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Dones del Espíritu Santo

Los dones del Espíritu Santo son disposiciones permanentes que perfeccionan las virtudes en los fieles, haciéndolos dóciles para seguir las inspiraciones divinas. Tradicionalmente, la Iglesia Católica identifica siete dones: sabiduría, entendimiento, consejo, fortaleza, conocimiento, piedad y temor de Dios. Estos dones se otorgan en plenitud a Cristo y se comunican a los cristianos, sustentando su vida moral y capacitándolos para una obediencia más pronta a la voluntad divina. Además de estos, la Iglesia también reconoce los carismas, que son gracias especiales del Espíritu Santo destinadas a la edificación de la Iglesia y al bien común.

Tabla de contenido

Origen Bíblico y Desarrollo Teológico

Los dones del Espíritu Santo tienen su origen en las Escrituras, particularmente en el profeta Isaías, quien describe al futuro Mesías con atributos que luego serían identificados como dones del Espíritu Santo: «El espíritu del Señor reposará sobre él: espíritu de sabiduría y de inteligencia, espíritu de consejo y de fortaleza, espíritu de conocimiento y de temor del Señor. Y su deleite será el temor del Señor» (Isaías 11:2-3)1,2,3. La traducción de la Septuaginta y la Vulgata añadió el don de piedad y eliminó la repetición del temor del Señor, resultando en los siete dones que la tradición católica reconoce1.

San Ireneo también menciona el don séptuple, afirmando que Dios dio este mismo Espíritu a la Iglesia al enviar al Consolador1. San Gregorio Magno ilustró la dinámica sobrenatural que el Espíritu imparte al alma, enumerando los dones en orden inverso y describiendo cómo conducen a la vida celestial1. El Catecismo de la Iglesia Católica (CIC) considera estos dones como un despertar especial del alma humana y sus facultades a la acción del Paráclito1.

Los Siete Dones del Espíritu Santo

Los siete dones del Espíritu Santo son sabiduría, entendimiento, consejo, fortaleza, conocimiento, piedad y temor de Dios4,5,6. Estos dones completan y perfeccionan las virtudes de quienes los reciben, haciendo a los fieles dóciles para obedecer las inspiraciones divinas4,7.

Sabiduría

La sabiduría permite discernir y juzgar rectamente las cosas según la mente de Dios1,8. Concede una profunda comprensión de las verdades divinas y cómo se aplican a la vida.

Entendimiento

El entendimiento otorga una penetración más profunda en las verdades de la fe, permitiendo al creyente captar el significado de los misterios divinos1,8.

Consejo

El consejo capacita para tomar decisiones prudentes en situaciones morales complejas, guiado por la inspiración divina1,8. Ayuda a discernir el camino correcto a seguir para la propia santificación y el bien de los demás.

Fortaleza

La fortaleza (o don de la fuerza) infunde valor y constancia para perseverar en la fe y superar las dificultades y tentaciones, incluso frente a la persecución1,8.

Conocimiento

El conocimiento permite ver la verdad de las cosas creadas en relación con Dios, reconociendo su valor y su propósito divino1,8. Ayuda a evitar el apego desordenado a las cosas materiales.

Piedad

La piedad inspira un amor filial y reverente hacia Dios como Padre, y una actitud de caridad hacia el prójimo1,8. Fomenta la devoción y el respeto por las cosas sagradas.

Temor de Dios

El temor de Dios no es un miedo servil, sino un respeto filial y reverencial que nos aparta del pecado por amor a Dios y por temor a ofenderle1,8. También incluye el temor a las consecuencias del pecado y el juicio divino.

Estos dones son disposiciones permanentes que hacen al hombre dócil a las inspiraciones del Espíritu Santo, llevando a la madurez la vida sobrenatural que la gracia obra en cada ser humano1,7.

Dones Carismáticos (Carismas)

Además de los siete dones del Espíritu Santo, la Iglesia Católica reconoce los carismas, que son gracias especiales del Espíritu Santo destinadas a la edificación de la Iglesia y al bien de los hombres9,10,11. San Pablo los describe en sus cartas, especialmente en 1 Corintios 12, donde menciona diversas manifestaciones del Espíritu para el bien común12,13.

Entre los carismas se encuentran el don de la sabiduría, el don del conocimiento, la fe, los dones de curación, el don de hacer milagros, la profecía, el discernimiento de espíritus, el don de lenguas y la interpretación de lenguas12,14,13. Otros carismas incluyen el don de gobierno y el don de ayuda12,13.

Propósito de los Carismas

Los carismas, ya sean extraordinarios o sencillos y humildes, benefician directa o indirectamente a la Iglesia10. Su propósito es la vitalidad apostólica y la santidad de todo el Cuerpo de Cristo, siempre que sean genuinos y se utilicen en plena conformidad con las auténticas inspiraciones del Espíritu, es decir, en caridad, que es la verdadera medida de todos los carismas15,11.

