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Dogma de la fundación de la Iglesia por Cristo

La doctrina que afirma que Jesucristo fundó la Iglesia constituye el núcleo de la identidad católica. Este dogma sostiene que, a partir de su muerte y resurrección, el Señor eligió a los doce apóstoles, les confirió autoridad apostólica y estableció la Iglesia como sacramento de salvación, garantizando la continuidad de la fe mediante la sucesión apostólica y la transmisión del deposito de la fe. El presente artículo expone los fundamentos bíblicos, doctrinales y canónicos de este dogma, sus implicaciones para la vida eclesial y su desarrollo a lo largo de la historia de la Iglesia.

Tabla de contenido

Introducción

El dogma de la fundación de la Iglesia por Cristo declara que la comunidad de los fieles no es una creación humana, sino el resultado directo de la voluntad salvadora del Señor. Desde los Evangelios hasta los documentos del Concilio Vaticano II, pasando por el Catecismo y las declaraciones del Cuerpo de Doctrina de la Fe, la Iglesia ha reiterado que su origen, autoridad y misión se encuentran arraigados en el acto fundacional de Cristo. Esta verdad se refleja en la apostolicidad, la unidad, la santidad y la catholicidad que caracterizan a la Iglesia.

Fundamento doctrinal

La apostolía y la institución

Jesús llamó a doce discípulos, los nombró apóstoles (del griego apostolos, «enviados») y los envió a proclamar el Evangelio. Sobre ellos fundó la Iglesia y les confirió una misión permanente1. El Catecismo subraya que la Iglesia es apostólica porque «fue fundada por los apóstoles» y que esta apostolicidad se mantiene «en la sucesión apostólica»2. La apostolía se manifiesta en la jerarquía eclesial y en el apostolado de todos los fieles1.

La autoridad eclesial

El Señor entregó a los apóstoles la autoridad para enseñar, gobernar y celebrar los sacramentos. Esta autoridad se perpetúa en los obispos, quienes, en unión con el Papa, son sucesores de los apóstoles3. El documento Lumen Gentium afirma que Cristo «colocó a Pedro sobre los demás apóstoles y instituyó en él una fuente visible y permanente de unidad de fe y comunión»3, fundamento del magisterio infalible.

La continuidad histórica

Desde la fundación hasta la actualidad, la Iglesia ha preservado la fe mediante la transmisión del deposito de la fe y la sucesión apostólica. El Catecismo declara que la Iglesia «es la misma comunidad de fe que ha existido desde la fundación»1. La historia viva de la Iglesia se evidencia en la transmisión doctrinal, los sacramentos y la vida de la comunidad de los fieles4.

Bases bíblicas

Evangelios y la elección de los apóstoles

En los Evangelios, Jesús «eligió a los doce y los envió a predicar» (Marcos 3:13‑14)1. Este acto es interpretado como la fundación institucional de la Iglesia, pues los apóstoles son los primeros líderes de la comunidad cristiana5.

El mandato apostólico y el bautismo

El mandato «Id y haced discípulos… bautizándolos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo» (Mateo 28:19‑20) constituye la gran comisión que da origen al apostolado universal5. El bautismo, según la tradición, es el medio por el cual los fieles se incorporan a la Iglesia fundada por Cristo5.

Declaraciones eclesiásticas

Lumen Gentium (Concilio Vaticano II)

La Constitución dogmática describe a la Iglesia como «la comunidad de los fieles que el Señor fundó con la ayuda de los apóstoles» y destaca la autoridad apostólica como fundamento esencial3.

Catecismo de la Iglesia Católica

El Catecismo afirma que la Iglesia es apostólica porque «fue fundada por los apóstoles» y que la sucesión apostólica garantiza la continuidad de la enseñanza y la gracia sacramental2. Asimismo, señala que la Iglesia es «la comunidad de los fieles bautizados que continúan en la fe»1.

Ad Gentes y otros documentos del Vaticano II

Ad Gentes declara que Cristo, tras su muerte y resurrección, «fundó su Iglesia como sacramento de salvación y envió a sus apóstoles al mundo»5, subrayando la misión evangelizadora inherente al dogma.

