Decálogo
El Decálogo, conocido comúnmente como los Diez Mandamientos, es un conjunto de preceptos divinos fundamentales para la moralidad y la fe tanto en el judaísmo como en el cristianismo. Revelados por Dios a Moisés en el Monte Sinaí, estos mandamientos constituyen la base de la Ley Antigua y han sido confirmados y desarrollados por Jesucristo en el Nuevo Testamento. No son meras imposiciones arbitrarias, sino que reflejan una ley moral universal inscrita en el corazón humano, guiando a las personas hacia la verdadera humanidad, la libertad del pecado y una relación justa con Dios y el prójimo. La Iglesia Católica ha reconocido siempre su importancia primordial, considerándolos esenciales para la vida individual, familiar y social.
Tabla de contenido
Origen y Significado Bíblico
El término Decálogo proviene del griego deka (diez) y logos (palabra), refiriéndose a las «diez palabras» que Dios entregó a Moisés1,2. Estos preceptos se encuentran registrados en el libro del Éxodo (Ex 20,1-17) y se reiteran en el Deuteronomio (Dt 5,6-21)1. Las diferencias entre ambas versiones son menores y se relacionan más con las razones que justifican los preceptos que con los mandamientos en sí mismos1.
La entrega del Decálogo en el Monte Sinaí fue un evento central en la historia de Israel, marcando la alianza de Dios con su pueblo después de liberarlos de la esclavitud en Egipto3,4. Las primeras palabras del Decálogo recuerdan esta liberación: «Yo soy el Señor, tu Dios, que te saqué de la tierra de Egipto, de la casa de servidumbre»5,3,6,7. Este acto divino establece el contexto de la obediencia a los mandamientos como una respuesta agradecida a la iniciativa amorosa y liberadora de Dios4.
Los mandamientos no son solo un código legal externo, sino que también están inscritos «en el corazón del hombre»8. La revelación divina en el Sinaí confirmó y reforzó la obligación de estos preceptos en la conciencia moral humana8,9. El Decálogo, por lo tanto, es una expresión privilegiada de la ley natural, que enseña la verdadera humanidad del hombre y pone de manifiesto los deberes esenciales y los derechos fundamentales inherentes a la persona humana4.
El Decálogo en la Tradición de la Iglesia Católica
La Iglesia Católica, fiel a la Escritura y al ejemplo de Jesús, siempre ha reconocido la importancia primordial del Decálogo10,11. Lejos de ser abolidos, los mandamientos han sido amplificados y desarrollados con la venida de Cristo12. Jesús mismo confirmó la ley del Antiguo Pacto, afirmando que no vino a abolir la ley y los profetas, sino a darles cumplimiento13. En el Sermón de la Montaña, Cristo profundizó el significado de estos preceptos, llevándolos a su plenitud en el mandamiento del amor9.
La tradición catequética de la Iglesia ha formulado el Decálogo de una manera que facilita su memorización y comprensión14. Aunque existen ligeras variaciones en la numeración entre las tradiciones católica y protestante, la sustancia de los mandamientos es la misma1. La división y el orden de los mandamientos utilizados en la Iglesia Católica siguen la adopción de San Agustín1.
La Estructura de los Diez Mandamientos
El Decálogo se divide tradicionalmente en dos tablas o partes, reflejando el doble mandamiento del amor: amor a Dios y amor al prójimo12.
Mandamientos Referentes a Dios (Primera Tabla)
Los primeros tres mandamientos se centran en la relación del hombre con Dios:
«Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con todas tus fuerzas.» Este mandamiento se expresa en el Decálogo como: «Yo soy el Señor tu Dios: no tendrás otros dioses delante de mí»14. Implica reconocer a Dios como el único Señor, liberador de la esclavitud, y evitar la idolatría2,6,7.
«No tomarás el nombre del Señor tu Dios en vano.» Este precepto prohíbe el uso irreverente o blasfemo del nombre de Dios, invitando a respetarlo como santo14,5,6,13,7.
«Santificarás las fiestas.» Originalmente «Recuerda el día de sábado para santificarlo»14,5,6,13,7, en la tradición cristiana se refiere a la observancia del Domingo (Día del Señor) como día de descanso y culto14,3.
Mandamientos Referentes al Prójimo (Segunda Tabla)
Los siete mandamientos restantes se enfocan en la relación entre los seres humanos:
«Honrarás a tu padre y a tu madre.» Este mandamiento establece la base de la piedad filial y el respeto a la autoridad, prometiendo una larga vida a quienes lo cumplen14,5,6,13,7.
«No matarás.» Protege la vida humana desde su concepción hasta su fin natural, condenando el homicidio14,5,6,13,7.
«No cometerás adulterio.» Salvaguarda la dignidad del matrimonio y la pureza sexual14,5,6,13,7.
«No robarás.» Prohíbe la apropiación indebida de bienes ajenos y promueve la justicia en las relaciones económicas14,5,6,15,13,7.
