Credo de los Apóstoles

El Credo de los Apóstoles es una de las profesiones de fe más antiguas y veneradas en el cristianismo, un resumen fundamental de las creencias católicas que abarca los misterios centrales de la fe en Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo, así como las verdades sobre la Iglesia y la vida eterna. Aunque su nombre sugiere una autoría directa de los apóstoles, es más bien un desarrollo gradual de las fórmulas bautismales primitivas, que cristalizó en una forma reconocida y ampliamente utilizada en la Iglesia Occidental. Este credo se distingue por su estructura en doce artículos, que tradicionalmente se asocian con los doce apóstoles, simbolizando la plenitud de la fe apostólica. Su uso litúrgico es prominente en el Rito Romano, especialmente en el Bautismo y en el rezo del Rosario y el Oficio Divino, sirviendo como una declaración personal de fe para los creyentes.
Tabla de contenido
Origen y Desarrollo Histórico
El Credo de los Apóstoles no fue compuesto por los apóstoles en una única sesión, sino que se desarrolló a partir de las profesiones de fe bautismales de la Iglesia primitiva1. Estas profesiones eran interrogativas y se utilizaban como preparación para el sacramento del Bautismo, una práctica que se remonta a los «Cánones» de Hipólito y las «Catequesis» de San Cirilo de Jerusalén2. La tradición de contar doce artículos en el Credo se asocia con los doce apóstoles, simbolizando la plenitud de la fe apostólica3.
A lo largo de los siglos, a partir de un núcleo inmutable que testifica a Jesús como Hijo de Dios y Señor, se desarrollaron símbolos que atestiguan la unidad de la fe y la comunión de las Iglesias1. Estos símbolos recopilaron las verdades fundamentales que todo creyente debe conocer y profesar1. Los Padres de la Iglesia, reunidos en concilios, también formularon nuevos credos para responder a desafíos históricos y defender la ortodoxia, los cuales ocupan un lugar especial en la vida de la Iglesia1. La diversidad de estos símbolos expresa la riqueza de la única fe, y ninguno de ellos es anulado por profesiones de fe posteriores1.
El Credo de los Apóstoles es considerado el catecismo romano más antiguo4. Aunque el Credo Niceno-Constantinopolitano es más explícito y detallado, el Credo de los Apóstoles sirve como la base principal para la presentación de la fe en el Catecismo de la Iglesia Católica4.
Contenido Teológico
El Credo de los Apóstoles es una síntesis de la fe cristiana, estructurada en tres partes principales que corresponden a las tres personas de la Santísima Trinidad3:
I. Creo en Dios Padre Todopoderoso
La primera afirmación del Credo, «Creo en Dios», es la más fundamental, ya que todo el Credo habla de Dios y, al hablar del hombre y del mundo, lo hace en relación con Él5. Los demás artículos del Credo dependen de este primero y nos ayudan a conocer mejor a Dios tal como se ha revelado progresivamente5.
- Creador del cielo y de la tierra: Esta parte afirma la creencia en Dios como el origen de todo lo visible e invisible, reconociendo su poder omnipotente y su papel como hacedor de la creación1.
II. Creo en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor
Esta sección del Credo se centra en Jesucristo y los misterios principales de su vida, desde su encarnación hasta su glorificación6.
Concebido por obra del Espíritu Santo, nació de Santa María Virgen: Se profesa la fe en la encarnación de Jesucristo por el Espíritu Santo y su nacimiento de la Virgen María, un misterio central de la fe1.
Padeció bajo el poder de Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y sepultado: Aquí se recita la pasión, crucifixión, muerte y sepultura de Jesús, reconociendo su sufrimiento por la salvación de la humanidad1.
Descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos: El Credo de los Apóstoles confiesa la bajada de Cristo a los infiernos y su resurrección al tercer día, destacando que de las profundidades de la muerte hizo brotar la vida7.