Dominus Iesus (CDF)

La declaración del Cuerpo de Doctrina de la Fe proclama que la Iglesia es «un misterio salvador constituido por Cristo mismo» y que «la plenitud del misterio salvador de Cristo pertenece a la Iglesia»6, reforzando la unicidad y universalidad del cuerpo fundado por el Señor.

Pronunciamientos papales

El Papa Juan Pablo II enfatizó que la Iglesia fue «fundada sobre los apóstoles para continuar la misión de Cristo» y que todo su apostolado es respuesta a la misión confiada por el Señor7. En 2004, el mismo pontífice señaló que la transmisión del «buenas nuevas y los sacramentos» a cada generación constituye la realización del objetivo esencial de la Iglesia8.

Implicaciones dogmáticas

La Iglesia como comunidad de fe

El dogma implica que la Iglesia es comunidad de los fieles unidos por el bautismo y la fe, bajo la autoridad de Cristo y sus sucesores. Esta comunidad es el cuerpo místico de Cristo, inseparable de su persona6.

La sucesión apostólica

La sucesión apostólica garantiza que la enseñanza y la gracia sacramental se transmitan sin ruptura. Los obispos, asistidos por sacerdotes y diáconos, son los custodios de esta continuidad2.

La universalidad y la misión evangelizadora

Al haber sido fundada por Cristo «para todos los tiempos y lugares», la Iglesia posee una misión universal de proclamar el Evangelio y ofrecer los medios de salvación a toda la humanidad5. Esta misión se realiza a través del apostolado de todos los fieles y de la autoridad magisterial.

Conclusión

El dogma de la fundación de la Iglesia por Cristo constituye la piedra angular de la fe católica. A través de la elección de los doce apóstoles, la transmisión de la autoridad apostólica y la perpetuación de la misión salvadora, la Iglesia se mantiene como la comunidad viva del pueblo de Dios. Los documentos conciliares, el Catecismo y las declaraciones magisteriales confirman que esta verdad no solo es histórica, sino que sigue guiando la vida, la enseñanza y la evangelización de la Iglesia en el mundo contemporáneo.

Citas

  1. Parte primera - La fe de la Iglesia - III. Creemos en Dios Padre, creador del cielo y de la tierra, y en nuestro Salvador Jesucristo, y en el Espíritu Santo, el Señor y dador de vida - C. La Iglesia: un icono de la Santísima Trinidad - 2. La Iglesia es una, santa, católica y apostólica - D. La Iglesia es apostólica, Sínodo de la Iglesia Greco-Católica Ucraniana. Catecismo de la Iglesia Católica Ucraniana: Cristo – Nuestra Pascua, § 294 (2016). 2 3 4 5

  2. Sección segunda I. Los credos, Catecismo de la Iglesia Católica, § 857. 2 3

  3. Capítulo III - Sobre la estructura jerárquica de la Iglesia y en particular sobre el episcopado, Concilio Vaticano II. Lumen Gentium, § 18 (1964). 2 3

  4. Parte tercera: El mensaje cristiano - Significado y propósito de esta parte - Capítulo II: Los elementos más destacados del mensaje cristiano - La Iglesia, pueblo de Dios e institución salvífica, Sagrada Congregación para el Clero. Directorio Catequético General, § 65 (1971).

  5. Capítulo I - Principios doctrinales, Concilio Vaticano II. Ad Gentes, § 5 (1965). 2 3 4 5

  6. IV. Unicidad y unidad de la Iglesia, Congregación para la Doctrina de la Fe. Declaración «Dominus Iesus»: Sobre la unicidad y la universalidad salvífica de Jesucristo y de la Iglesia, § 16 (2000). 2

  7. Papa Juan Pablo II. 13 septiembre 1984, Celebración de la Palabra con sacerdotes, religiosos y laicos, § 3 (1984).

  8. Papa Juan Pablo II. Mensaje al Presidente del Comité Pontificio de Ciencias Históricas (16 de abril de 2004), § 4 (2004).