Dogmas sobre el ser humano
El ser humano ocupa un lugar central en la doctrina católica: es creado a imagen y semejanza de Dios, posee una dignidad inviolable y una vocación a la comunión con el Creador que se realiza plenamente en Cristo. Estos principios se expresan en varios dogmas fundamentales –el dogma de la Imago Dei, el de la encarnación, el de la inmortalidad del alma y el de la dignidad humana– que guían la enseñanza moral, la pastoral y la reflexión bioética de la Iglesia.
Tabla de contenido
Doctrina de la Imago Dei
Fundamento bíblico y patrístico
Desde el Génesis se afirma que Dios creó al hombre a su imagen y semejanza (Gn 1,26‑27). La Congregación para la Doctrina de la Fe recalca que «el amor del Creador imprime rasgos indelebles de su imagen en cada persona»1. San Ireneo y San Juan Damasceno distinguían entre «imagen» y «semejanza», resaltando que la libertad humana permite que la semejanza a Dios crezca bajo la acción del Espíritu Santo2.
Confirmación magisterial
El Catecismo de la Iglesia Católica señala que «el ser humano es el único ser creado capaz de conocer y amar a su Creador» (n. 356) y que su dignidad deriva de esa condición única3. La Declaración Dignitas infinita subraya que la dignidad humana «proviene del amor del Creador, que ha impreso la imagen de Dios en cada persona»4.
Dignidad humana como dogma
Carácter ontológico e inviolable
La dignidad del ser humano es ontológica, es decir, inherente al hecho de ser persona, y no depende de circunstancias externas. La Carta Samaritanus bonus afirma que «cualquier condición física o psicológica no anula la dignidad original del ser humano»5. Asimismo, la instrucción Dignitatis Personae declara que «el ser humano posee un valor absoluto, creado a imagen de Dios, que no puede ser reducido a un mero instrumento»6.
Implicaciones en la vida y la muerte
Según la Carta Samaritanus bonus (III), la vida humana es «un don sagrado e inviolable» que debe ser protegido desde la concepción hasta la muerte natural7. La Declaración Dignitas infinita (2) afirma que «toda persona posee una dignidad infinita, presente en cualquier circunstancia, estado o situación»4. La Congregación para la Doctrina de la Fe, en su discurso de Juan Pablo II, señala que cualquier violación de la integridad física o moral del ser humano «representa un desprecio de la voluntad divina»8.
La encarnación y la unión cuerpo‑alma
Dogma de la encarnación
El dogma de la encarnación declara que el Verbo se hizo carne, uniendo divinidad y humanidad en la persona de Jesucristo. La Encíclica Evangelium vitae (citado en la instrucción bioética) describe la vida humana como «manifestación de Dios en el mundo, señal de su presencia»9. La Misa y el Catecismo explican que la encarnación revela la plenitud del ser humano: cuerpo y alma forman una unidad inseparable que participa de la gloria divina10.
Consecuencia para la doctrina del alma
El magisterio sostiene que el alma humana es inmortal y recibe su dignidad desde el momento de la concepción. La teología de Basil Cole indica que «la dignidad del individuo comienza en el instante en que el alma se infunde al cuerpo»3. Esta enseñanza sustenta la oposición de la Iglesia a la eutanasia y al aborto, pues la vida humana posee valor intrínseco desde su inicio.
Implicaciones éticas y bioéticas
Respeto a la vida en la práctica pastoral
El programa del Buen Samaritano promueve la acompañamiento misericordioso de los enfermos, reconociendo su dignidad sin importar su estado de salud7. La Congregación para la Doctrina de la Fe, en la Declaración Dignitas infinita (22), destaca que la libertad humana permite manifestar la dignidad, pero el pecado nunca la anula2.
Postura frente a la biotecnología
En la Instrucción sobre ciertas cuestiones bioéticas se afirma que «la discriminación basada en criterios biológicos, psicológicos o de salud debe ser excluida» y que «toda vida humana es siempre un bien»9. La Conferencia de los Obispos de EE. UU. (USCCB) reitera que actos como la clonación o la investigación con embriones son intrínsecamente malos11.
