Ecología integral y enseñanza social
La ecología integral es un concepto central en la enseñanza social católica, particularmente articulado por el Papa Francisco en su encíclica Laudato Si'. Este enfoque reconoce que las crisis ambientales y sociales están intrínsecamente interconectadas, y que las soluciones deben abordar ambas dimensiones de manera unificada. No se trata de dos crisis separadas, sino de una única y compleja crisis socioambiental que exige una visión holística y un compromiso con el desarrollo humano integral y el bien común.
Tabla de contenido
Orígenes y Desarrollo del Concepto de Ecología Integral
El concepto de ecología integral se enraíza en la tradición de la enseñanza social católica, que ha evolucionado para abordar los desafíos contemporáneos. Si bien el término fue popularizado por el Papa Francisco, la preocupación por el desarrollo humano y la interconexión de sus aspectos ya se manifestaba en documentos previos1.
El Desarrollo Humano Integral como Precursor
El «desarrollo humano integral» fue introducido por primera vez por el beato Papa Pablo VI en 1967, dos años después del Concilio Vaticano II1. Pablo VI no partió de la concepción económica del desarrollo, sino que estableció criterios fundamentales para medir si los cambios sociales merecían ser considerados un auténtico desarrollo humano. Este enfoque proporcionó un marco para entender el desarrollo de una manera más holística1.
El principio del desarrollo humano integral es considerado central en la enseñanza social católica, abarcando desde Populorum Progressio hasta Sollicitudo Rei Socialis y Caritas in Veritate, y ha sido retomado por el Papa Francisco en Evangelii Gaudium y, de manera prominente, en Laudato Si'1.
La Contribución de Benedicto XVI y Francisco
Tanto el Papa Benedicto XVI como el Papa Francisco han abordado la creciente realidad de la crisis ecológica, introduciendo enseñanzas sociales innovadoras relacionadas con la ecología integral2. Benedicto XVI observó que la globalización nos ha convertido en vecinos, pero no en hermanos y hermanas, y afirmó que «El Libro de la Naturaleza es uno e indivisible: abarca no solo el medio ambiente, sino también la vida, la sexualidad, el matrimonio, la familia, las relaciones sociales: en una palabra, el desarrollo humano integral»2. Esta perspectiva subraya que la persona humana solo puede ser íntegra en relación con los demás en la sociedad, y la sociedad solo es íntegra en relación con la ecología natural que la sustenta2.
El Papa Francisco profundiza en esta idea, enfatizando que la ecología integral es una convicción que abraza y destaca la interconexión de todas las cosas2. Por lo tanto, la ecología integral demanda una «ecología económica» capaz de apelar a una visión más amplia de la realidad2.
Dimensiones de la Ecología Integral
La ecología integral no se limita a la preocupación por el medio ambiente natural; abarca múltiples dimensiones que reflejan la complejidad de la crisis actual.
La Interconexión de las Crisis Ambiental y Social
Un punto crucial de la ecología integral es la afirmación de que no estamos ante dos crisis separadas –una ambiental y otra social– sino ante una única crisis compleja que es a la vez social y ambiental3,4,5. Las estrategias para una solución requieren un enfoque integrado para combatir la pobreza, restaurar la dignidad de los excluidos y, al mismo tiempo, proteger la naturaleza5. El deterioro del medio ambiente y de la sociedad afecta de manera desproporcionada a las personas más vulnerables del planeta6.
Ecología Ambiental, Económica y Social
La encíclica Laudato Si' dedica un capítulo específico a la ecología integral, comenzando con la premisa de que «todo está estrechamente interrelacionado» y que los problemas actuales exigen una visión capaz de considerar cada aspecto de la crisis global3. La ecología estudia la relación entre los organismos vivos y su entorno; por lo tanto, todo está interconectado3. El término «medio ambiente» no debe entenderse meramente como una sustancia material susceptible de uso o manipulación, ni como una divinización de la tierra3,7. Más bien, se refiere primariamente a la Creación, que es el plan amoroso de Dios donde cada criatura tiene su propio valor y significado7. La naturaleza es un sistema que puede ser estudiado y controlado, pero la creación solo puede entenderse como un don de Dios, iluminada por el amor que nos llama a la comunión universal7.
