Dogma

En la doctrina católica, un dogma es una verdad revelada por Dios que la Iglesia propone de manera definitiva y vinculante para todos los fieles, cuya negación es considerada herejía y conlleva el anatema. Estos dogmas son puntos de referencia inmutables para la fe de la Iglesia y se fundamentan en la Sagrada Escritura y la Tradición Apostólica. No son invenciones eclesiásticas arbitrarias, sino verdades objetivas que expresan la revelación divina y guían la vida espiritual de los creyentes.
Tabla de contenido
Definición y Naturaleza del Dogma
Un dogma, en su sentido estricto, es una enseñanza en la que la Iglesia presenta una verdad revelada de manera definitiva y obligatoria para la Iglesia universal1. La negación de un dogma se considera herejía y está sujeta a anatema1. Esta comprensión moderna del dogma, que incluye componentes doctrinales y jurídicos, tiene sus raíces en la Sagrada Escritura, particularmente en la autoridad de «atar y desatar» que Jesús confirió a su Iglesia (Mt 16:19; 18:18)1.
Los dogmas son verdades divinas inmutables, lo que significa que su esencia no cambia con el tiempo, aunque la comprensión de su significado completo pueda desarrollarse gradualmente2. La Iglesia enseña que la revelación divina se dirige a la mente humana y expresa una verdad objetiva y real2. Por lo tanto, los dogmas no son meras guías para la acción, sino verdades que deben ser creídas mentalmente2.
La autoridad del Magisterio de la Iglesia, que proviene de Cristo, se ejerce plenamente al definir dogmas, ya sea proponiendo verdades contenidas directamente en la revelación divina o verdades que tienen una conexión necesaria con ella de manera definitiva3.
Fundamentos Teológicos
Los dogmas se interpretan a la luz de la plenitud de la doctrina y la vida de la Iglesia, ya que la Iglesia «perpetúa y transmite a todas las generaciones todo lo que ella es, todo lo que cree»1. Además, cada dogma individual debe entenderse dentro del conjunto de todos los dogmas, reconociendo su interconexión (nexus mysteriorum) y su «jerarquía de verdades»1,4. Esta jerarquía se basa en la diferente relación de los dogmas con el fundamento cristológico de la fe cristiana1. Aunque todas las verdades reveladas deben ser creídas con la misma fe divina, su significado y peso varían según su conexión con el misterio de Cristo1.
La enseñanza del Magisterio sobre la verdad revelada es un testimonio de la palabra de Dios, expresada a través del lenguaje humano5. Esta doctrina participa del carácter definitivo de la verdad divina revelada en Jesucristo, así como del carácter temporal y limitado del lenguaje humano5. La doctrina de la Iglesia no puede ser comprendida sin fe5.
Interpretación del Dogma
Los dogmas deben interpretarse de varias maneras5:
Como verbum rememorativum: Son un recuerdo de los poderosos actos de Dios presentados en la revelación, y deben explicarse dentro del contexto de la Escritura y la Tradición, de acuerdo con la analogía de la fe5.
Como verbum demonstrativum: No se limitan a las obras de salvación del pasado, sino que buscan expresar la salvación de manera efectiva en el presente. Deben presentarse con un significado salvífico, de forma viva, atractiva y estimulante para las personas de cada época5.
Como verbum prognosticum: Como testimonio de la verdad de la salvación y de las últimas cosas, los dogmas son declaraciones anticipatorias sobre el fin de todo. Deben generar esperanza y explicarse en términos del destino final del hombre y del universo, como un himno de alabanza a Dios5.
Clases de Verdades Reveladas y Dogmas
Los teólogos distinguen tres clases de verdades reveladas2:
Verdades formal y explícitamente reveladas: Aquellas que Dios ha comunicado de manera clara y directa en términos expresos. Los artículos del Credo de los Apóstoles son ejemplos de dogmas en sentido estricto cuando son propuestos o definidos por la Iglesia2.
Verdades formalmente, pero solo implícitamente, reveladas: Aquellas donde el lenguaje es algo oscuro y requiere una interpretación cuidadosa para determinar su significado. Ejemplos incluyen la Transustanciación, la infalibilidad papal y la Inmaculada Concepción2. Cuando son propuestas o definidas por la Iglesia, también son dogmas en sentido estricto2.
Verdades solo virtualmente reveladas: Aquellas que no están formalmente garantizadas por la palabra del que revela, sino que se infieren de algo formalmente revelado2. Existe diversidad de opiniones sobre si estas verdades se convierten en dogmas en sentido estricto al ser definidas por la Iglesia2.
