Creados a imagen y semejanza de Dios
Los seres humanos, según la fe católica, fueron creados por Dios «a su imagen y semejanza», una verdad que constituye el fundamento de la dignidad humana, de la moral cristiana y de la visión antropológica de la Iglesia. Este artículo examina el origen bíblico de la doctrina, su desarrollo en el Magisterio, las dimensiones teológicas de la imagen y la semejanza, y sus consecuencias éticas y pastorales para la vida cristiana contemporánea.
Tabla de contenido
Fundamento bíblico
Génesis 1:26‑27
En el relato de la creación, Dios declara: «Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza» (cf. Gn 1:26‑27). La Declaración «Dignitas Infinita» subraya que esta afirmación revela que la dignidad del ser humano proviene del amor creador y que la imagen de Dios está impresa de forma indeleble en cada persona1. El Evangelium Vitae también señala que la imagen incluye facultades espirituales como la razón, la libertad y la capacidad de conocer y amar a Dios2.
Perspectiva teológica temprana
Los Padres de la Iglesia, como San Ireneo y San Juan Damasceno, distinguieron entre «imagen» y «semejanza», interpretando que la imagen es un don inicial y la semejanza una vocación a crecer en santidad mediante la gracia del Espíritu Santo3.
Doctrina de la Iglesia
El Catecismo de la Iglesia
El Catecismo afirma que el ser humano, «siendo en la imagen de Dios, posee la dignidad de una persona, no sólo algo, sino alguien»4. Asimismo, declara que todos los hombres, creados a imagen y semejanza de Dios, comparten una dignidad igual y son llamados a participar del mismo bien supremo, la beatitud divina5,6.
Declaraciones magisteriales contemporáneas
La Declaración «Dignitas Infinita» (2024) enfatiza que la imagen de Dios es «indeleble» y que la dignidad humana se manifiesta tanto en el alma como en el cuerpo, que son una unidad inseparable1. Además, se afirma que todos los seres humanos están llamados a «crecer bajo la acción del Espíritu Santo para reflejar la gloria del Padre» (cf. Jn 10:15‑16)7.
Dimensiones de la imagen y semejanza
Imagen natural y de conformidad
Según la reflexión teológica del International Theological Commission, existen tres niveles de la imagen: la imagen natural (capacidad de conocer y amar a Dios sin gracia), la imagen de semejanza (potencial de ser conformado a Cristo) y la imagen de conformidad (realización plena en la vida cristiana)8.
Relación y comunión
San Juan Pablo II explica que la semejanza implica una relación mutua entre hombres y mujeres, reflejando la comunión trinitaria: «el ser humano es una unidad de dos, llamado a vivir en relación con otro ‘Yo’”9. El International Theological Commission añade que el ser humano, creado para la comunión, manifiesta su dignidad al vivir en relación con Dios, con los demás y con la creación10,11.
Implicaciones antropológicas y éticas
Dignidad humana
La doctrina de la imagen sostiene que cada persona posee una dignidad inalienable que no depende de su condición biológica, social o cultural12. La Congregación para la Doctrina de la Fe afirma que la dignidad humana es la base de la fraternidad universal y del respeto a la vida en todas sus etapas13.
Derechos y libertad
El reconocimiento de la imagen de Dios implica que todo ser humano tiene derecho a la libertad responsable y a la protección de sus derechos fundamentales, pues la dignidad no puede ser reducida a un mero objeto o instrumento3,12.
Aplicaciones pastorales y sacramentales
Sacramentos como medio de conformación
El International Theological Commission señala que los sacramentos capturan y fortalecen la realidad del ser creado a imagen de Dios, permitiendo al fiel crecer en la semejanza de Cristo10. La Eucaristía, por ejemplo, es el sacramento que une al creyente con la imagen divina de Cristo, transformando la imagen natural en imagen de conformidad14,15.
Pastoral de la vida y la muerte
En la carta Samaritanus bonus, la Iglesia destaca que, aun en los momentos críticos de la vida, la dignidad del ser humano permanece intacta porque está arraigada en la imagen de Dios, lo que obliga a la comunidad a acompañar con misericordia a los enfermos y a respetar la vida como don sagrado16.
Perspectiva de los Padres de la Iglesia y teólogos contemporáneos
Los Padres de la Iglesia vieron en la imagen una llamada a la participación en la vida divina y a la transformación moral del ser humano. En la tradición tomista, la imagen de conformidad representa la meta última del ser humano: ser como Cristo, reflejando la gloria del Padre en la vida cotidiana8.
