina ordena todo hacia el bien; como afirma la Sagrada Escritura, «por su sabiduría el Señor fundó la tierra» (5). Esta visión se refleja en la enseñanza del Papa Francisco, quien recuerda que la creación muestra la «sabiduría del plan de amor y verdad» (9).

El ser humano a imagen y semejanza de Dios

El magisterio subraya que el hombre es creado a imagen y semejanza de Dios, dotado de dignidad infinita (2). La Iglesia enseña que cada persona es «alguien», capaz de autoconocimiento y de ofrecerse libremente en comunión (2). La dignidad humana se fundamenta en el hecho de que somos creación amada y destinados a una relación personal con el Creador (3).

Luz, orden y bondad del cosmos

La luz, como símbolo de la verdad, permite el conocimiento y la libertad (4). La creación está ordenada «por medida, número y peso» (3), reflejando la inteligencia divina. La bondad del mundo se manifiesta en el constante «todo era bueno», testimonio de la intención original de Dios (7).

Diálogo con la ciencia

Compatibilidad con la evolución

El Papa Juan Pablo II explicó que la narrativa de Génesis no contradice la evolución siempre que se reconozca la causalidad divina (8). El magisterio permite que la ciencia investigue los procesos naturales sin negar la acción creadora de Dios (8).

El papel del conocimiento científico

El Comité Teológico Internacional afirma que la doctrina de la creación ex nihilo invita a los teólogos a integrar el conocimiento científico dentro de una visión cristiana del universo (11). Así, la ciencia revela la sabiduría y el orden que provienen de Dios.

Responsabilidad y mayordomía del ser humano

Llamado al cuidado de la creación

El Papa Benedicto XVI recuerda que la dominación original es una responsabilidad: «tillar y guardar» la tierra (9). La encíclica Laudato Si' insiste en que la creación es un don que debe ser preservado y respetado (2).

Acción concreta del cristiano

El Catecismo subraya que el hombre, como mayordomo, debe ejercer una gestión responsable de los recursos naturales, reconociendo que todo pertenece a Dios (3). Esta responsabilidad se extiende a la defensa de la dignidad humana y al compromiso con la justicia ecológica (2).

Perspectiva contemporánea del Magisterio

El Papa Francisco, en Laudato Si', destaca que la creación es un «universo de amor» que llama a la humanidad a una cultura del encuentro y al respeto mutuo (15). El Papa León XIV continúa esta visión, subrayando la necesidad de una espiritualidad ecológica que reconozca la interconexión entre la fe y el cuidado del planeta.

Conclusión

La Creación del mundo, según la enseñanza católica, es un acto libre y amoroso de Dios que revela su sabiduría, bondad y deseo de comunión con la humanidad. El ser humano, creado a imagen de Dios, está llamado a reconocer la dignidad de toda la creación y a ejercer una mayordomía responsable, integrando la fe con el conocimiento científico y la acción ecológica.