Elías (profeta)

El profeta Elías, cuyo nombre significa «Yahveh es Dios»1,2, es una de las figuras más imponentes y maravillosas del Antiguo Testamento3. Su vida y ministerio se desarrollaron en un período de profunda crisis espiritual en Israel, donde la adoración a Yahveh se veía amenazada por el culto a Baal3,2. Elías se erigió como un defensor férreo de la fe monoteísta, llevando a cabo actos milagrosos y confrontaciones directas contra los profetas paganos3,2. Su historia culmina con su misterioso ascenso al cielo en un carro de fuego, sin experimentar la muerte3,1. Esta singularidad lo posiciona como un precursor del Mesías y una figura escatológica en las tradiciones judía y cristiana3,1,4.
Tabla de contenido
Vida y Ministerio
La vida pública de Elías se narra principalmente en el Primer Libro de los Reyes, ofreciendo relatos vívidos y detallados de sus acciones3.
Contexto Histórico y Misión
Elías surgió en el reino del norte de Israel durante el siglo IX a.C., en tiempos del rey Acab2. Bajo la influencia de su esposa fenicia Jezabel, Acab había permitido la erección de un templo a Baal en Samaria y la introducción de numerosos sacerdotes extranjeros, lo que llevó a una persecución sangrienta de los profetas de Yahveh3. En este contexto de sincretismo religioso, donde el pueblo intentaba conciliar la adoración a Yahveh con la de Baal, Elías fue enviado por Dios para llamar a Israel a la conversión y reafirmar la soberanía del Señor como el único Dios2. El libro del Eclesiástico lo describe como un profeta que «surgió como un fuego, y su palabra ardía como una antorcha» (Sir 48:1)3,2,4.
Confrontación en el Monte Carmelo
Uno de los episodios más destacados de su ministerio es la confrontación en el Monte Carmelo, donde Elías desafió a los 450 profetas de Baal3. Ante una gran multitud, Elías instó al pueblo a elegir entre Yahveh y Baal, exclamando: «¿Hasta cuándo claudicaréis entre dos pareceres? Si Yahveh es Dios, seguidle; y si Baal, seguidle a él» (1 Re 18:21)3,5,6. La prueba consistió en que cada parte preparara un sacrificio, y el dios que respondiera con fuego sería reconocido como el verdadero Dios3. Después de que los profetas de Baal invocaron a su deidad sin éxito, Elías reparó el altar de Yahveh, preparó su sacrificio y oró. El fuego del Señor descendió, consumiendo el holocausto, la leña, las piedras, el polvo y el agua de la zanja3. Este milagro llevó al pueblo a reconocer a Yahveh como Dios y a la ejecución de los profetas de Baal3.
Otros Milagros y Desafíos
Elías realizó otros milagros significativos, como resucitar al hijo de la viuda que le había dado hospitalidad2,7,4. También fue perseguido por la reina Jezabel, lo que lo llevó a huir al desierto, donde, agotado, pidió a Dios la muerte. Sin embargo, fue sostenido por un alimento misterioso, una «parábola que nos acerca al misterio de la Eucaristía», que le dio fuerzas para un largo viaje5,6,8. Elías también predijo la muerte del rey Ocozías de Israel, quien había consultado a un dios pagano sobre su recuperación3.
Ascensión y Significado Escatológico
Elías no experimentó la muerte de la misma manera que otros hombres3,1.
El Carro de Fuego
Su carrera terrenal concluyó de manera misteriosa. Mientras conversaba con su discípulo Eliseo en las colinas de Moab, «un carro de fuego y caballos de fuego los separaron a ambos, y Elías subió al cielo en un torbellino» (2 Re 2:11)3,1,4. Este evento, único en la Biblia junto con el de Enoc, lo convirtió en una figura que no conoció la muerte y cuya memoria ha permanecido viva en la tradición3,1.