Discernimiento de Carismas

Es necesario discernir los carismas, y ningún carisma está exento de ser referido y sometido a los pastores de la Iglesia. Su oficio es «no extinguir el Espíritu, sino examinarlo todo y quedarse con lo bueno»16. Esto asegura que todos los carismas, diversos y complementarios, trabajen juntos «para el bien común»17,16.

Relación con las Virtudes y la Vida Cristiana

Los dones del Espíritu Santo no reemplazan las virtudes teologales (fe, esperanza y caridad) ni las virtudes morales (prudencia, justicia, fortaleza y templanza), sino que las perfeccionan4. Mientras que las virtudes morales disponen nuestras facultades apetitivas a obedecer la razón, los dones nos perfeccionan para obedecer prontamente al Espíritu Santo8,3. Son como «disposiciones permanentes que hacen al hombre dócil en el seguimiento de las inspiraciones del Espíritu Santo»7.

La vida moral de los cristianos se sostiene por estos dones, que llevan a la madurez la vida sobrenatural obrada por la gracia1. Los dones son maravillosamente adaptados a nuestras disposiciones espirituales, perfeccionándolas y abriéndolas de manera especial a la acción de Dios1.

Frutos del Espíritu Santo

Los frutos del Espíritu son perfecciones que el Espíritu Santo forma en nosotros como primicias de la gloria eterna18. La tradición de la Iglesia enumera doce frutos: «caridad, gozo, paz, paciencia, longanimidad, bondad, benignidad, mansedumbre, fidelidad, modestia, continencia, castidad»18. Estos frutos son signos de la presencia del Espíritu Santo en el creyente y de una vida vivida en conformidad con la voluntad divina19.

Conclusión

Los dones del Espíritu Santo son esenciales para la vida cristiana, capacitando a los fieles para una respuesta más plena y dócil a la gracia divina. Junto con los carismas, enriquecen a la Iglesia y a cada creyente, impulsándolos hacia la santidad y la edificación del Cuerpo de Cristo. La comprensión y la apertura a estos dones son fundamentales para vivir una vida en el Espíritu, buscando siempre el bien común y la gloria de Dios.

Citas

  1. Papa Juan Pablo II. Carta a los Sacerdotes, 1998, § 3 (1998). 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15

  2. Parte tercera - La vida de la Iglesia - I. La vida espiritual—vida en el Espíritu Santo - A. Los signos, dones y frutos de la acción del Espíritu Santo - 2. Los dones del Espíritu Santo, Sínodo de la Iglesia Greco-Católica Ucraniana. Catecismo de la Iglesia Católica Ucraniana: Cristo – Nuestra Pascua, § 719 (2016).

  3. R. E. Houser. Recogiendo los pedazos de una cultura destrozada: Abandonando a Sartre por Aquino, § 19. 2

  4. III. Los dones y frutos del Espíritu Santo, Catecismo de la Iglesia Católica, § 1831 (1992). 2 3

  5. Audiencia general del 9 de abril de 2014, Papa Francisco. Audiencia General del 9 de Abril de 2014, § Introducción (2014).

  6. En resumen, Catecismo de la Iglesia Católica, § 1845 (1992).

  7. III. Los dones y frutos del Espíritu Santo, Catecismo de la Iglesia Católica, § 1830 (1992). 2 3

  8. R. E. Houser. Recogiendo los pedazos de una cultura destrozada: Abandonando a Sartre por Aquino, § 20. 2 3 4 5 6 7 8

  9. Párrafo 2. La Iglesia - Pueblo de Dios, Cuerpo de Cristo, Templo del Espíritu Santo, Catecismo de la Iglesia Católica, § 798 (1992).

  10. Párrafo 2. La Iglesia - Pueblo de Dios, Cuerpo de Cristo, Templo del Espíritu Santo, Catecismo de la Iglesia Católica, § 799 (1992). 2

  11. II. La gracia, Catecismo de la Iglesia Católica, § 2003 (1992). 2

  12. Espíritu Santo, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §Espíritu Santo. 2 3

  13. La Nueva Versión Estándar Revisada, Edición Católica (NRSV-CE). La Santa Biblia, § 1 Corintios 12. 2 3

  14. Hilario de Poitiers. Sobre la Trinidad - Libro VIII, § 30 (359).

  15. Párrafo 2. La Iglesia - Pueblo de Dios, Cuerpo de Cristo, Templo del Espíritu Santo, Catecismo de la Iglesia Católica, § 800 (1992).

  16. Párrafo 2. La Iglesia - Pueblo de Dios, Cuerpo de Cristo, Templo del Espíritu Santo, Catecismo de la Iglesia Católica, § 801 (1992). 2

  17. Párrafo 5. La comunión de los santos, Catecismo de la Iglesia Católica, § 951 (1992).

  18. III. Los dones y frutos del Espíritu Santo, Catecismo de la Iglesia Católica, § 1832 (1992). 2

  19. Romanus Cessario, O.P. Religión y los dones del Espíritu Santo, § 6.