Esto implica que la integración de los aspectos económicos, sociales, culturales y espirituales de la persona humana, fundamentales para el florecimiento humano, debe incluir también el medio ambiente, entendido como Creación y, por ende, como un don de Dios7.
Ecología Cultural
Dentro de la ecología integral, también se destaca la ecología cultural3. La cultura de un pueblo es parte de su identidad y su relación con el entorno. La pérdida de culturas locales y la homogeneización cultural son vistas como un empobrecimiento, similar a la pérdida de biodiversidad.
El Bien Común y la Justicia Intergeneracional
La ecología humana es inseparable de la noción del bien común, que es «la suma de aquellas condiciones de la vida social que permiten a los grupos sociales y a sus miembros individuales un acceso relativamente completo y fácil a su propia realización»4. La sociedad en su conjunto, y el Estado en particular, están obligados a defender y promover el bien común4.
Además, la noción del bien común se extiende a las futuras generaciones6,4. La justicia entre generaciones es un tema central en la ecología integral, reconociendo que el mundo es un regalo que hemos recibido y que debemos compartir con quienes nos seguirán6,4. La solidaridad intergeneracional no es opcional, sino una cuestión básica de justicia4.
Fundamentos Teológicos y Filosóficos
La ecología integral se fundamenta en una comprensión teológica y antropológica profunda, arraigada en la tradición judeocristiana.
La Creación como Don de Dios
El Papa Francisco subraya que la palabra «creación» tiene un significado más amplio que «naturaleza», ya que se relaciona con el plan amoroso de Dios en el que cada criatura tiene su propio valor y significado7. La naturaleza es vista como un sistema que puede ser estudiado y controlado, mientras que la creación solo puede entenderse como un regalo de la mano extendida del Padre de todos, y como una realidad iluminada por el amor que nos convoca a la comunión universal7. Este entendimiento de la creación como un don implica una responsabilidad de cuidado y administración, en lugar de un dominio absoluto o utilitarista8,6.
La Ley Moral Natural
La ecología integral se concibe como una llamada al pleno florecimiento de la ley moral natural en la virtud de la sobriedad1. Esta ley moral natural, que es la participación racional en la ley eterna de Dios, se despliega de una manera distintivamente humana, como criaturas racionales encarnadas de la tierra8. Por lo tanto, nuestras inclinaciones están intrínsecamente tejidas en el tejido de las relaciones que hacen posible nuestra vida humana8. La ley natural, en su esencia, pregunta cómo, como seres orgánicos y racionales, florecemos dentro de este cosmos teonómico8.
La Visión Tomista de la Creación
La encíclica Laudato Si' puede interpretarse como un «manifiesto para el Tomismo Verde»9. Las afirmaciones recurrentes del Papa Francisco de que «todo está conectado» y que ninguna criatura es superflua no son meras expresiones sentimentales, sino que declaran una afirmación doctrinal fundamental: «La naturaleza no es otra cosa que un cierto tipo de arte, es decir, el arte de Dios, impreso en las cosas, por el cual esas cosas son movidas a un fin determinado»9. Dios es el Creador de todas las cosas, y por lo tanto, «cada criatura tiene su propio propósito»9. El universo material en su totalidad habla del amor de Dios, y en todas sus relaciones, «manifiesta las riquezas inagotables de Dios»9. Laudato Si' afirma consistentemente una teología de la «naturaleza» como un complejo ordenado divinamente de totalidades orgánicas, cada una con su propia inteligencia, formando juntas una sinfonía de significado9.
Implicaciones Prácticas y el Llamado a la Conversión Ecológica
La ecología integral no es solo una teoría, sino un llamado a la acción y a una transformación personal y comunitaria.
La Virtud de la Sobriedad y un Nuevo Estilo de Vida
La encíclica Laudato Si' hace un llamado a una educación y un estilo de vida caracterizados por la virtud de la sobriedad3. Esta virtud implica «reemplazar el consumo con el sacrificio, la codicia con la generosidad, el despilfarro con un espíritu de compartir, una ascesis que 'implica aprender a dar, y no simplemente a renunciar'»3. La sobriedad es esencial para el florecimiento del desarrollo humano integral en virtud3.
