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Cruz

Don de sanación

El don de sanación es un carisma del Espíritu Santo que permite a algunos miembros del Pueblo de Dios manifestar, mediante la oración, el gesto sacramental o la intercesión, el poder curativo de la gracia divina. Este don se inserta dentro del amplio mandato cristiano de «curar a los enfermos» (Mt 10, 8) y se relaciona tanto con los sacramentos de curación como con la acción de los medios naturales de medicina, siempre bajo la discernida guía de la Iglesia.

Definición y fundamento bíblico

El don de sanación (del griego charisma = regalo) se describe en la Carta a los Corintios: «el Espíritu Santo da a algunos un don especial de sanación para manifestar el poder de la gracia del Señor resucitado»1. En el Evangelio, Jesús confiere a sus apóstoles la autoridad de «curar a los enfermos» (Mt 10, 8) y promete que «los que crean… pondrán sus manos sobre los enfermos y serán sanados» (Mc 16, 18)2. La Epístola de Santiago codifica la práctica sacramental: «¿Hay alguno entre vosotros enfermo? Llame a los presbíteros… y oren sobre él, ungido con aceite en el nombre del Señor; la oración de fe salvará al enfermo»3.

Dimensiones teológicas

1. Sanación por gracia divina vs. sanación natural

La Iglesia distingue dos tipos de curación: por gracia divina y por los poderes de la naturaleza. Ambas no se excluyen mutuamente; la posibilidad de una curación sobrenatural no anula la obligación de recurrir a los medios médicos disponibles, los cuales son «poderes de la naturaleza» puestos a disposición del ser humano4. El Catecismo afirma que «Heal the sick!» es una carga que la Iglesia lleva a cabo tanto mediante la oración como mediante la atención médica2.

2. El carisma de sanación como don del Espíritu

El carisma de sanación no está reservado a una clase específica de fieles; el Espíritu lo reparte según su voluntad (1 Cor 12, 11). No se trata de una «capacidad humana» sino de una gracia que se manifiesta, a menudo, en la oración comunitaria, la unción con óleo y la intercesión de los santos1. La propia intensidad de la oración no garantiza la curación de todas las enfermedades; la gracia puede ser «suficiente» aun en la debilidad (2 Cor 12, 9)1.

Los sacramentos de curación

Anointamiento de los enfermos

El Sacramento del Anointamiento de los Enfermos es la expresión sacramental más directa del don de sanación. El rito incluye la unción con óleo bendecido y la oración del sacerdote, invocando al Señor «Doctor de almas y cuerpos» para que «sanen en cuerpo, alma y espíritu»5. La Conferencia de la Doctrina de la Fe subraya que este sacramento no solo busca la curación física, sino también la reconciliación espiritual y la unión al sufrimiento de Cristo3.

Eucaristía y reconciliación

La Eucaristía es considerada «el sacramento de curación por excelencia», pues contiene «a Cristo mismo, nuestro Pascha», que sana tanto el corazón como el cuerpo5. La Confesión (Sacramento de la Penitencia) también participa del don al liberar al enfermo de la culpa que agrava el sufrimiento, permitiendo una apertura más plena a la gracia curadora.

Ministerio y discernimiento

1. Discernimiento pastoral

Los cristianos están llamados a ejercer ministerios de sanación con discernimiento, respetando la dignidad humana y evitando la explotación de la vulnerabilidad de los enfermos5. La Iglesia invita a acompañar a los enfermos con presencia, oración y cuidados médicos, integrando la dimensión espiritual y corporal del ser humano.

2. Historias de santos y milagros

A lo largo de la historia, la Iglesia reconoce a santos milagrosos que, por la acción del Espíritu, realizaron curaciones extraordinarias. Sin embargo, la doctrina distingue entre estos milagros y el carisma de sanación como un don que no siempre produce curaciones visibles, pero sí testifica la presencia del poder de Cristo en la comunidad.

Aplicación contemporánea

Salud mental y acompañamiento

En situaciones como la pandemia de COVID‑19, la Iglesia ha enfatizado la necesidad de acompañamiento psicosocial, combinando la catequesis sobre los sacramentos de curación con la atención psicológica y médica. El objetivo es «reestablecer la comunión con Dios y con los hermanos» mediante la Eucaristía y la oración5.

Ética y cuidados médicos

Los Directrices Éticas y Religiosas para los Servicios de Salud Católicos afirman que el cuidado de la salud es una expresión del amor de Cristo, quien «curó a los enfermos y buscó su bienestar integral»6. Por ello, la práctica médica debe estar imbuida de la solidaridad cristiana y acompañada de la oración por la sanación.

Críticas y malentendidos

Algunos grupos intentan explotar el carisma mediante «reuniones de curación» que prometen milagros garantizados, lo cual la Congregación para la Doctrina de la Fe advierte como riesgo de daño espiritual y desvío del verdadero propósito del don1. El auténtico don de sanación siempre se subordina a la voluntad de Dios y al bien del enfermo, no a la fama o al lucro.

Conclusión

El don de sanación constituye una expresión concreta del amor redentor de Cristo, canalizado a través del Espíritu Santo hacia los miembros del Pueblo de Dios. Integrado con los sacramentos, la medicina natural y el discernimiento pastoral, este carisma invita a la Iglesia a ser una comunidad que cura, ofreciendo esperanza y acompañamiento a los enfermos mientras testifica la victoria del Reino de Dios sobre el sufrimiento.

Citas

  1. Sección segunda los siete sacramentos de la Iglesia, Catecismo de la Iglesia Católica, § 1508. 2 3 4

  2. I. Aspectos doctrinales - 5. El «carisma de sanación» en el presente contexto, Congregación para la Doctrina de la Fe. Instrucción sobre las oraciones de sanación, § 2000 (2000). 2

  3. Capítulo XII - Unción de los enfermos - 91. La sanación de los enfermos, signo de la venida del reino, Congregación para las Iglesias Orientales. Instrucción para la Aplicación de las Prescripciones Litúrgicas del Código de Cánones de las Iglesias Orientales, § 91 (1996). 2

  4. Directrices para la evaluación del reiki como terapia alternativa - I. Sanación por gracia divina y sanación por poderes naturales, Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos. Directrices para la Evaluación del Reiki como Terapia Alternativa, § 2 (2009).

  5. Pontificio Consejo para el Diálogo Interreligioso. Testimonio cristiano en un mundo multirreligioso, §Principios 5 (2011). 2 3 4

  6. Directrices para la evaluación del reiki como terapia alternativa - I. Sanación por gracia divina y sanación por poderes naturales, Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos. Directrices para la Evaluación del Reiki como Terapia Alternativa, § 3 (2009).