De Exorcismis et Supplicationibus Quibusdam
De Exorcismis et Supplicationibus Quibusdam, también conocida como Exorcismos y otras súplicas, es el texto litúrgico oficial que contiene el Rito Mayor de Exorcismo promulgado por la Santa Sede. Publicado en el Rituale Romanum el 1 de octubre de 1998 bajo el pontificado de San Juan Pablo II, el documento reúne oraciones, invocaciones y normas pastorales destinadas a liberar a personas y lugares de la influencia demoníaca, al tiempo que reafirma la autoridad tradicional de la Iglesia para ejercer este ministerio de salvación1.
Tabla de contenido
Contexto histórico y promulgación
Orígenes del rito exorcista
El poder de exorcizar que la Iglesia posee se remonta a los Evangelios, donde Jesús expulsó demonios y confirió a sus apóstoles la autoridad para hacerlo (cf. Mt 8, 28‑34). Con el paso de los siglos, la práctica quedó recogida en el Rituale Romanum y, tras el Concilio Vaticano II, se revisó para responder a los retos pastorales contemporáneos. La versión de 1998 incorpora una mayor claridad teológica y pastoral, subrayando la victoria de Cristo sobre el mal y la necesidad de discernimiento médico‑psicológico previo1.
Publicación y autoridad normativa
El texto fue emitido por la Congregación para el Culto Divino y aprobado por el Papa Juan Pablo II. Su contenido está respaldado por el canon 1172 del Código de Derecho Canónico, que exige permiso expreso del obispo local para cualquier exorcismo mayor2. Desde entonces, el rito constituye la referencia obligatoria para los exorcistas designados en todo el mundo.
Autoridad y nombramiento del exorcista
Competencia episcopal
Solo el obispo diocesano puede nombrar a un sacerdote como exorcista, y debe hacerlo después de evaluar su piedad, conocimiento, prudencia e integridad de vida1. El sacerdote designado actúa en estrecha colaboración y bajo la supervisión del obispo, garantizando así la unidad pastoral y el respeto a la normativa canónica3.
Requisitos personales y formativos
Los criterios exigidos al exorcista incluyen:
Vida de santidad y ausencia de cualquier causa de censura canónica.
Formación teológica profunda sobre demonología, sacramentos y espiritualidad cristiana.
Práctica de la oración constante, especialmente el rosario y la meditación de las Escrituras.
Capacitación en discernimiento para diferenciar posesión real de trastornos psicológicos, delegando a médicos cuando sea necesario1.
Estructura del rito mayor
El rito se divide en cuatro partes principales, cada una acompañada de oraciones específicas y gestos simbólicos.
1. Oraciones iniciales y bendición del agua
Se inicia con la oración de apertura dirigida a la Santísima Trinidad, seguida de la bendición del agua que será usada como símbolo de purificación.
2. Liturgia de los santos
Incluye la Liturgia de los Santos, con el Litany of the Saints, invocando la intercesión de la Virgen María, los ángeles y los mártires para reforzar la autoridad espiritual del exorcista1.
3. Invocación y comando al demonio
Se recita una invocación extensa que menciona a Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo, a la Iglesia, a Cristo vencedor, a San Miguel Arcángel y a los santos patronos del exorcismo. El exorcista ordena al demonio que salga en el nombre de Cristo, utilizando la fórmula tradicional aprobada por la Santa Sede1.
4. Bendición final y cuidados posteriores
Concluye con una bendición de cierre y la oración de envío, pidiendo la protección divina para la persona exorcizada. Se insta a la víctima a profundizar su vida de fe, a participar frecuentemente en los sacramentos y a recibir acompañamiento pastoral continuo1.
Discernimiento y cuidados pastorales
Evaluación médica y psicológica
El rito subraya la necesidad de descartar causas naturales antes de proceder. Los exorcistas deben colaborar con profesionales de la salud para evitar confusiones entre posesión demoníaca y enfermedad mental1.
Presencia de testigos
Para salvaguardar la dignidad y la propriedad del proceso, el rito recomienda la presencia de testigos, preferiblemente familiares, y en caso de una mujer, al menos otra mujer para evitar situaciones de indiscreción3.
Post‑exorcismo
Tras la expulsión, la Iglesia aconseja un acompañamiento espiritual continuo, que incluye la confesión, la comunión frecuente y la oración personal, con el fin de consolidar la liberación y prevenir recaídas1.
Uso litúrgico y limitaciones
Separación de otras liturgias
El artículo 8 del «Instruction on prayers for healing» prohíbe la inserción de las oraciones de exorcismo en la Misa, los sacramentos o la Liturgia de las Horas, manteniéndolas como un rito independiente y reservado al exorcista autorizado4.
Exorcismo menor vs. mayor
El exorcismo menor aparece en la iniciación cristiana (RCIA) y en el bautismo, y puede ser rezado por cualquier ministro o laicos. En cambio, el exorcismo mayor descrito en De Exorcismis et Supplicationibus Quibusdam solo puede ser celebrado por un sacerdote o obispo con permiso episcopal3.
Relación con la doctrina católica
El Catecismo de la Iglesia Católica define el exorcismo como la petición pública y autoritaria para proteger a una persona u objeto del poder del Mal, basado en la autoridad que Cristo confirió a la Iglesia5. El rito de 1998 refleja fielmente esta enseñanza, integrando la teología del pecado, la victoria de Cristo y la participación de los santos, al tiempo que incorpora criterios pastorales modernos.
Conclusión
De Exorcismis et Supplicationibus Quibusdam constituye el instrumento litúrgico oficial para el Rito Mayor de Exorcismo en la Iglesia Católica. Su promulgación reafirma la autoridad histórica de la Iglesia para combatir el mal, al mismo tiempo que incorpora normas de discernimiento, colaboración médica y cuidado pastoral que responden a los desafíos contemporáneos. Al estar enmarcado por el derecho canónico y el magisterio del Catecismo, el documento garantiza que el ministerio del exorcismo se ejerza con prudencia, reverencia y fidelidad a la tradición.
Citas
De exorcismis et supplicationibus quibusdam (exorcismos y otras súplicas), Sagrada Congregación para el Culto Divino. De Exorcismis et Supplicationibus Quibusdam (Exorcismos y Otras Súplicas) (1999). ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5 ↩6 ↩7 ↩8 ↩9
Congregación para la Doctrina de la Fe. Carta a los Ordinarios sobre las normas del Exorcismo (1985). ↩
Preguntas sobre el exorcismo - ¿Hay diferentes tipos de exorcismos? , Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos. Exorcismo (2023). ↩ ↩2 ↩3
II. Normas disciplinarias, Congregación para la Doctrina de la Fe. Instrucción sobre las oraciones de curación, § 2000 (2000). ↩
Sección dos los siete sacramentos de la iglesia, Catecismo de la Iglesia Católica, § 1673. ↩