Diálogo y Acción
El Papa Francisco hace un llamado urgente a un nuevo diálogo sobre cómo estamos configurando el futuro de nuestro planeta, un diálogo que incluya a todos, ya que el desafío ambiental y sus raíces humanas nos conciernen y afectan a todos10,11. La Iglesia no pretende resolver cuestiones científicas o reemplazar la política, pero busca fomentar un debate honesto y abierto para que los intereses particulares o las ideologías no perjudiquen el bien común10.
La Conversión Ecológica
La encíclica subraya que no puede haber una renovación de nuestra relación con la naturaleza sin una renovación de la humanidad misma10. El Papa Francisco se dirige a «cada persona que habita este planeta» con el objetivo de «entrar en diálogo con todos sobre nuestra casa común»10. El Papa habla como guía moral y espiritual, no como científico o político, y su mensaje es un llamado a la conversión10.
Solidaridad con los Pobres
La ecología integral destaca la profunda conexión entre el clamor de la tierra y el clamor de los pobres6. Las intervenciones imprudentes tienen un impacto desproporcionado en los más vulnerables, como la falta de acceso a agua potable segura, el agotamiento de las reservas pesqueras, el aumento del nivel del mar, la muerte prematura en conflictos por recursos escasos, la exportación de residuos tóxicos a países en desarrollo y la falta de vivienda6. Ayudar a los pobres económicamente debe ser una solución provisional; el objetivo más amplio debe ser siempre permitirles una vida digna a través del trabajo4.
Conclusión
La ecología integral, tal como la presenta la enseñanza social católica, es una visión profunda y abarcadora que reconoce la interconexión fundamental entre la crisis ambiental y la crisis social. Al entender la creación como un don de Dios y al fundamentar nuestras acciones en la ley moral natural y la virtud de la sobriedad, la Iglesia nos llama a una conversión ecológica integral. Este enfoque exige un compromiso con el desarrollo humano integral, el bien común, la justicia intergeneracional y una solidaridad activa con los más vulnerables, invitando a un diálogo global y a acciones concretas para el cuidado de nuestra casa común3,2,7,1,8,6,9,4,5,10,11,12.
Citas
El contexto de la ecología integral, Jennifer E. Miller. La Virtud de la Templanza: Ecología Integral en su Pleno Florecimiento, § 2. ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5 ↩6
Capítulo I. Los principios para mensuram bonam - Doctrina social católica (dsc). Buenas medidas para la orientación y práctica de los inversores. - Ecología integral, La Pontificia Academia de Ciencias Sociales. «Mensuram Bonam». Medidas Basadas en la Fe para Inversores Católicos: Un Punto de Partida y un Llamado a la Acción, § 23 (2022). ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5 ↩6
Jennifer E. Miller. La Virtud de la Templanza: Ecología Integral en su Pleno Florecimiento, § 5. ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5 ↩6 ↩7 ↩8 ↩9
Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos. Resumen de la Política de Ecología, §Ecología Integral. ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5 ↩6 ↩7 ↩8
Capítulo Cuatro - I. Ecología ambiental, económica y social, Papa Francisco. Laudato Si’, § 139. ↩ ↩2 ↩3
Jennifer E. Miller. La Virtud de la Templanza: Ecología Integral en su Pleno Florecimiento, § 10. ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5 ↩6 ↩7
Ecología integral y la ley natural (moral), Jennifer E. Miller. La Virtud de la Templanza: Ecología Integral en su Pleno Florecimiento, § 6. ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5 ↩6 ↩7
Christopher J. Thompson. Laudato Si’ y el Auge del Tomismo Verde, § 5. ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5
Christopher J. Thompson. Laudato Si’ y el Auge del Tomismo Verde, § 2. ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5 ↩6
Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos. Resumen de la Política de Ecología, § Visión de Amplio Alcance. ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5 ↩6
Mi llamamiento, Papa Francisco. Laudato Si’, § 15. ↩ ↩2
Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos. Antecedentes del Cambio Climático Global, §Prefacio. ↩