Todas las doctrinas definidas por la Iglesia como contenidas en la revelación se entienden como formalmente reveladas, ya sea explícita o implícitamente2. Es un dogma de fe que la Iglesia es infalible al definir estas dos primeras clases de verdades reveladas, y la negación deliberada de uno de estos dogmas implica el pecado de herejía2.
Divisiones de los Dogmas
Los dogmas pueden clasificarse de diversas maneras2:
Generales o especiales: Los dogmas generales forman parte de la revelación destinada a la humanidad y transmitida por los Apóstoles, mientras que los especiales son verdades reveladas en revelaciones privadas (que, estrictamente hablando, no son dogmas en el sentido estricto)2.
Materiales o formales: Los dogmas materiales (o divinos) se consideran solo como revelados, haciendo abstracción de su definición por la Iglesia. Los dogmas formales (o católicos) se consideran tanto revelados como definidos por la Iglesia2.
Puros o mixtos: Los dogmas puros solo pueden conocerse por revelación (como la Trinidad o la Encarnación), mientras que los mixtos pueden conocerse tanto por revelación como por razonamiento filosófico (como la existencia y los atributos de Dios)2. Ambas clases son dogmas en sentido estricto cuando se consideran revelados y definidos2.
Simbólicos o no simbólicos: Los dogmas contenidos en los símbolos o credos de la Iglesia son simbólicos (por ejemplo, los artículos del Credo de los Apóstoles)2.
Según su grado de necesidad: Algunos dogmas son absolutamente necesarios para la salvación, mientras que la fe en otros es necesaria solo por precepto divino. Además, algunos dogmas deben conocerse y creerse explícitamente, mientras que para otros es suficiente una creencia implícita2.
Inmutabilidad y Desarrollo del Dogma
Los dogmas de la Iglesia son inmutables2. Sin embargo, la comprensión del dogma puede desarrollarse a lo largo de la historia, lo que implica una contribución humana a la comprensión doctrinal sin alterar la sustancia de la revelación apostólica6. Este desarrollo no significa que los dogmas cambien en su verdad esencial, sino que la Iglesia profundiza en su comprensión de las verdades reveladas2.
La hostilidad moderna hacia la religión dogmática a menudo surge de la percepción de que los dogmas son creaciones arbitrarias de la autoridad eclesiástica2. Sin embargo, la doctrina católica sostiene que Dios reveló verdades y estableció un Magisterio oficial e infalible para enseñarlas e interpretarlas2. La Iglesia y el Sumo Pontífice poseen el privilegio de la infalibilidad en la enseñanza de la fe y la moral, lo que garantiza que los dogmas definidos son verdades contenidas en la revelación divina2.
Conexión con la Vida Espiritual
Existe una conexión orgánica entre la vida espiritual de los fieles y los dogmas7. Los dogmas son como luces que iluminan el camino de la fe y lo hacen seguro7. Recíprocamente, una vida recta abre la mente y el corazón para acoger la luz que arrojan los dogmas de la fe7. Creer en Dios implica creer todo lo que Él ha revelado y lo que la Santa Iglesia propone para nuestra creencia8.
En resumen, los dogmas católicos son verdades fundamentales de la fe, reveladas por Dios y propuestas por la Iglesia de manera vinculante. Son inmutables en su esencia, aunque su comprensión puede profundizarse con el tiempo, y sirven como pilares esenciales para la doctrina y la vida espiritual de los católicos.
Citas
B. Los fundamentos teológicos - III. Reflexiones teológicas básicas y fundamentales - 3. Dogmas en sentido estricto, Comisión Teológica Internacional. La interpretación del dogma, §B.III.3 (1989). ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5 ↩6 ↩7
Dogma, La Prensa de la Enciclopedia. Enciclopedia Católica, §Dogma. ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5 ↩6 ↩7 ↩8 ↩9 ↩10 ↩11 ↩12 ↩13 ↩14 ↩15 ↩16 ↩17 ↩18 ↩19 ↩20 ↩21 ↩22 ↩23
III. La interpretación del depósito de la fe, Catecismo de la Iglesia Católica, § 88 (1992). ↩
III. La interpretación del depósito de la fe, Catecismo de la Iglesia Católica, § 90 (1992). ↩
B. Los fundamentos teológicos - III. Reflexiones teológicas básicas y fundamentales - 2. La enseñanza de la Iglesia (dogma en sentido amplio), Comisión Teológica Internacional. La interpretación del dogma, §B.III.2 (1989). ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5 ↩6 ↩7
Michael Seewald, David Bentley Hart, et al. Reseñas de libros (Nova et Vetera, Vol. 18, Núm. 4), § 3. ↩
III. La interpretación del depósito de la fe, Catecismo de la Iglesia Católica, § 89 (1992). ↩ ↩2 ↩3
En resumen, Catecismo de la Iglesia Católica, § 1842 (1992). ↩