Subió a los cielos y está sentado a la derecha de Dios Padre todopoderoso: Se afirma la ascensión de Jesús al cielo y su posición a la diestra del Padre1.
Desde allí ha de venir a juzgar a vivos y muertos: Esta parte expresa la creencia en la segunda venida de Cristo para juzgar a la humanidad, un evento que marca el fin de su reino1.
III. Creo en el Espíritu Santo
La tercera parte del Credo se enfoca en el Espíritu Santo y las realidades eclesiales y escatológicas.
La santa Iglesia católica, la comunión de los santos: Creer en la Iglesia como «santa», «católica», «una» y «apostólica» es inseparable de la creencia en Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo8. Se profesa la fe en una Iglesia santa, sin confundir a Dios con sus obras, y atribuyendo a la bondad divina todos los dones concedidos a la Iglesia8.
El perdón de los pecados: Se confiesa un solo bautismo para el perdón de los pecados1.
La resurrección de la carne y la vida eterna: El Credo cristiano culmina con la proclamación de la resurrección de los muertos en el último día y la vida eterna9,1. La expresión carnis resurrectionem (resurrección de la carne) debe traducirse literalmente dondequiera que se prescriba o pueda usarse el Credo de los Apóstoles en la Liturgia10.
Uso Litúrgico
El Credo de los Apóstoles tiene un lugar significativo en la liturgia de la Iglesia Católica, especialmente en el Rito Romano.
En el Bautismo
El uso público de los credos comenzó en relación con el Bautismo, en la Traditio y Redditio symboli (entrega y devolución del símbolo), como preparación para este sacramento y en las interrogaciones preliminares2. Antes de recibir el Bautismo, el catecúmeno debe hacer su profesión de fe1. En el Rito Romano, el Credo de los Apóstoles se utiliza en su forma completa, seguido de un credo abreviado en forma interrogativa durante el Bautismo2.
En la Misa
Aunque el Credo Niceno-Constantinopolitano es el credo principal recitado en la Misa en domingos y solemnidades, el Credo de los Apóstoles puede usarse en su lugar, especialmente durante los tiempos de Cuaresma y Pascua11. El propósito del Credo en la Misa es que todo el pueblo reunido responda a la palabra de Dios proclamada y explicada en la homilía, y que recuerde y confiese los grandes misterios de la fe antes de que estos misterios sean celebrados en la Eucaristía12,10.
El Credo debe ser cantado o recitado por el sacerdote junto con el pueblo13. Si se canta, puede ser iniciado por el sacerdote, un cantor o el coro, y luego cantado por todos juntos o por el pueblo alternando con el coro13. Si no se canta, debe ser recitado por todos juntos o por dos partes de la asamblea respondiendo una a la otra13. Es importante destacar que no se debe introducir ningún credo o profesión de fe que no se encuentre en los libros litúrgicos debidamente aprobados14.
En el Oficio Divino y Otras Celebraciones
El Credo de los Apóstoles también se utiliza en el Oficio Divino. En el Rito Romano, se recita al comienzo de Maitines y Prima, y en las preces de Prima y Completas2. Otros ritos también lo incorporan:
El Rito Ambrosiano utiliza el Credo de los Apóstoles en Prima y Completas2.
El Rito Anglicano lo recita con preces en la oración matutina y vespertina diariamente2.
En la ordenación romana de sacerdotes, el Credo de los Apóstoles se recita justo antes del Accipe Spiritum Sanctum2.
La Fórmula «Creo» y «Creemos»
La Iglesia expresa su fe tanto con el «Creo» (en singular) como con el «Creemos» (en plural)15.
«Creo»: Esta es la fe de la Iglesia profesada personalmente por cada creyente, principalmente durante el Bautismo15. También es la Iglesia, nuestra madre, respondiendo a Dios por la fe mientras nos enseña a decir tanto «Creo» como «Creemos»15.