Desarrollo histórico del dogma
De los Padres de la Iglesia al Concilio Vaticano II
Los Padres de la Iglesia (Ireneo, Basilio el Grande) ya vinculaban la dignidad humana con la imagen divina y la misión del Espíritu Santo12,13. El Concilio Vaticano II, en Gaudium et spes n. 76, subraya que la dignidad humana es fundamento del bien común y que los gobiernos deben proteger «los derechos y deberes de la persona humana»8.
Actualidad bajo el pontificado de León XIV
El Papa León XIV, continuando la tradición de Juan Pablo II y Francisco, reafirma la centralidad de la dignidad humana en sus documentos pastorales, insistiendo en que «el ser humano es llamado a reflejar la gloria del Padre y a compartir la vida eterna»14.
Conclusión
Los dogmas sobre el ser humano forman el núcleo de la enseñanza católica: la Imago Dei, la dignidad inviolable, la encarnación y la inmortalidad del alma constituyen verdades de fe que orientan la vida moral, la pastoral y la reflexión bioética de la Iglesia. Reconocer y vivir según estos principios es, según la doctrina, participar del plan de salvación que Dios ha dispuesto para toda la humanidad.
Citas
B2. La Iglesia proclama, promueve y garantiza la dignidad humana - La imagen indeleble de Dios, Congregación para la Doctrina de la Fe. Declaración «Dignitas Infinita» sobre la dignidad humana, § 18 (2024). ↩
B2. La Iglesia proclama, promueve y garantiza la dignidad humana - Un compromiso con la propia libertad, Congregación para la Doctrina de la Fe. Declaración «Dignitas Infinita» sobre la dignidad humana, § 22 (2024). ↩ ↩2
Basil Cole, O.P. Fundamentos teológicos, el trasfondo a veces oculto de la bioética católica, § 6. ↩ ↩2
Introducción, Congregación para la Doctrina de la Fe. Declaración «Dignitas Infinita» sobre la dignidad humana, § 1 (2024). ↩ ↩2
III. El «corazón que ve» del samaritano: La vida humana es un don sagrado e inviolable, Congregación para la Doctrina de la Fe. Carta Samaritanus bonus sobre el cuidado de las personas en las fases críticas y terminales de la vida (14 de julio de 2020), § III. (2020). ↩
Sobre la instrucción Dignitatis Personae - Primera parte: Aspectos antropológicos, teológicos y éticos de la vida humana y la procreación - Fe y dignidad humana, Congregación para la Doctrina de la Fe. Sobre la Instrucción Dignitatis Personae, §Primera Parte (2008). ↩
III. El «corazón que ve» del samaritano: La vida humana es un don sagrado e inviolable, Congregación para la Doctrina de la Fe. Samaritanus bonus, § III (2020). ↩ ↩2
Papa Juan Pablo II. Discurso del Santo Padre Juan Pablo II a Su Excelencia el señor Hermes Herrera Hernández, nuevo Embajador de Cuba ante la Santa Sede (2 de marzo de 1992) - Discurso, § 2 (1992). ↩ ↩2
Primera parte: Aspectos antropológicos, teológicos y éticos de la vida humana y la procreación, Congregación para la Doctrina de la Fe. Instrucción sobre algunas cuestiones de bioética, § 8 (2008). ↩ ↩2
Sección segunda los siete sacramentos de la Iglesia, Catecismo de la Iglesia Católica, § 1286. ↩
Introducción, Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos. Formando conciencias para una ciudadanía fiel, §PARTE I. ↩
Sebastian Walshe, O.Praem. Principios trinitarios de la inspiración bíblica, § 5. ↩
Sebastian Walshe, O.Praem. Principios trinitarios de la inspiración bíblica, § 6. ↩
B2. La Iglesia proclama, promueve y garantiza la dignidad humana, Congregación para la Doctrina de la Fe. Declaración «Dignitas Infinita» sobre la dignidad humana, § 21 (2024). ↩