«No darás falso testimonio contra tu prójimo.» Exige veracidad y honestidad en el testimonio y en todas las comunicaciones, condenando la mentira y la calumnia14,5,6,13,7.
«No consentirás pensamientos ni deseos impuros.» Se refiere a no codiciar la mujer del prójimo, abordando los deseos internos y la pureza del corazón14,5,13,7.
«No codiciarás los bienes ajenos.» Prohíbe el deseo desordenado de las posesiones del prójimo, promoviendo la desapropiación y la caridad14,5,13,7.
La Relevancia del Decálogo en la Vida Cristiana
El Decálogo es fundamental para la moralidad cristiana porque sus preceptos son una expresión de la ley moral universal, válida en todo tiempo y lugar16. Son la única base verdadera para la vida de los individuos, las sociedades y las naciones, salvando al hombre de las fuerzas destructivas del egoísmo, el odio y la falsedad16.
Los mandamientos no son una carga, sino un camino hacia la libertad y la plenitud de vida. Al seguir el Decálogo, los creyentes son fieles a Dios y a su propia naturaleza, viviendo de acuerdo con sus aspiraciones más profundas16. El cumplimiento de los mandamientos es una cooperación con el plan de Dios en la historia y un homenaje de acción de gracias a Él4.
El Papa Juan Pablo II enfatizó que el futuro del hombre y de las sociedades depende de estas «diez palabras»2. En un período de crisis ética, el Decálogo ofrece una síntesis de la sabiduría salvífica que no puede ser reemplazada por nada más15. Los mandamientos nos recuerdan que la vida humana necesita el poder de los valores divinos y sobrenaturales para alcanzar su pleno esplendor13.
En resumen, el Decálogo es una guía indispensable para la vida moral, revelando la voluntad de Dios para cada persona y para toda la humanidad. Es un código de moralidad inscrito tanto en las tablas de piedra como en la conciencia humana, que Cristo vino a perfeccionar y que sigue siendo el fundamento de la dignidad humana y el camino hacia la amistad con Dios y la armonía con el prójimo12,9.
Citas
Decálogo, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §Decálogo. ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5
Papa Juan Pablo II. 1 de junio de 1991: Celebración Eucarística en Koszalin - Homilía (1991). ↩ ↩2 ↩3
Papa Juan Pablo II. 14 de marzo de 1982: Visita Pastoral a la parroquia romana del Santo Crucifijo - Homilía, § 3 (1982). ↩ ↩2 ↩3
A. La presencia gratuita de Dios, Pontificio Consejo Justicia y Paz. Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia, § 22 (2004). ↩ ↩2 ↩3 ↩4
Papa Juan Pablo II. 10 de marzo de 1985: Visita a la parroquia de Nuestra Señora de Bonaria en Ostia Lido (Roma) - Homilía, § 1 (1985). ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5 ↩6 ↩7 ↩8 ↩9 ↩10
La Nueva Versión Estándar Revisada, Edición Católica (NRSV-CE). La Santa Biblia, §Éxodo 20. ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5 ↩6 ↩7 ↩8 ↩9
La Nueva Versión Estándar Revisada, Edición Católica (NRSV-CE). La Santa Biblia, §Deuteronomio 5. ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5 ↩6 ↩7 ↩8 ↩9 ↩10 ↩11
Papa Juan Pablo II. 12 de junio de 1987: Liturgia de la Palabra para los jóvenes en la península de Westerplatte (Danzig) - Homilía, § 2 (1987). ↩ ↩2
Sobre la moral y la conciencia, Papa Juan Pablo II. Dilecti Amici, § 6 (1985). ↩ ↩2 ↩3
En resumen, Catecismo de la Iglesia Católica, § 2078 (1992). ↩
Sección segunda los diez mandamientos, Catecismo de la Iglesia Católica, § 2064 (1992). ↩
Sección segunda los diez mandamientos, Catecismo de la Iglesia Católica, § 2063 (1992). ↩ ↩2 ↩3
Papa Juan Pablo II. 6 de junio de 1999: Viaje Apostólico a Polonia, Elblag - Homilía (1999). ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5 ↩6 ↩7 ↩8 ↩9 ↩10 ↩11
En resumen, Catecismo de la Iglesia Católica, § 2051 (1992). ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5 ↩6 ↩7 ↩8 ↩9 ↩10 ↩11 ↩12
Dicasterio para las Causas de los Santos. Boleslava Lament: Omelia di beatificazione (5 giugno 1991), § 4 (1991). ↩ ↩2
Homilía del Santo Padre Juan Pablo II - Celebración de la Palabra en el Monte Sinaí - Peregrinación Jubilar de Su Santidad Juan Pablo II al Monte Sinaí, Papa Juan Pablo II. Peregrinación Jubilar al Monte Sinaí: Celebración de la Palabra en el Monte Sinaí (26 de febrero de 2000), § 3 (2000). ↩ ↩2 ↩3