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Cruz

Cruzada de Bohemia

La Cruzada de Bohemia fue una serie de campañas militares sancionadas por la Santa Sede a principios del siglo XV con el objetivo de suprimir la herejía husita en el Reino de Bohemia. Impulsada por el emperador Carlos IV Sigismundo y respaldada por el papa Martín V, la cruzada combinó esfuerzos papales, imperiales y de los principados vecinos, y se desarrolló en varios episodios entre 1420 y 1431. Su desarrollo marcó un punto crucial en la lucha de la Iglesia contra las doctrinas reformistas y tuvo profundas repercusiones políticas y sociales en Europa central.

Tabla de contenido

Contexto histórico

La reforma husita en Bohemia

A finales del siglo XIV, el predicador Jan Hus introdujo en Bohemia ideas inspiradas en Juan Wycliffe, cuestionando la autoridad papal, la eucaristía bajo una sola especie y la confesión auricular. Tras su ejecución en 1415, sus seguidores, los hussitas, se organizaron en movimientos armados —principalmente los taboritas y los calixtinos— que combinaban fervor religioso con tácticas militares innovadoras, como el uso de armas agrícolas modificadas (guadañas, horcas y horquillas) y la defensa de fortalezas en los tabores montañosos1.

El papel de Sigismundo

Como rey de Bohemia y emperador del Sacro Imperio, Sigismundo buscó restablecer el orden tras la muerte de Wenceslao III (1419) y el estallido de la guerra husita. Ante la incapacidad de la fuerza imperial para contener a los rebeldes, solicitó al papado la autorización de una cruzada, esperando obtener apoyo espiritual y militar para su causa2.

Petición y autorización papal

La bula papal de Martín V

En 1420, el papa Martín V emitió la bula Inter Cunctas que proclamó oficialmente una cruzada contra los husitas, describiendo la herejía como una amenaza a la unidad de la Iglesia y a la paz cristiana. La bula fue leída en la Dieta imperial de Breslau el 17 marzo de 1420, generando un fuerte impulso de «santa fervor» entre los cruzados católicos1,3.

Motivaciones teológicas y políticas

El documento papal subrayó la necesidad de defender la contra la heresis y, simultáneamente, sirvió a los intereses políticos de Sigismundo, que pretendía consolidar su autoridad sobre Bohemia y frenar la expansión de los movimientos reformistas en el territorio imperial2.

Desarrollo de la cruzada

Primera cruzada (1420‑1422)

La primera expedición, movilizada por la bula de 1420, contó con alrededor de 90 000 infantes y 40 000 caballería, bajo el mando del príncipe electo Federico de Brandenburgo. Los cruzados se enfrentaron a los husitas en la batalla de Wyschehrad (1 noviembre 1420), donde los taboritas lograron una victoria decisiva, infligiendo una humillante derrota a las fuerzas católicas1. Posteriormente, el 8 enero 1422, los husitas vencieron nuevamente a los cruzados en Deutschbrod2.

Segunda cruzada (1427‑1428)

Ante los reveses, el papado y Sigismundo organizaron una segunda cruzada en 1427, reforzada con contingentes húngaros y alemanes. Sin embargo, la falta de cohesión entre los señores cruzados y la superioridad táctica de los husitas en los tabores provocaron otra serie de derrotas católicas, como la batalla de Míes (4 agosto 1427)1.

Tercera cruzada (1431)

En 1431, bajo la presión de la Santa Sede, se lanzó una tercera cruzada que reunió nuevamente a unos 150 000 soldados. A pesar del número, la campaña terminó en fracaso tras la derrota en la batalla de Taus (14 julio 1420) y la posterior retirada de los cruzados, lo que obligó a Sigismundo a buscar una solución negociada1.

Consecuencias y fin de la cruzada

Acuerdos de paz y la Compactación de Praga

Frente a la imposibilidad de una victoria militar, el Concilio de Basilea (1431‑1438) facilitó negociaciones que culminaron en la Compactación de Praga (1436). Este acuerdo concedió a los husitas la comunión bajo ambas especies (vino y pan) y reconoció ciertos derechos eclesiásticos, aunque mantuvo la autoridad papal sobre la doctrina central2.

Impacto en la Iglesia y la política europea

La Cruzada de Bohemia dejó lecciones importantes para la Iglesia: mostró los límites de la fuerza militar frente a movimientos reformistas arraigados y subrayó la necesidad de respuestas pastorales y doctrinales más matizadas. Políticamente, debilitó la autoridad imperial de Sigismundo y reforzó la autonomía de los principados checos, sentando bases para la posterior Reforma protestante.

Evaluación histórica y teológica

Perspectiva católica contemporánea

Los historiadores católicos consideran la cruzada como una respuesta legítima a una herejía que amenazaba la unidad de la fe, pero también reconocen los excesos y la falta de éxito militar como indicadores de la necesidad de métodos pastorales más eficaces. La bula de Martín V sigue siendo citada como ejemplo de la autoridad papal para convocar a la cristiandad en defensa de la ortodoxia3.

Relevancia para el estudio de las cruzadas

A diferencia de las cruzadas orientales, la Cruzada de Bohemia se desarrolló dentro de Europa y se dirigió contra un movimiento herético interno. Su estudio aporta una visión más completa del concepto de «cruzada» como instrumento tanto de defensa territorial como de preservación doctrinal.

Citas

  1. Husitas, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §Husitas. 2 3 4 5

  2. Segismundo, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §Segismundo. 2 3 4

  3. Papa Martín V, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §Papa Martín V. 2