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Cruz

Decreto de Ciro y regreso del exilio

El Decreto de Ciro es el documento real emitido por el rey persa Ciro II el Grande que, bajo la inspiración del Señor, permitió la restitución del pueblo judío a su patria y la reconstrucción del Templo de Jerusalén. Este acto histórico, descrito tanto en las Sagradas Escrituras como en la tradición patrística, marcó el fin del cautiverio babilónico y abrió una nueva etapa para la vida religiosa y nacional de Israel, sentando bases esenciales para la posterior expansión del cristianismo. A continuación se analizan su contexto histórico, el contenido del edicto, su cumplimiento práctico, su significado teológico y su legado en la historia de la Iglesia.

Tabla de contenido

Contexto histórico del cautiverio

El cautiverio babilónico

Tras la caída de Jerusalén en 586 a.C., la mayor parte de la población judía fue deportada a Babilonia, donde permaneció como siervos del imperio hasta la conquista persa de la región. Este exilio se interpretó como castigo divino por la idolatría y la desobediencia del pueblo (2 Crónicas 36:21‑22)1.

Ascenso de Ciro y la política persa

Ciro II, fundador del Imperio Persa, conquistó Babilonia en 539 a.C. y adoptó una política de tolerancia religiosa que buscaba integrar a los pueblos conquistados mediante la restitución de sus cultos y la devolución de sus lugares sagrados. La providencia divina «movió el espíritu» de Ciro para que emitiera un edicto a favor de los judíos (2 Crónicas 36:23)1.

Texto y alcance del decreto

Versión bíblica (Libro de Esdras)

En el primer capítulo de Esdras se reproduce el contenido esencial del edicto:

«Así dice Ciro, rey de Persia: El Señor, el Dios de los cielos, me ha dado todos los reinos de la tierra y me ha encargado que edifique una casa para él en Jerusalén, en Judá. Todo aquel que sea del pueblo de Dios, que el Señor su Dios esté con él, podrá subir a Jerusalén y reconstruir la casa del Señor, su Dios»2.

El texto también ordena la ayuda material a los retornados y la restitución de los utensilios sagrados (Esdras 1:4‑7)2.

Confirmación en Esdras 5‑6

Posteriormente, los gobernantes locales y el propio rey Dario reafirman el decreto, especificando las dimensiones del Templo y la financiación proveniente del tesoro real (Esdras 6:1‑5)3.

Cumplimiento del decreto

El regreso de los exiliados

Bajo la guía de Zorobabel y Jesúa, los judíos comenzaron a regresar a Jerusalén, llevando consigo ofrendas y recursos. El tesoro persa entregó los vasos sagrados que Nabucodonosor había tomado (Esdras 1:7‑8)2.

Reconstrucción del Templo

Se levantaron los cimientos del Templo en el año 536 a.C., y, pese a interrupciones y oposiciones, la obra culminó en el año 516 a.C., cumpliendo la promesa divina (Esdras 5:13‑16)4.

Impacto social y religioso

El retorno fortaleció la identidad nacional y religiosa del pueblo judío, permitiendo la restauración del culto del Señor y la reconstitución del sacerdocio. La Enciclopedia Católica señala que «Ciro, en el primer año de su dominio en Babilonia, emitió un edicto que permitió y recomendó el regreso de todos los hebreos a su patria, ordenó la reconstrucción del Templo y concedió un subsidio del tesoro real»5.

Significado teológico

Providencia divina

Los autores bíblicos y patrísticos interpretan el decreto como una manifestación de la Providencia de Dios, quien «movió el espíritu de Ciro» para cumplir la profecía de Jeremías (2 Crónicas 36:22‑23)1. El propio San Pablo alude a la acción de los gobernantes paganos como instrumentos de la voluntad divina (Hechos 24 23).

Tipología cristiana

El historiador eclesiástico ha comparado a Ciro con el Mesías, pues ambos liberan al pueblo del yugo y permiten la construcción de la Casa de Dios (Homilía de San Juan Pablo II, 1997)6. Esta tipología subraya la continuidad entre la obra de salvación del Antiguo y del Nuevo Testamento.

Influencia en la historia de la Iglesia

Modelo de tolerancia religiosa

El decreto de Ciro se ha citado como antecedente histórico de la política de tolerancia que la Iglesia ha defendido en diversos concilios, recordando que la libertad de culto es compatible con el orden civil cuando se basa en la justicia divina.

Patrimonio patrístico

Los Padres de la Iglesia, como San Agustín, reconocieron la acción de Ciro como «un instrumento de la gracia» que preparó el camino para la expansión del Evangelio. La Enciclopedia Católica destaca que «Ciro, al restaurar el Templo, facilitó la continuidad del culto que más tarde sería cumplido en Cristo»5.

Conclusión

El Decreto de Ciro constituye un hito fundamental en la historia de la salvación: mediante la voluntad divina, un rey pagano permitió el regreso del pueblo judío, la reconstrucción del Templo y la renovación de la vida religiosa. Este acto no solo marcó el fin del cautiverio babilónico, sino que también sentó las bases para la posterior aparición del cristianismo, demostrando que la mano de Dios actúa incluso a través de autoridades seculares para llevar a cabo su plan de redención.

Citas

  1. La Nueva Versión Estándar Revisada, Edición Católica (NRSV-CE). La Santa Biblia, § 2 Crónicas 36. 2 3

  2. La Nueva Versión Estándar Revisada, Edición Católica (NRSV-CE). La Santa Biblia, §Esdras 1. 2 3

  3. La Nueva Versión Estándar Revisada, Edición Católica (NRSV-CE). La Santa Biblia, §Esdras 6.

  4. La Nueva Versión Estándar Revisada, Edición Católica (NRSV-CE). La Santa Biblia, §Esdras 5.

  5. Cautiverios de los israelitas, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §Cautiverios de los Israelitas. 2

  6. Papa Juan Pablo II. 9 de marzo de 1997, Visita a la Parroquia Romana de San Gaudencio, § 2 (1997).