Deberes de los esposos
Los deberes de los esposos constituyen la expresión concreta del amor cristiano dentro del sacramento del matrimonio. Se basan en la fidelidad, la entrega mutua, la educación y formación de los hijos, la vida sacramental y la misión de testimonio en la sociedad. Este artículo explora el fundamento bíblico‑doctrinal de dichos deberes, describe sus obligaciones concretas y señala su desarrollo espiritual y pastoral a la luz del Magisterio de la Iglesia.
Tabla de contenido
Fundamento bíblico y doctrinal
Amor conyugal y fidelidad
El amor entre los cónyuges debe reflejar el amor de Cristo por su Iglesia, una entrega total y fiel. El Concilio Vaticano II afirma que «el Salvador… llega a la vida de los casados a través del sacramento del matrimonio… para que los esposos se amen con fidelidad perpetua mediante la entrega mutua»1. Esta fidelidad se describe como la «fe del celibato» que brota del amor conyugal (Dz 2232)2 y como la base de la unidad y permanencia del vínculo matrimonial3.
Educación y formación de los hijos
El deber primario de los padres es la educación, especialmente la religiosa, de sus hijos. Gaudium et Spes subraya que «los padres… adquieren una dignidad y oficina de paternidad y maternidad… educar y, sobre todo, instruir religiosamente»1. El Papa Juan Pablo II recuerda que la procreación y la educación de los hijos son «privilegios y responsabilidades» del matrimonio cristiano4.
Dimensión sacramental y espiritual
El matrimonio es «una participación en la unión de Cristo con su Iglesia» y, por tanto, una fuente de santificación para la familia5. La vida sacramental, especialmente la confesión y la comunión, fortalece la fidelidad conyugal6 y el compromiso de vivir la castidad conyugal7.
Obligaciones concretas
Fidelidad y castidad
Los esposos están llamados a vivir la castidad conyugal, que implica fidelidad sexual y respeto mutuo al don de la vida7. La fidelidad no es meramente humana, sino una participación en la fidelidad de Dios al pacto matrimonial6.
Mutualidad y ayuda mutua
El amor conyugal se manifiesta en la ayuda cotidiana para «formar y perfeccionar al hombre interior» y en la asistencia mutua para crecer en virtud2. La corresponsabilidad incluye la resolución de conflictos, el apoyo emocional y la cooperación en la oración familiar8.
Oración y vida sacramental
La oración conjunta de la familia previene los desavenimientos y fomenta el perdón diario6. Participar regularmente en la Eucaristía y el Sacramento de la Reconciliación nutre la gracia necesaria para cumplir los deberes matrimoniales6.
Responsabilidad social y cultural
Los esposos deben ser testigos de la valía del matrimonio en la cultura, promoviendo la dignidad del amor y la educación de los jóvenes sobre la dignidad, el deber y el trabajo del amor matrimonial9. Su misión incluye contribuir al «renacimiento cultural, psicológico y social» necesario para la defensa del matrimonio cristiano9.
Desarrollo espiritual y pastoral
La familia como «iglesia doméstica»
Por el bautismo, la familia se convierte en una «iglesia doméstica» donde los esposos encuentran a Cristo en el otro y en sus hijos, cumpliendo así la misión de santificación ordinaria10.
Crecimiento en virtud
El matrimonio ofrece una «tarea dinámica» de perfeccionamiento mutuo que se realiza mediante la práctica de la caridad, la paciencia y el sacrificio, guiados por los mandamientos y la gracia divina8.
Apoyo pastoral
La Iglesia, a través de los sacerdotes y la catequesis, brinda recursos para que los esposos vivan sus deberes con plenitud, resaltando que el sacramento es «fuente y medio original de santificación» para la familia3.
Conclusión
Los deberes de los esposos, arraigados en la fidelidad, la mutua entrega, la educación de los hijos, la vida sacramental y el testimonio social, constituyen el corazón del matrimonio cristiano. Al vivir estos compromisos, los cónyuges no solo cumplen con su vocación personal, sino que también participan en la misión universal de la Iglesia de ser signo del amor de Cristo por su pueblo.
Citas
Parte II - Algunos problemas de urgencia particular - Capítulo I - El fomento de la dignidad del matrimonio y la familia, Concilio Vaticano II. Gaudium et Spes, § 48 (1965). ↩ ↩2
Matrimonio cristiano - De la encíclica, «Casti Connubii», Pío XI, 31 dic. 1930, Heinrich Joseph Dominicus Denzinger. El Magisterio de la Iglesia (Enchiridion Symbolorum), § 3707 (1854). ↩ ↩2
Papa Juan Pablo II. A un grupo de Obispos de los Estados Unidos de América en su visita ad Limina (24 de septiembre de 1983) - Discurso, § 2 (1983). ↩ ↩2
Papa Juan Pablo II. A un grupo de Obispos de los Estados Unidos de América en su visita ad Limina (24 de septiembre de 1983) - Discurso, § 3 (1983). ↩
Importancia y dignidad del sacramento del matrimonio, Comité Internacional sobre el Inglés en la Liturgia. Ritual del Matrimonio, Introducción, § 1 (1969). ↩
Parte III - La vida de la Iglesia - III. La familia cristiana como nueva creación (los mandamientos cuarto, quinto, sexto y noveno) - A. Matrimonio cristiano - 3. Fidelidad conyugal, Sínodo de la Iglesia greco-católica ucraniana. Catecismo de la Iglesia católica ucraniana: Cristo, nuestra Pascua, § 866 (2016). ↩ ↩2 ↩3 ↩4
II. Amor verdadero y castidad - La castidad en el matrimonio, Pontificio Consejo para la Familia. Verdad y significado de la sexualidad humana: orientaciones para la educación en familia, § 20 (1995). ↩ ↩2
B1. Criterios fundamentales - 1.1. Primer criterio fundamental: la conformidad con el concepto bíblico de la naturaleza humana - B. La pareja, Pontificia Comisión Bíblica. Biblia y Moral: Raíces bíblicas de la conducta cristiana, § 98 (2008). ↩ ↩2
Parte II - Algunos problemas de urgencia particular - Capítulo I - El fomento de la dignidad del matrimonio y la familia, Concilio Vaticano II. Gaudium et Spes, § 49 (1965). ↩ ↩2
Mary Shivanandan. Espiritualidad conyugal y el don de la reverencia, § 22. ↩