Conclusión
Ser creados a imagen y semejanza de Dios constituye el núcleo de la antropología cristiana: garantiza la dignidad inviolable de cada persona, orienta la moral cristiana hacia la comunión y la libertad, y fundamenta la misión pastoral de la Iglesia en la promoción de los derechos humanos y la vida sacramental. Esta verdad, arraigada en la Escritura y desarrollada por la Magisterio, invita a cada creyente a crecer en semejanza a Cristo, viviendo la dignidad que Dios le confiere.
Citas
B2. La Iglesia proclama, promueve y garantiza la dignidad humana - La imagen indeleble de Dios, Congregación para la Doctrina de la Fe. Declaración «Dignitas Infinita» sobre la Dignidad Humana, § 18 (2024). ↩ ↩2
Capítulo II - He venido para que tengan vida - El mensaje cristiano sobre la vida - «llamados… a conformarse a la imagen de su Hijo» (Rom 8:28-29): La gloria de Dios resplandece en el rostro del hombre, Papa Juan Pablo II. Evangelium Vitae, § 34 (1995). ↩
B2. La Iglesia proclama, promueve y garantiza la dignidad humana - Un compromiso con la propia libertad, Congregación para la Doctrina de la Fe. Declaración «Dignitas Infinita» sobre la Dignidad Humana, § 22 (2024). ↩ ↩2
Sección segunda I. Los credos, Catecismo de la Iglesia Católica, § 357. ↩
Sección primera la vocación del hombre la vida en el Espíritu, Catecismo de la Iglesia Católica, § 1934. ↩
Sección segunda I. Los credos, Catecismo de la Iglesia Católica, § 225. ↩
B2. La Iglesia proclama, promueve y garantiza la dignidad humana, Congregación para la Doctrina de la Fe. Declaración «Dignitas Infinita» sobre la Dignidad Humana, § 21 (2024). ↩
Cajetan Cuddy, O.P., Romanus Cessario, O.P. Testigo de Fe: George Weigel, el Beato Juan Pablo II, y la Vida Teológica, § 7. ↩ ↩2
III la imagen y semejanza de Dios - Persona - Comunión - Don, Papa Juan Pablo II. Mulieris Dignitatem, § 7 (1988). ↩
B2. El carácter dialógico de la economía sacramental de la salvación - 2.1. El Dios trinitario: Fuente y fin de la economía sacramental - B) La sacramentalidad de la creación y la historia, Comisión Teológica Internacional. La Reciprocidad entre Fe y Sacramentos en la Economía Sacramental, § 25 (2020). ↩ ↩2
Capítulo uno las personas humanas creadas a imagen de Dios - 3. La imago Dei en el Concilio Vaticano II y en la teología actual, Comisión Teológica Internacional. Comunión y Mayordomía: Personas Humanas Creadas a Imagen de Dios, § 22 (2004). ↩
B3. Los derechos de la persona a la libertad religiosa - Dignidad y la verdad de la persona humana, Comisión Teológica Internacional. La libertad religiosa para el bien de todos, § 33 (2019). ↩ ↩2
B2. Sociedad: Una comunión de personas - 2.1. El fundamento de la fraternidad, Consejo Pontificio para la Familia. La Familia y los Derechos Humanos, § 14 (1999). ↩
B2. El carácter dialógico de la economía sacramental de la salvación - 2.1. El Dios trinitario: Fuente y fin de la economía sacramental - B) La sacramentalidad de la creación y la historia, Comisión Teológica Internacional. La Reciprocidad entre Fe y Sacramentos en la Economía Sacramental, § 26 (2020). ↩
B2. El carácter dialógico de la economía sacramental de la salvación - 2.1. El Dios trinitario: Fuente y fin de la economía sacramental - B) La sacramentalidad de la creación y la historia, Comisión Teológica Internacional. La Reciprocidad entre Fe y Sacramentos en la Economía Sacramental, § 24 (2020). ↩
III. El «corazón que ve» del samaritano: La vida humana es un don sagrado e inviolable, Congregación para la Doctrina de la Fe. Carta Samaritanus bonus sobre el cuidado de las personas en las fases críticas y terminales de la vida (14 de julio de 2020), § III. (2020). ↩