Elías como Precursor del Mesías
La tradición judía, basada en el profeta Malaquías (Mal 4:5-6), esperaba el regreso de Elías antes de la llegada del Mesías para «calmar la ira de Dios antes de que estalle en furia, para volver el corazón de los padres a sus hijos, y para restaurar las tribus de Jacob»3,4. En el Nuevo Testamento, esta misión se asoció con Juan el Bautista, a quien Jesús mismo se refirió como el Elías que había de venir (Mt 17:10-13)3,1.
Presencia en el Nuevo Testamento
La importancia de Elías en la tradición cristiana se subraya por su aparición junto a Moisés en la Transfiguración de Jesús (Mt 17:3)3,1,8. Esto lo presenta como la personificación del siervo de Dios y un profeta-síntesis de todos los profetas de Israel3,8. Su figura también se compara con la de Jesús en varios aspectos, como la persecución que sufrieron, el poder sobre la naturaleza y la resurrección de los muertos7.
Legado y Veneración
La memoria de Elías ha perdurado a lo largo de los siglos, tanto en el judaísmo como en el cristianismo.
Veneración y Tradiciones
Elías es venerado en las Iglesias griegas y latinas el 20 de julio3. Su nombre se asocia con varios lugares en el Monte Carmelo, como la gruta de Elías y El-Muhraka, el lugar tradicional de su sacrificio, que son sitios de gran veneración para cristianos y musulmanes3. Los drusos, en particular, lo tienen en gran reverencia y celebran un festival anual en su honor3.
Elías y la Oración
Elías es presentado en la Escritura como un hombre de fe inquebrantable, cuyo nombre mismo encierra el secreto de su misión: «Yahveh es Dios»1. Su vida es un testimonio de integridad y de una fe cristalina, capaz de resistir la tentación y el sufrimiento1. Es un ejemplo de orante, que clamó a Dios en su angustia y cuya intercesión demostró el poder de Dios para convertir los corazones2.
En resumen, Elías es un profeta que, a través de su celo ardiente por Yahveh y sus poderosos actos, dejó una huella indeleble en la historia de la salvación3,4. Su ascensión al cielo y su papel como precursor del Mesías lo convierten en una figura de gran relevancia escatológica, cuya vida sigue inspirando a los creyentes a la fidelidad a Dios3,1.
Citas
Catequesis: 9. La oración de Elías, Papa Francisco. Audiencia General del 7 de octubre de 2020 - Catequesis: 9. La oración de Elías (2020). ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5 ↩6 ↩7 ↩8 ↩9 ↩10 ↩11
El hombre en oración (6), Papa Benedicto XVI. Audiencia General del 15 de junio de 2011: El hombre en oración (6) (2011). ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5 ↩6 ↩7 ↩8
Elías, The Encyclopedia Press. Enciclopedia Católica, §Elías. ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5 ↩6 ↩7 ↩8 ↩9 ↩10 ↩11 ↩12 ↩13 ↩14 ↩15 ↩16 ↩17 ↩18 ↩19 ↩20 ↩21 ↩22 ↩23 ↩24 ↩25 ↩26
La Nueva Versión Estándar Revisada, Edición Católica (NRSV-CE). La Santa Biblia, §Sirácides 48. ↩ ↩2 ↩3 ↩4 ↩5 ↩6
Papa Juan Pablo II. 13 de agosto de 1991: Beatificación de la franciscana de la Tercera Orden Aniela Salawa - Cracovia - Homilía (1991). ↩ ↩2
Dicasterio para las Causas de los Santos. Aniela Salawa: Homilía de beatificación (13 de agosto de 1991), § 4 (1991). ↩ ↩2
Afrahat/Afraates. Demostración 21 (De la persecución), § 14 (344). ↩ ↩2
Papa Juan Pablo II. Visita al Seminario Romano Mayor (25 de febrero de 1995) - Discurso (1995). ↩ ↩2 ↩3