«Creemos»: Esta es la fe de la Iglesia confesada por los obispos reunidos en concilio o, más generalmente, por la asamblea litúrgica de los creyentes15.
La traducción del Credo debe seguir la redacción precisa que la tradición de la Iglesia Latina le ha otorgado, incluyendo el uso de la primera persona del singular, lo que manifiesta claramente que «la confesión de fe se transmite en el Credo, como si viniera de la persona de toda la Iglesia, unida por medio de la Fe»10.
Conclusión
El Credo de los Apóstoles es un pilar fundamental de la fe católica, una declaración concisa y poderosa de las verdades esenciales que la Iglesia ha custodiado y transmitido a lo largo de los siglos. Su arraigo en las prácticas bautismales de la Iglesia primitiva y su desarrollo gradual reflejan la vitalidad y continuidad de la fe cristiana. Al recitar este credo, los fieles no solo articulan las doctrinas centrales sobre la Trinidad, la encarnación, la redención y la vida eterna, sino que también se unen a la comunión de los santos y a la Iglesia universal en una profesión de fe común y personal. Es un recordatorio constante de la herencia apostólica y un acto de adhesión a todo lo que Dios ha revelado y que la Santa Iglesia propone para nuestra creencia16.
Citas
Congregación para la Doctrina de la Fe. Fórmula para ser usada en la profesión de fe y en el juramento de fidelidad para asumir un oficio a ser ejercido en nombre de la Iglesia con la Nota doctrinal ilustrativa de la fórmula conclusiva de la «Professio fidei» (1998). ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5 ↩6 ↩7 ↩8 ↩9 ↩10 ↩11 ↩12 ↩13
Uso litúrgico de los credos, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §Uso litúrgico de los Credos. ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5 ↩6 ↩7
Sección II.I. Los credos, Catecismo de la Iglesia Católica, § 191 (1992). ↩ ↩2
Sección II.I. Los credos, Catecismo de la Iglesia Católica, § 196 (1992). ↩ ↩2
Párrafo 1. Creo en Dios, Catecismo de la Iglesia Católica, § 199 (1992). ↩ ↩2
Capítulo II. Creo en Jesucristo, Hijo único de Dios, Catecismo de la Iglesia Católica, § 429 (1992). ↩
Artículo 5 «Descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos», Catecismo de la Iglesia Católica, § 631 (1992). ↩
Artículo 9 «Creo en la Santa Iglesia Católica», Catecismo de la Iglesia Católica, § 750 (1992). ↩ ↩2
Artículo 11 «Creo en la resurrección de la carne», Catecismo de la Iglesia Católica, § 988 (1992). ↩
II: Sobre la traducción de los textos litúrgicos a las lenguas vernáculas - 4. Normas relativas a tipos especiales de textos - B. El Credo o la profesión de fe, Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos. Liturgiam authenticam, § 65 (2001). ↩ ↩2 ↩3
El Orden de la Misa - La Liturgia de la Palabra - Oración, Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos. El Misal Romano (Traducción inglesa según la Tercera Edición Típica), §El Orden de la Misa (2011). ↩
Capítulo II. La estructura de la Misa, sus elementos y sus partes - III. Las partes individuales de la Misa - B. La Liturgia de la Palabra - La profesión de fe, Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos. Instrucción General del Misal Romano, § 67 (2003). ↩
Capítulo II. La estructura de la Misa, sus elementos y sus partes - III. Las partes individuales de la Misa - B. La Liturgia de la Palabra - La profesión de fe, Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos. Instrucción General del Misal Romano, § 68 (2003). ↩ ↩2 ↩3
Capítulo III: La celebración propia de la Misa - 3. Las otras partes de la Misa, Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos. Redemptionis Sacramentum, § 69 (2004). ↩
Artículo 2 Creemos, Catecismo de la Iglesia Católica, § 167 (1992). ↩ ↩2 ↩3 ↩4
En resumen, Catecismo de la Iglesia Católica, § 1842 (1992). ↩